Cristina Garrido estrena cargo en Anteverti. Se acaba de convertir en CEO de una consultora que ayuda a ciudades, gobiernos y empresas a aprovechar el potencial de la innovación, la sostenibilidad y la creatividad para descubrir nuevas oportunidades.
Su recorrido tiene un poco de sorpresa y mucho de visión (que no misión). Empezó estudiando arte de manera vocacional y, dentro de la carrera, se especializó en comisariado y crítica, pero, sobre todo, en temas de arte y ciudad. Cuando acabó la carrera se fue a Londres a hacer un máster de sociología urbana. Estuvo allí haciendo consultoría e investigación dentro de la universidad. Volvió a Barcelona porque le ofrecieron un trabajo en un proyecto de arte y espacio público, donde estuvo dos años. Posteriormente, la vida la llevó a conocer a Pilar Conesa y entrar en su proyecto, Anteverti. Ahora lleva más de 10 años.
Smart City y sostenibilidad son términos muy holísticos que abarcan todo lo que tiene que ver con mejorar la vida de las personas en las ciudades
¿Del 1 al 10 cómo de sostenible te consideras?
Yo creo que estoy en el 7. Hago bastante en mi día a día, pero es verdad que veo gente a mi alrededor que hace más que yo, y me gustaría aprender de ellos.
La sostenibilidad ha estado en mi vida desde que soy pequeña porque mi madre es una militante convencida desde antes que esto fuera una tendencia. Me acuerdo que cuando empezaba el cole y todo el mundo venía con el estuche nuevo, nosotros teníamos que llevar el del año anterior si todavía funcionaba bien. Si un bolígrafo o un rotulador funcionaba, lo usábamos hasta el final. Mi madre conservaba los tapones de los rotuladores para alargar los lápices y que los consumiéramos enteros… Cuando quedaba poco lápiz, le ponía el tapón del rotulador por detrás, y ya podíamos usarlo hasta que desapareciera. También aprovechaba las bolsas de plástico de la fruta (las transparentes finitas) para forrarnos los libros, lo cual me daba un poco de vergüenza en su momento, pero ahora me hace sentir orgullosa. Desde pequeña he visto que la sostenibilidad es algo importante.
Ahora, en mi casa hacemos lo de la Triple R: reciclamos, reutilizamos y reducimos el consumo. Intentamos comprar productos de temporada, minorizar la compra de productos con plástico y, en la medida de lo posible, darles circularidad a los productos que compramos. Cuando fuimos padres, por ejemplo, mucha de la ropa que tuvo el bebé fue heredada de mis cuñados y muchos de los juguetes de nuestro hijo también. Por suerte las abuelas han guardado muchas cosas. Cuando compramos algo, intentamos que sea de marcas y materiales sostenibles, aunque luego a él lo que más le gusta son los juguetes de plástico con muchos colores desgraciadamente… Espero que sea la edad.
A mí me gusta mucho el diseño y la moda. Intento comprar marcas de jóvenes diseñadores o diseñadores más experimentales con el sello de sostenibilidad. Hay una marca que me gusta mucho que es AMT, de Adrià Machado, que es un joven diseñador de Manresa. Además de que me gusta estéticamente, para sus productos reutilizan telas sobrantes de colecciones. Cuando empezaron contrataron a las antiguas tejedoras de las fábricas de Manresa para hacer las primeras colecciones. Este tipo de proyectos me hacen sentir más cómoda, aunque sean un poquito más caros, que yendo a otras tiendas.
Como me parece que se debería puntuar más alto le pregunto: los 3 puntos que faltan para llegar al 10, ¿por qué son?
Porque luego veo gente a mi alrededor y veo que siempre lleva en el bolso su bolsa de tela, por ejemplo… Yo con mi vida de locos lo intento, pero muchas veces se me olvida. Hay gente que compra a granel los jabones o las legumbres. No sé, este tipo de cosas. Sobre todo, es por tiempo. Mi ritmo de vida juega en mi contra. Cuando veo gente que se organiza y le da prioridad a esto creo que tengo mucho que aprender de ellos y por eso me quito esos tres puntos.
A nivel personal, ¿en qué aspecto social / ambiental te has involucrado más y qué crees que te ha llevado a ello?
Yo empecé muy involucrada en temas sociales que tienen que ver con lo colaborativo, mucho antes del sharing economy o de que existiera Airbnb. Yo vengo del mundo de la sociología urbana y del arte, que son dos ámbitos que siempre tienden a ser más experimentales y a pensar conceptos que todavía no están instaurados. Son bastante precursores. Desde que entré en Anteverti, hace más de 10 años, hemos entendido que la sostenibilidad no es solo un ámbito, sino que es una visión holística que lo abarca todo: Medio Ambiente, movilidad, consumo o políticas de inclusión social, entre otras cosas.
¿Qué actividad te ha hecho sentir orgullosa en ese aspecto?
A mí me gusta mucho el mar. Paso tiempo en Cadaqués, que es una reserva natural y realmente te encuentras de todo en el mar y en la playa. Yo a la que puedo, intento contribuir a mantener el mar y la arena limpias… recojo latas, colillas… hasta una vez que estábamos haciendo snorkel sacamos un neumático de coche del fondo.
A nivel empresa, tenemos unas políticas de sostenibilidad bastante marcadas. Un pequeño ejemplo es que al principio hacíamos regalos a los clientes cada Navidad y empezamos regalando objetos. Poco a poco hemos ido evolucionando y hemos dedicado el dinero a otras causas. Un año lo donamos a Open Arms; otro año plantamos árboles y les regalamos a nuestros clientes la geolocalización… Finalmente, acabamos haciendo un concurso de fotografía urbana y estamos invirtiendo el dinero mucho mejor. Esta transición ha sido una iniciativa de la que estoy muy orgullosa.
¿Cuál es el hito más importante de Anteverti en temas de sostenibilidad?
En Anteverti hemos hecho proyectos muy interesantes a nivel de sostenibilidad. Por ejemplo, participamos en Growsmarter, un proyecto europeo en el que ayudamos a implementar 12 soluciones pioneras de eficiencia en movilidad, vivienda e infraestructura, en 8 ciudades europeas. También conceptualitzamos la estrategia Smart City para Zenata, una nueva eco-ciudad en Marruecos que se està construyendo desde cero. O ayudamos a las islas Mauricio a crear un plan de beneficios para las iniciativas de turismo sostenible en la costa.
Anteverti lo fundó en 2011 Pilar Conesa, ex CIO del Ayuntamiento de Barcelona y con una trayectoria anterior como alta directiva en el mundo de la tecnología. El objetivo, desde sus inicios, era asesorar a ciudades y gobiernos a ser mejores y más eficientes a través de la innovación.
En Anteverti somos comisarios del Smart City Expo World Congress, lo que hace que la empresa naciera vinculada al concepto de Smart City, el cual, en sus orígenes, estaba muy ligado a la tecnología. Poco a poco, este se ha ido transformando para enseñarnos que una Smart City no es sólo es la que implanta tecnologías, sino la que hace por mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Hoy, Smart City y sostenibilidad son términos muy vinculados y holísticos, que abarcan todo lo que tiene que ver con mejorar la vida de las personas en las ciudades. La tecnología es una herramienta útil que nos puede ayudar en ese camino, pero no debe ser la finalidad en sí misma.
¿Cuál es el próximo reto?
Recientemente hemos hecho una reestructuración en la que Pilar Conesa pasa a ser la presidenta de la empresa y yo soy la nueva CEO. Además, tenemos el expertise de Manu Fernández, que es el director adjunto y es doctor en Smart Cities y con el que llevamos años trabajando juntos. También hemos incorporado a un nuevo director de consultoría, Raúl Daussà, que tiene una larga trayectoria internacional y viene de trabajar los últimos 10 años en una consultora en Copenhague. Y esta nueva etapa la afrontamos con una nueva imagen. Muchos cambios. El reto ahora es seguir creciendo, trabajar más con el sector privado -hasta ahora hemos trabajado mucho con el sector público. En el sector privado hemos trabajado en proyectos para Telefónica, BASF o también con el Fútbol Club Barcelona, a los que les ayudamos a repensar en el nuevo modelo de estadio. Creemos firmemente que todo el expertise que hemos ido acumulando y el bagaje internacional puede aportar mucho valor a las empresas privadas. Tenemos sede en Barcelona, pero hacemos proyectos en todo el mundo y eso nos ha ayudado mucho a adaptarnos a contextos muy distintos y buscar las mejores soluciones para cada proyecto.
Si no tuvieras el freno del presupuesto y del tiempo, ¿qué harías?
Pues creo que haríamos más inversión en proyectos, porque ahora el tiempo y los recursos son limitados. Invertiríamos en proyectos más grandes y experimentales de innovación y nuevas tecnologías, siempre relacionado con la mejora de la sostenibilidad. Por ejemplo, abrir un departamento de I+D.
También le dedicaríamos más recursos a Cities to be, una plataforma creada en 2015, que es un poco nuestra revista online. Allí intentamos concentrar todo el conocimiento que vamos adquiriendo, tanto a través de artículos que escribimos nosotros, como de los congresos que comisariamos. Estamos muy expuestos a todo lo que está pasando en el mundo a nivel de innovación y ciudades y pensamos que valía la pena tener un espacio donde compartir todo ese conocimiento.
A raíz de esta plataforma también salió el Cities To Be Photo Award, un concurso bianual de fotografía urbana. En Anteverti tenemos una inquietud artística, cultural y estética y yo creo que pondríamos más recursos aquí, porque creemos que aporta valor.
¿Cómo motivamos a las empresas para que se sumen a vuestro proyecto?
Ahora estamos enfocados a que quienes lideran los proyectos o las empresas vean el impacto y los beneficios de la sostenibilidad. Yo creo que hay una especie de enajenación de todo lo sostenible porque todavía no hay datos o resultados muy obvios de los beneficios y el impacto real que tienen nuestras acciones, tanto las individuales como a nivel empresarial. Las empresas grandes, que están invirtiendo en investigación, sí que se están dando cuenta, pero todavía falta. En España la mayoría de las empresas son pymes y muchas no tienen recursos o, si los tienen, no siempre priorizan la sostenibilidad. Nos enfrentamos a un reto muy importante: demostrar a las empresas que invertir en sostenibilidad, además de tener beneficios a nivel social, tiene también un retorno empresarial.
En 2084, ¿dónde estará Anteverti?
Habiendo crecido y ayudado a muchas ciudades y empresas en su desarrollo estratégico para ser más sostenibles a través de la innovación y de las nuevas tecnologías. También nos gustaría haber hecho crecer la plataforma Cities To Be y el Photo Award que es una actividad que nos hace mucha ilusión y creemos que tiene mucho valor.