El surf en su versión más consciente, ecológica y sostenible

surf sostenible

Diferentes tipos de tablas, parafinas y neoprenos se adaptan al surf en su versión más sostenible para salvaguardar el eje central de este deporte: los mares y océanos.

¿Puede ser el surf sostenible? En The Reason Behind te damos las claves. 

Surf sostenible

El mar siempre es lugar de encuentro con el verano, con la familia, con el olor a sal y, por supuesto, con el deporte. Solo hace falta una tabla y oleaje para poder surcar sus aguas.

Al menos, a los pescadores de la Polinesia que probaron a regresar a tierra encima de una tabla de madera no les hizo falta nada más. Hace ya 3000 años de esto, y aún hoy personas y naturaleza se siguen manteniendo en su esencia.

Este deporte náutico vive del agua, del viento y de las corrientes. El medio natural se lo da todo y, como no se puede morder la mano que te da de comer, cada vez son más los accesorios para practicarlo que cuentan con una gama ecológica. 

 

Sí ¡El surf sostenible es posible!

Hay organizaciones que siguen muy de cerca el bienestar ambiental de las playas. La primera fue “Save our Surf”, una plataforma que consiguió, gracias a manifestaciones y diferentes actividades divulgativas, evitar la pérdida de áreas de línea costera en Hawaii y la aprobación de la primera legislación dirigida a proteger las costas.

Ahora, otras asociaciones, como Surfrider o Surf & Nature Alliance, toman el testigo y fomentan el uso de tablas, neoprenos y parafinas sostenibles.

Tablas de surf

Las tablas de fibra, es decir las convencionales y, de momento, más populares, están hechas con resina de poliéster, por lo que los químicos tóxicos están a la orden del día. A esto hay que sumarle otro obstáculo: el CO2 generado en su fabricación.

Según Surf Science, la asociación de Tony Butt, doctor en Oceanografía Física que trabajó con el Coastal Processes Research Group, un grupo de investigación de procesos litorales de la Universidad de Plymouth en Reino Unido, durante casi diez años y también reconocido surfista, una producción de 750.000 tablas genera toneladas ingentes de CO2.

¿La solución a este ataque medioambiental? Volver a las tablas de madera o probar nuevos modelos con materiales ecológicos. Incluso el corcho puede ser una opción. ¡En la innovación está el gusto!

Un ejemplo serían las tablas de madera Vannav, material estrella de los orígenes del surf. 

Surf sostenible

Esta marca surgió en 2012 buscando romper con los sistemas convencionales de fabricación.

Utilizan madera de paulownia, un tipo de madera limpia de nudos y muy fácil de trabajar, por lo que permite optimizar el material, no se pudre fácilmente y viene de un árbol que crece muy rápido, ya que solo en ocho años puede llegar a medir lo mismo que un roble de cuarenta. 

Su único pecado es el uso inevitable de algún adhesivo para la sujeción, pero, aun así, el proceso sigue siendo 90% sostenible.

También podemos encontrar las tablas de corcho de Rich People Things. La marca recicla corchos de botellas de vino, de esta forma fomentan la economía circular ya que crean su producto a partir de materia prima ya existente y favorecen el desarrollo del  surf sostenible.

Surf sostenible

“Creemos que la sinergia es el futuro de la humanidad, que de nada sirven los medios y los conocimientos si no se comparten y transmiten”

El nombre de la marca es tremendamente curioso y su explicación no iba a ser menos. Ángel y Gloria Rodríguez Arnal quisieron reflejar esa riqueza que no depende del dinero, sino que “se gana viendo atardeceres, flotando en el agua, caminando descalzo o escuchando con atención los susurros del mundo”, es decir, de lo que la naturaleza ofrece.

Está más que claro que hacer surf y apostar por la sostenibilidad es compatible. Pero, si aún no te has decantado por estos modelos, ya puedes alargar la vida de tu tabla y apurar al máximo su durabilidad porque NO SE PUEDE RECICLAR DE MANERA SOSTENIBLE.

Surf sostenible

Neoprenos

Se podría decir que el mejor amigo del neopreno tradicional es el petróleo y, por ello, su fabricación se aleja bastante de cualquier objetivo biodegradable.

Pero afortunadamente, esto está cambiando y para bien. Muchas marcas se decidieron por buscar la fórmula secreta que moldease un tejido similar y se adaptara a los estándares medioambientales.

Y sí, ¡lo han conseguido! Billabong, una de las firmas más punteras en surf y sus complementos, es ejemplo de ello. El Airlite y el Superlite son modelos de neoprenos hechos con derivados de piedra caliza. De esta forma, eliminan la base de petróleo.

También Patagonia, firma  estadounidense con un afán sostenible claro, apuesta por caucho natural para vestir a los surfistas.

El caucho se obtiene del Guayule, una planta del suroeste de Estados Unidos fuente natural de látex. Cuidan hasta el último detalle para lograr un surf sostenible.

Parafina

La parafina es la cera que extendemos sobre la cubierta de una tabla de surf limpia y caliente por el sol. Se utiliza para que no resbalen los pies en su superficie, pero usa petroquímicos en su composición, lo que hace saltar todas las alertas y pensar en otras opciones más amigables con los ritmos ambientales.

¿Será posible hacerla a partir de materiales libres de petróleo? Pues claro que sí. Soja, resina de pino o cera de abeja son algunas opciones.

Empresas como Mareae, que nació a orillas del cantábrico buscando la conexión con el mar, venden parafina de kaloca, hecha con algas marinas, resina de pinos cántabros y cera de abejas obtenidas de apicultores de Alto Campoo, Cantabria.

Surf sostenible

Buva concept que, más que una empresa, es un concepto que representa un estilo de vida en consonancia con el mundo y su preservación ambiental, también apuesta por reducir al mínimo la contaminación que puedan ocasionar sus parafinas. 

Por ello, las que ofrece están hechas con cera de abeja, aceite de oliva y resina de pino.

En definitiva, se cuentan por decenas las empresas y organizaciones que ponen su granito de arena para que practicar este deporte de manera respetuosa con el medio que nos rodea sea posible. 

Sí, el surf sostenible ya es una realidad.