Viaje corto a San Francisco y Yosemite

San Francisco y Yosemite

Organización del viaje a San Francisco

San Francisco es una de esas ciudades que todos tenemos en la lista de prioridades a la hora de pensar en nuestro próximo viaje. Es bien conocida esta zona del norte de California por ser la meca del mundo startup con Silicon Valley a la cabeza, por sus neblinas atravesando el reconocible puente Golden Gate, por estar rodeada de una naturaleza apabullante, y por ser una de las principales ciudades que ha apostado por la sostenibilidad en todos sus ámbitos. ¡Y allí que nos hemos ido!

Cogimos vuelo desde Madrid con escala en Nueva York, y de ahí directos a San Francisco, donde gozan de uno de los aeropuertos más bonitos que hemos visto, por cierto. Y allí que estábamos esperando las maletas, y esperando. Comienzan los sudores fríos y, ¿Dónde están nuestras maletas?…en Nueva York.

[Salesforce Park]

Te recomiendo absolutamente que siempre que vayas a viajar, más aún cuando se trata de una escapada de este tipo, que contrates un seguro de viaje. Nosotros solemos viajar con el Seguros de Viaje de Allianz Partners, y menos mal que esta vez no fue una excepción. Nos sentimos arropados en todo momento y, sobre todo, solucionaron el problema. Si quieres saber más sobre cómo contratar este tipo de servicios te dejo los detalles de cómo lo resolvieron al final del viaje.

[Rascacielos del distrito financiero de San Francisco]

Día 1: paseando por San Francisco

Teníamos el hotel cerca de Union Square, la plaza más reconocible de San Francisco, así que nos acercamos para ver el ambientazo que había ya que está lleno de comercios. De ahí, nos dirigimos dando un paseo hacia el distrito financiero donde están los principales rascacielos de la ciudad y donde hicimos nuestra primera parada, el Salesforce Park. Un oasis recién abierto en medio del barullo que es sencillamente espectacular, y además gratuito. Algo que nos hizo mucha gracia fue ver que impartían a las 18.00 clases de guitarra y ukelele.

En este tipo de rutas te vamos a dar un consejo: botellas reutilizables. Son un imprescindible en estos viajes, en el caso de San Francisco además, es especialmente óptimo porque tienen un montón de estaciones de refill gratuitas por toda la ciudad.

Otra curiosidad de este parque es que está elevado como en una segunda planta, así que cuando terminamos la visita, bajamos del parque y cogimos Mission Street hasta Rincon Park y su característico arco para disfrutar de las vistas del puente de la bahía.

[Arco y flecha de Rincon Park]

Seguimos caminando por el paseo marítimo hasta el Ferry Building, donde quedamos con unos amigos para comer en el mercado orgánico que hay en el interior conocido como Farmers Market. Tenían productos de agricultura ecológica, variedades de chocolates, de café, tiendas de artesanía y de ropa, mucha de ella sostenible y de buena calidad.

Tras esta pausa, continuamos nuestro camino hasta la Coit Tower, un edificio de 64 metros de altura construido en los años 30 y decorado con murales pintados por profesores y estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de California. Las vistas desde la torre son una maravilla, San Francisco a 360º, desde Alcatraz hasta el barrio financiero.

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[Vistas desde la Coit Tower al centro de S.F. y Alcatraz]

Próxima parada de nuestro viaje a San Francisco: Fisherman’s Wharf y el Pier 39

Demasiado enfocado para el turista en mi opinión. Todo un poco de cartón-piedra. Se supone que aquí debes probar la especialidad de marisco que tienen pero no nos inspiró. Sin embargo…estaban los leones marinos, o mejor dicho Otariinae, que eran muy guays. No paraban de jugar y, ¡son enormes! Aunque solo fuera por esto, vale la pena ir.

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[Leones Marinos en el Pier 39]

Por último, cogimos el famoso tranvía de San Francisco que nos llevaría de vuelta a casa para disfrutar de un merecido descanso, y que además nos dejaba al lado del hotel.

[Clásico tranvía de San Francisco en Fisherman’s Warf]

Día 2: pedaleando por San Francisco

En nuestro segundo día decidimos alquilar unas bicis ya que teníamos una ruta de unas 2 horas en total más todas las paradas. Una forma divertida y ecológica de vivir la ciudad al 100%.

Empezamos pedaleando hacia la serpenteante y colorida Lombard Street, la calle probablemente más famosa de San Francisco. Fue diseñada en los años 20, está llena de flores, y es preciosa, ¡seguro que la has visto en varias películas!

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[Lombard Street]

De aquí nos dirigimos hacia la costa norte para coger Marina Boulevard en dirección al Presidio Park. Esta fue la zona donde los españoles instalaron su fortaleza en el S.XVIII, y no fue hasta 1.989 que EEUU eliminó su condición militar para convertirlo en un parque abierto que hoy en día está lleno de proyectos residenciales, cuenta con un campo de golf y… (redoble de tambores) es donde está ubicado el Museo de Walt Disney. Además, también tiene buenas vistas al Golden Gate, cuando la niebla lo permite.

[Vistas del Golden Gate Bridge desde Presidio Park]

Seguimos con nuestras bicicletas bordeando la costa hasta Ocean Beach para contemplar la inmensidad del Océano Pacífico desde la altura. Inmediatamente después, nos adentramos en el Golden Gate Park, probablemente el parque más completo que hayamos visto nunca.

Nada más empezar, a la izquierda, hay un parque con ¡Bisontes! No pudimos hacer buenas fotografías porque estaban algo alejados pero…bisontes. Después hay una cancha para jugar al polo, una zona de entrenamiento para perros, un jardín botánico precioso, la academia de ciencias de California, el jardín japonés y, por si fuera poco, el espectacular (por dentro y por fuera) Young Museum.

[El jardín japonés] 

Después de todo esto, estábamos tan agotados, que nos fuimos a descansar, parando únicamente en las Damas Pintadas que nos venían de paso. Se trata de 7 casitas de estilo victoriano pintadas cada una de un color y que juntas, las Siete Hermanas de San Francisco, hacen un efecto muy interesante con su inclinación y los rascacielos al fondo.

[Las Damas Pintadas con rascacielos al fondo]

Días 3 y 4: en coche hacia Yosemite

En nuestro tercer día decidimos alquilar un coche para cruzar el Golden Gate Bridge con la intención de tener unas vistas privilegiadas desde el otro lado de la bahía antes de llegar a Sausalito. Pero la niebla no perdona y aunque fue una experiencia increíble no pudimos sacar las fotos que hubiéramos deseado. Totalmente recomendado al organizar tu viaje a San Francisco.

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[Golden Gate Bridge]

Estuvimos un buen rato en esta zona, antes de partir a Sausalito donde estuvimos contemplando todas las casitas flotantes de la zona, cada cual más pintoresca. Aunque mantienen un estilo “hippie” casi todas ellas, los precios actuales son desorbitados.

[Casas flotantes de Sausalito]

A estas horas el hambre llamó a la puerta y fuimos a comer a Fish, un sitio muy guay lleno de barcos donde nos atendió uno de los managers del local, que era vasco y llevaba 14 años en San Francisco. Nos trató de maravilla. Nos pedimos un Fish & Chips y unos Nachos al sol que nos supieron a gloria.

Aún nos queda ruta

Por último, cogimos carretera hasta Mariposa, el pueblecito donde haríamos noche antes de ir a Yosemite a primera hora del día siguiente.

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[Yosemite]

Por fin llegó el día de visitar Yosemite, que es Patrimonio de la Humanidad y una maravilla para los sentidos. La frase “date un baño de bosque y se te pasarán todos los males”, probablemente la dijo alguien que venía a menudo a este parque nacional. ¡Qué maravilla!

¿Qué más nos espera por nuestra ruta desde San Francisco?

Yosemite es un parque lleno de especies vegetales, con más de 7.000 diferentes referencias registradas, y de animales. Verás carteles frecuentemente que te advierten que es posible/probable que te encuentres con un oso. Vimos a la gente bastante tranquila al respecto, ya que estos avisos indicaban que si te encontrabas a uno de sus osos negros no debías correr, ni darle de comer (no pensaba hacerlo, sinceramente), sólo gritar y hacer ruido. No sé muy bien qué pensar al respecto…

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[Cartel aviso de Osos en Yosemite]

Hay muchas rutas diferentes para poder hacer en tu viaje a San Francisco. En nuestro caso nos decantamos por una vía que parecía bastante asequible, a priori. La Mist trail hasta Vernal Falls. En el papel, son 2,4 Km pero claro, ¡cuesta arriba! Nos tomó medio día ir y volver, aunque lo repetiría mil veces.

[Mist Trail]

Se acabó esta aventura por San Francisco

Por el camino nos cruzamos con muchas ardillas y vimos hasta una marta. Ibas subiendo rodeado de montañas y árboles que se extendían por bosques infinitos. Te cruzabas con riachuelos por todas partes y pequeños saltos de agua que acababan en charcas, hasta que por fin llegas y ves la cascada principal, la Vernal Fall, que por si no fuera suficientemente idílica con su caída hasta el lago, con el calor de haber hecho tus más de 2 kilómetros cuesta arriba en un día soleado, hacía que del propio impacto del agua sobre agua todo estuviera bañado de una nebulosa de micro-partículas de agua con un perfecto arcoíris. Sencillamente, ¡espectacular!

Vernal Falls
[Vernal Falls]

Y si perdemos nuestras maletas de nuestro viaje a San Francisco…¿Cómo las recuperamos?

Cuando te das cuenta de que tus maletas no están, comienza el drama. Así que lo mejor que puedes hacer es llamar a tu seguro, en nuestro caso Allianz Partners, para que te guíen con los primeros pasos.

Lo cierto es que nos atendió un chico llamado Andrés que nos tranquilizó mucho y nos indicó paso por paso qué hacer.

Lo primero es ir al espacio de la aerolínea en el aeropuerto para cumplimentar el Property Irregularity Report. Este documento es esencial para que la aerolínea empiece a localizar tu equipaje, y proceda según sus políticas.

El personal de la aerolínea nos indicó que habían localizado las maletas en el aeropuerto de Nueva York y que llegarían al día siguiente. Así que les dimos la dirección de nuestro hotel y nos fuimos a descansar. Al día siguiente nos llamaron del seguro a primera hora para indicarnos que las maletas estarían en el hotel esa misma tarde. Por suerte teníamos una muda en la maleta pequeña, así que nos fuimos tranquilamente a hacer turismo y cuando volvimos allí estaban nuestras maletas perfectamente.

De todas formas, si hubieran llegado con algún desperfecto la aerolínea te tiene que ofrecer un recambio o una compensación. Y la diferencia entre el valor del equipaje y la compensación, la cubre Allianz Partners hasta el máximo de la cobertura.

Pero si se pierden las maletas, la aerolínea tiene hasta 21 días para poder recuperar el equipaje y devolvértelo. Mientras tanto puedes comprar artículos y bienes de primera necesidad que se te reembolsan al solicitarlo a través de la plataforma desde el móvil, si encuentran el equipaje.

Lo habitual es tener cobertura de pérdida de equipaje, por lo que tendrás derecho al reembolso hasta el límite que se indica en las condiciones del seguro. En este caso la compañía de seguros, Allianz Partners, será la encargada de indemnizarte pasados los 21 días, una vez que la aerolínea haya confirmado la pérdida de tu equipaje.

 

Redacción The Reason Behind