La relación entre el ejercicio físico y tu bienestar

ejercicio y bienestar

La práctica regular de ejercicio físico es uno de los hábitos más saludables que puedes implementar en tu día a día.

Sí, sabemos lo que estás pensando: no es tan sencillo empezar. 

La pereza se apodera de casi todos cuando nos reservamos un tiempo para hacer ejercicio físico, porque lo que más cuesta es arrancar. De hecho, la Organización Mundial de la Salud apunta que en torno al 23% de los adultos y del 81% de los adolescentes no se mantienen lo suficientemente activos. Preocupante el segundo dato, ¿verdad?

Sin embargo, existe una vinculación tan potente entre bienestar físico, mental y emocional gracias a la práctica constante de deporte que merece la pena darle una oportunidad. 

El ejercicio físico consigue reducir el estrés y aumentar nuestra motivación diaria a la hora de enfrentarnos a cualquier circunstancia, por tanto, te ayudará a sentirte mejor sin duda. 

Esto sucede porque mientras te mueves se liberan en tu cerebro las sustancias químicas de la felicidad: dopamina, serotonina y endorfinas, hormonas que mejoran el estado de ánimo. 

Piensa que cuando hablamos de ejercicio físico no solo nos referimos a salir a correr, o levantar peso en el gimnasio, también hablamos de actividades tan divertidas como nadar, patinar, jugar a pádel, practicar pilates o hacer senderismo. 

Tienes que elegir la que más te guste, una que te motive a ponerte las zapatillas y moverte. Verás como, automáticamente y en pocos días, notas una mejoría en todos los sentidos.

Ejercicio físico

La OMS define la actividad física como…

“Cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. La actividad física hace referencia a todo movimiento, incluso durante el tiempo de ocio, para desplazarse a determinados lugares y desde ellos, o como parte del trabajo de una persona. La actividad física, tanto moderada como intensa, mejora la salud”

Y aunque “consumo de energía” pueda sonar a cansancio posterior, lo cierto es que cuando tu salud cardíaca y pulmonar mejora, tienes más energía para hacer las tareas diarias.

¿Sabes cuál es una de sus ventajas? Que el momento lo decides tú: hay quien prefiere madrugar y empezar el día con energía haciendo ejercicio físico, y hay quien prefieren hacerlo al final del día, justo al acabar la jornada laboral. Incluso hay quien aprovecha la pausa de mediodía para entrenar. Cualquier opción es apropiada y no hay una mejor que otra. 

El ejercicio te ayuda con muchas cuestiones

Una de las más importantes es la de equilibrar los ritmos circadianos. El ejercicio ayuda a regular el sueño, tanto a conciliarlo como a mantenerlo durante la noche. Pero evita realizar ejercicio justo antes de dormir porque favorece la activación del sistema nervioso manteniendo tu energía muy elevada impidiéndote dormir plenamente.

Si eres de practicar deporte por las tardes, procura hacerlo al menos tres horas antes de acostarte para no interferir en el sueño. 

Practicar ejercicio está relacionado como hemos dicho con el bienestar.

Al sentirte mejor, también obtienes mejores resultados a nivel personal, familiar, con amigos e incluso en lo laboral.

¿Sabes por qué? Porque realizar actividad física aumenta el nivel de atención, de concentración y de memoria, pero sobre todo aumenta la productividad y mejora el funcionamiento intelectual. 

El incremento del flujo sanguíneo que es producido durante la práctica de ejercicio físico  logra que el oxígeno sea transportado hasta el cerebro en óptimas cantidades y sus células se activan para cumplir mejor sus funciones.

¿Resultado? Una mayor concentración mental y el desarrollo de nuevas células que mejoran el aprendizaje y la memoria.

La actividad física debe ser agradable, y permitirte relajarte, disfrutar del aire libre, la naturaleza o simplemente participar en actividades que te hacen feliz.

Como última recomendación, te dejamos una muy importante: recuerda consultar con tu médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicio físico si llevas mucho tiempo sin practicar ningún deporte o, especialmente si tienes alguna preocupación acerca de tu estado físico o de salud.