Son muchas las comunidades autónomas que están colocando en un lugar prominente a los productos de proximidad, permitiendo que ganen terreno entre los consumidores. Una oportunidad para impulsar los alimentos producidos “al lado de casa” que País Vasco no deja pasar.
Por ello, son numerosas las iniciativas que quieren convertir en protagonistas a los productos vascos. Es el caso de Baserria Km0, una cooperativa que busca impulsar la economía circular con la crianza de vacas de raza vasca, sirviéndose de alrededor de 375 ganaderos.
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De esta forma, a la vez que le dan un empujón a la producción cárnica local, fomentan la conservación de los famosos caseríos vascos, que son ya patrimonio cultural y cuidan a los animales en un ecosistema sostenible.
No se olvidan de nada, ya que aúnan proximidad, calidad, responsabilidad ambiental y, también, desarrollo tecnológico, pues cuentan con un equipo técnico que ve en el I+D la mejor vía para que los productos km0 comiencen a levantar el vuelo.
Pero el origen vasco no va ligado solo a la carne. La herencia gastronómica de Euskadi cuenta con un menú muy amplio. Basta con hablar del pescado de sus costas, desde la merluza y el besugo, pasando por el bonito, hasta llegar al famoso bacalao. Los arrantzales, es decir, los pescadores vascos, llevan el producto de proximidad del mar a la mesa.
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No hay que olvidarse de las anchoas, muy populares en el Golfo de Bizkaia, sobre todo en abril y junio, cuando la temperatura del agua se templa.
También hay opciones para darle un toque distinto a cualquier plato. ¿Conoces las guindillas de Ibarra? Su sabor y su ternura las han hecho famosas fuera del País Vasco. Aunque los pimientos de Gernika, de color verde y sabor dulce, son otro imprescindible en muchas mesas entre abril y mayo, sus meses de plantación.
Si pensamos en el postre, los conocidos quesos vascos se llevan la palma. Degustar el queso Idiazabal puede ponerle la guinda perfecta a una gran comida. ¿Quieres conocer una de sus curiosidades? Se elabora únicamente con leche pura de oveja de raza vasca y, por tanto, no se mezcla ni pasteuriza.
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Eso sí, le sigue muy de cerca el queso Ossau-Iraty, dos muestras diferentes que se unieron bajo una misma denominación de origen en 1980. La primera con un sabor fuerte y afrutado y la segunda más suave y con gusto a avellana encandilan a cualquier paladar.
Y para los más atrevidos no hay nada mejor que el famoso queso Roncal, con una textura compacta, una corteza rugosa de color beige y un pequeño picor entre poción y porción.
Todos estos alimentos locales se digieren mejor si lo acompañamos con una buena bebida. ¿Has probado la sidra vasca? Va de la mano de los populares pintxos vascos y, aunque no lo parezca, no se parece a la asturiana.
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Las diferencias son notables. Y es que la sidra vasca es más ácida, pues se mantiene a una temperatura menor que la asturiana. Además, si se tiene en cuenta que la manzana tampoco es la misma y que el prensado es mayor en Euskadi, la confusión entre ambas se hace imposible.
Ese licor que se bebía antes de los 80 en las montañas de Vizcaya y Guipúzcoa es ahora una de las bebidas más famosas de la tierra vasca.
Aunque, si eres más de vino, no tienes que preocuparte, ya que el txakoli llega para llenar las copas de las familias vascas con una bebida de sabor afrutado, poco alcohol y buena acidez.
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Está claro que el abanico es amplio y Euskadi Aclima, una organización referente del sector ambiental de País Vasco, el centro tecnológico del Basque Culinary Center y el Departamento de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural de la Diputación Foral de Guipuzkoa lo saben. Y es que han puesto en marcha el proyecto Circular Cooking: Hibridación del sector de la restauración y la hostelería con la economía circular.
¿Qué pretenden? Pues favorecer las compras km0, formando en alternativas de producción sostenible, descubriendo los entresijos de la economía circular y extendiendo las bases de una compra que contribuya a poner en relevancia la materia prima vasca. Todo ello aplicado a la restauración, un sector que teje historias con alimentos.
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Las iniciativas son incontables. Otro ejemplo puede ser Merkaturatze sarea, una red que comercializa alimentos ecológicos que se compran directamente a productores de Euskadi. No puede haber comercio más próximo. En definitiva, un acceso fácil y transparente a productos de origen vasco.
País Vasco cuenta con multitud de productos km0 que puede llevar a la mesa, potenciando la producción propia y evitando las emisiones que provocan las distribuciones masivas.