Si has estado en el Priorat, sabrás de primera mano que es una de las comarcas más bonitas de Cataluña. Con paisajes llenos de viñedos y pueblos preciosos distribuidos entre sus colinas, el Priorat dedica gran parte de su economía a la vinicultura y el enoturismo, creando vinos de gran personalidad categorizados por la Denominación de Origen Calificada Priorat, con 112 bodegas, y DO Montsant, que cuenta con 56.
Tratándose de una zona que depende tanto de la producción de vino, las previsiones del cambio climático suponen un reto y fuente de incertidumbre para la región, sobre todo porque el aumento sostenido de la temperatura visto hasta ahora y las sequías cada vez más recurrentes ya están teniendo efectos en los cultivos y producción.
Con proyecciones climáticas a futuro que prevén un incremento térmico de entre 0,8 y 1,2 C para mediados de siglo XXI, y la previsión de una reducción de entre un 5 y 15% de la pluviometría de la región, esta zona ha detectado la necesidad de diseñar proactivamente estrategias de adaptación de los cultivos a las nuevas condiciones proyectadas por el calentamiento global. Es por eso por lo que, en 2021, el Consejo Comarcal del Priorat inició la ya publicada Guía de buenas prácticas para mitigar el cambio climático en cultivos estratégicos del Priorat.
La guía describe recomendaciones para el diseño de los cultivos y buenas prácticas. Su propósito es proporcionar a los agricultores locales las herramientas y propuestas necesarias para adaptar los cultivos a las nuevas temperaturas, conseguir que la región sea lo más autosuficiente posible, a la vez que medidas sostenibles para una reducción de los gases de efecto invernadero en el sector. Algunas de las propuestas que contiene la guía son las siguientes:
Mayor altitud y orientación norte
La guía promociona las fincas situadas en zonas de montaña, con una altitud superior a los 600 metros y orientación norte y norte-este para garantizar las mejores condiciones de maduración de la viña y un menor requerimiento de agua. También propone nuevos diseños de cultivo con forma de línea clave, para ayudar a retener el agua en el suelo durante episodios de lluvia.
Retorno a las variedades autóctonas
Se prevé que algunas variedades propias de climas temperados como el merlot, syrah o pinot necesiten un incremento de riego para mantenerse. Frente a una previsión de menor pluviometría, las recomendaciones de la guía apuntan a potenciar variedades autóctonas bien adaptadas a la zona y que puedan afrontar los fenómenos extremos de temperatura y agua esperados con el calentamiento global. La garnacha blanca y negra, la cariñena o el monastrell son ejemplos de estas variedades resilientes a reforzar.
Creación de islas de biodiversidad
La guía aconseja introducir márgenes de plantas silvestres o autóctonas que también atraigan polinizadores como las abejas entre las fincas, a modo de islas de biodiversidad que faciliten la conectividad entre hábitats y consigan que el paisaje sea más heterogéneo y rico. Estos márgenes también ayudan a una reducción de emisiones, captura de CO2, y facilitan la retención de agua en los suelos en caso de lluvia, además de producir un efecto cortavientos en caso de vientos fuertes, reduciendo así la erosión del suelo.
Conservación de terrazas y regreso a la tracción animal
Las terrazas en las colinas, ya frecuentes en el paisaje del Priorat, se refuerzan en la guía como solución que permite reducir el pendiente. Además, se reduce la velocidad de escorrentía del agua para no perder este recurso escaso e imprescindible para los cultivos.
También ser recomienda evitar labrar el suelo con maquinaria para no alterar ni compactar demasiado el suelo. Frente a las mencionadas terrazas y el pendiente de los cultivos, se propone la tracción animal como buena forma de sustituir los tractores. Lejos de ser una práctica obsoleta, la guía la defiende como práctica que contribuye a una mejor permeabilidad y aireación del suelo. También es una forma de favorecer la degradación de la materia orgánica y evitar patógenos para el propio cultivo.
Nuevas formas de obtención de agua
Las formas actuales de obtención de agua del Priorat resultan insuficientes para abastecer las necesidades de la comarca a futuro. Esto se debe a que los pantanos cuentan con poca agua y derivan gran parte de su agua a otras regiones del Campo de Tarragona.
Es por eso que la guía destaca nuevas técnicas de captación y reaprovechamiento del agua de lluvia que serán necesarias. Por otro lado, será necesario diseñar las líneas de cultivo de forma que retengan agua, la obtención de agua por condensación de humedad atmosférica o agua regenerada que provenga de depuradoras.
Además, se espera que implementando un monitoreo de las necesidades hídricas de las viñas se conseguiría una reducción de hasta un 25% de agua, hecho que supondría un gran ahorro hídrico para los productores.
Atenuación de fenómenos extremos y cosechas nocturnas
Entre otras cosas, el cambio climático traerá consigo fenómenos climáticos extremos: sequías, episodios puntuales de lluvias torrenciales, u olas de calor cada vez más frecuentes.. De hecho, en la actualidad, la región ya cuenta con cinco olas de calor anuales más que en 1950.
Frente a estas circunstancias, una de las alternativas que la guía propone es la de realizar las cosechas por la noche. Esto permitiría evitar fermentaciones espontáneas por la temperatura así como menos fatiga entre los trabajadores. En consecuencia, habría un menor consumo energético de la bodega, al no tener que enfriarse tanto el producto en el momento de la cosecha.
Premios y próximos pasos de la guía
Es encomiable la proactividad del territorio y el Consejo Comarcal del Priorat para avanzarse a los retos climáticos esperados a futuro. Así como proponer medidas concretas y tangibles para que la región pueda adaptarse al cambio climático. Gracias a ellas, la comarca podrá seguir su actividad económica y facilitar que los habitantes del Priorat puedan seguir viviendo y trabajando en esta zona.
La iniciativa ha sido tan bien recibida que incluso recibió el XIX Premio Iniciativa Medio Ambiente de la Diputación de Tarragona en 2023. Además, se encuentra en la fase de aplicabilidad. Esto quiere decir que los agricultores de la región pueden obtener asesoramiento personalizado para la realidad concreta de sus cultivos y características.
El caso del Priorat nos recuerda la actitud que merece la pena tener frente al reto climático. Debemos ocuparnos de preparar nuestras regiones y ciudades para el reto que viene, de forma proactiva y propositiva. De este modo, se podrá garantizar un futuro factible. Y si, a su vez, podemos mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero a la vez que nos adaptamos y nos volvemos parte de la solución, todavía mejor.