Un modo diferente de conocer la Toscana y sus maravillas
Viajar con mi pareja es una de las cosas que más me gustan. Pero está claro que no todo sale bien en las rutas. Sin embargo, creo firmemente que esos recuerdos al final forman parte del viaje. Y es que a pesar de todo, la Toscana es de esos lugares que nunca olvidarás cómo fue la primera vez. Acompáñanos en esta ruta conociendo mejor el norte de Italia, ¿te lo vas a perder?
Comienza nuestro viaje desde Roma
Queríamos un lugar diferente para pasar las navidades, y ya que estábamos viviendo en Roma, aprovechamos para conocer mejor Italia. Somos muy conscientes que a la hora de viajar, cuando las distancias son más cortas, menos contaminamos en nuestro trayecto. Por eso, teníamos clarísimo que cogeríamos transporte público. En un principio íbamos a coger autobús, ya que era la opción más barata, pero por las fechas que eran, fue imposible. Así que nos compramos un billete en tren y así comenzó nuestra aventura.
Maleta zero waste
Aunque nuestro viaje era corto, sí queríamos llevar todas las reservas del hotel, excursiones y museos que íbamos a visitar. Por eso, un consejo, a nivel de reservas, tickets, etc. te recomiendo todo ponerlo en una nube digital. Como dice mi madre “nunca se sabe lo que puede pasar”, ya entenderás por qué enfatizo tanto en esto… Así que preparamos nuestras maletas con todo lo necesario. Para nosotros tener una maleta zero waste es lo más importante, olvidándonos de los “porsiacasos”. En Florencia hay de todo, y los pueblos cercanos que íbamos a visitar también: Siena y Pisa.
También cuando preparamos la maleta tenemos nuestro pack de botellas reutilizables. Todo lo que podamos ahorrar y reutilizar, más que mejor. Además de nuestra botella de acero inoxidable para siempre llevar agua. Que nunca viene mal y nos ha salvado de muchas cosas. Y lo último, es que siempre aprovechamos el espacio al máximo. Por eso, nos gusta llevar bolsitas de tela para colocar tanto la ropa sucia como la limpia. Sobre todo en nuestro viaje que era por carretera, esto nos ayudaba un montón a organizarnos.
[Duomo de Florencia]
Primera parada
Para no estar cambiando y gastando en varios hoteles, aprovechamos para quedarnos todos los días en Florencia. Y el modo de desplazarnos a los pueblos fue tanto en autobús como en tren, ya que las distancias son muy cortas por lo que no era necesario alquilar un coche. Nada más llegar, tal vez por las curvas junto a la comida, mi pareja no se encontraba nada bien y estuvo fastidiado todo el día, hasta el punto que tuvimos que tirar del seguro. Es lo buenos de ir preparados. Llamamos a nuestro seguro de Allianz Partners y nos ayudaron a encontrar un médico (cuentan con una red internacional de centros médicos de calidad 24/7 los 365 días del año) y además, lo cubrieron todo, hasta el desplazamiento al hospital. Se puso en contacto con nosotros el doctor y nos explicó lo que podría ser, aportándonos recomendaciones y consejos útiles. Desde el hospital, además, nos recetaron una medicación que fue mano de santo.
Al día siguiente ya mi novio tenía mucho mejor aspecto, y pudimos disfrutar finalmente de Florencia, ¡esta ciudad lo tiene todo! Con mi mochila y mi botella recargable nos fuimos a patear este lugar tan cultural y artístico. La Galería de la Academia me gustó mucho, pero sin duda la Galería Uffizi fue la que más me impresionó. Y es que Florencia es conocida por sus numerosos museos. Yo estuve toda la tarde en ellos, y por la noche aproveché a ver el Duomo de Santa Maria del Fiore y el Ponte Vecchio desde el que vi a unos papás noeles muy graciosos en kayak.
[Imagen de La Galería de la Academia]
Segunda parada
Al día siguiente, aprovechamos para conocer Pisa, porque además de estar cerca, es un sitio que la gente siempre aprovecha solo para ver la Torre de Pisa. ¡Y no! Primer error. Lo mejor es conocer su mercado local, perderse por su centro histórico, visitar la Iglesia de Santa Maria della Spina, la Piazza dei Cavalieri, el Ponte di Mezzo… Y tras todo ello, ir a la Torre Inclinada, la Catedral y el Baptisterio.
[Imagen de Pisa]
A por la tercera ruta
En esta etapa hicimos una ruta más corta con destino a Siena. Y creo que fue un sitio que me sorprendió. Cuando llegué a la plaza principal, La Piazza del Campo, entre los restaurantes, el Ayuntamiento.. No sé, fue una imagen que nunca olvidaré. Además, Siena tiene un montón de cosas que ver muy rápido en un día. Aquí te dejamos las visitas obligatorias:
- Puerta Ovile
- Plaza Salimbeni
- Pinacoteca Nazionale di Siena
- Museo dell’Opera del Duomo
- Basílica de San Francisco
- Santuario de Santa Catarina
- Battistero di San Giovanni
[Imagen de Siena]
Se acaba la ruta por la Toscana
El último día aprovechamos para ver todo lo que nos faltaba de Florencia, además de visitar el Museo Arqueológico Nacional de Florencia. Aquí te dejo también otras opciones que ver que seguro te van a encantar:
- La Piazza della Signoria
- El palacio Vecchio
- Galería de los Uffizi
- Palacio Bargello
- Galería de la Academia
- Basílica de San Lorenzo
- Basílica del Santo Spirito
- Museo Nacional de San Marcos
- Basílica de Santa Maria Novella
- Piazza della Repubblica
Lo que podría haber estropeado nuestro viaje, al final solo fue un pequeño contratiempo. Menos mal que teníamos el seguro de Allianz Partners, porque sino sí que hubiéramos tenido un problema mucho mayor. Fue un viaje que siempre recordaremos, pero en el que sobre todo intentamos que nuestra huella fuera la menos posible. La sostenibilidad como un modo de vida es más fácil de lo que parece, y esperamos que en este post estos pequeños consejos les ayuden. ¡Hasta la próxima!