Energía hidroeléctrica para una comunidad
Algunos vecinos se hacen conocer por el ruido que hacen a altas horas de la mañana. Otros por el olor que ronda por la comida que hacen durante el día. Pero hay otros que destacan por sus acciones generosas. Tales como Dave Brailey sobresalen como el vecino que todos quieren tener. El hidrólogo jubilado se puso manos a la obra para instalar un sistema hidroeléctrico de última generación en su patio. Después de más de 10 años planificando y construyendo su central, el invento de Brailey está en función y se ha desarrollado de tal modo que ahora crea suficiente energía para abastecer a sus 300 vecinos.
Brailey realizó los planos y fue la mente de toda la organización del proyecto. Obtuvo ayuda de algunos familiares y amigos. Y más tarde contrató un ingeniero civil al igual que expertos en el tema para contribuir al sistema y supervisar esta proeza que se planteaba. Este sistema de 300 kilovatios de potencia está situado al Sur de Raina Peak en Alaska, a unos 600 metros sobre el nivel del mar.
La central hidroeléctrica de Júpiter Creek fue completamente financiada por Dave Braille y su bolsillo, después de ser rechazado por agencias estatales y federales. El sistema funciona mediante el flujo de agua del arroyo con una tubería de 18 pulgadas de manera segura para el ambiente. El sistema ha sido tan efectivo que hoy en día, la central proporciona una parte de la energía usada por la Asociación Eléctrica de Matanuska.
[Foto de Manuela Adler en Pexels]
En verano, el sistema puede suministrar energía a más de 300 hogares. Sin embargo, en invierno, este baja sólo a 50 hogares. Pero aún así está cumpliendo un gran rol en la comunidad al proveer esta energía de manera responsable con el medio ambiente. No solo por el sistema, sino también porque se asegura de no causar daño a los peces y no contaminar el agua del arroyo. Además, después de utilizar el agua, la devuelve al arroyo sin afectarla en absoluto.
El cambio está en manos de todos
Nadie es capaz de cambiar el mundo solo. Por pequeño que parezca, cada contribución es necesaria. Se requiere ambición y perseverancia, pero lo más importante es la creencia de que sí se puede mejorar. Se comienza por lo bajo pero poco a poco se puede ir creciendo, justo como Dave Brailey ha hecho, impactando a una gran parte de su comunidad, y seguirá impactando y ayudando a las generaciones por venir con su sistema. Braille calcula que el proyecto será capaz de amortizar hasta 15 años en adelante para producir energía a las próximas generaciones.
Muchas personas se plantean la idea de poder generar un cambio para ayudar al medioambiente pero se sienten incapaces y sin recursos para hacer que esto suceda. Dave Brailey el hidrólogo es el ejemplo perfecto de cómo una persona con una idea pudo impactar a su comunidad de la mejor manera. El hidrólogo se propuso convertir su idea en una realidad por el bien de sus hijos, y en un artículo declara, “Siempre pensé que teníamos que hacer algo sobre las emisiones de carbono, y esto se convirtió en mi propósito en la vida, hacer algo para mis hijos y para la humanidad en el futuro”.