¿Se puede reciclar el carbono que está en el aire?

reciclar carbono del aire

La naturaleza y la tecnología se convierten en las grandes aliadas del medioambiente por las posibilidades que ofrecen para reciclar dióxido de carbono.

La famosa regla de las 3 erres, es decir, reducir, reciclar y reutilizar se aplica de forma sencilla cuando hablamos de elementos cotidianos, pero la mecánica se complica si algo intangible, como el aire, entra en el juego medioambiental.

Los gases de efecto invernadero son los principales causantes del cambio climático, por ello, ya hay emprendedores que tienen claro que el gran objetivo sostenible debe ser la recolección y el reciclado del dióxido de carbono generado por los combustibles fósiles. Se busca un proyecto carbono-negativo.

¿En qué consiste la estrategia? Pues se basa en absorber gases de efecto invernadero y hacer con ellos algo productivo, ya sea almacenarlo para reutilizarlo o reciclarlo. Una tarea para la que ya existen varios proyectos piloto, a pesar de los elevados costes.

reciclar el carbono

Un ejemplo práctico podría ser la creación de combustibles a partir de la combinación de carbono de CO2, procedente de industrias o centrales térmicas de carbón, junto con hidrógeno del agua. 

Algo que, a priori, sería una buena forma de reducir los niveles contaminantes de los coches. Sin embargo, algunos científicos no ven con buenos ojos este proceso por el elevado gasto de energía que supondría y para el que ya se ha buscado alternativa.

Lo que se está proponiendo actualmente, y ojo porque como funcione sería una maravilla, sería, en lugar de extraer el dióxido de carbono de las fábricas, absorberlo directamente del aire. De este modo podrían limpiar el CO2 que se emita, ¡pero también el de emisiones más antiguas!

El sol podría ser el otro gran aliado, sino que se lo digan a Luz al Petróleo, un proyecto de los Laboratorios Nacionales de Sandia del DOE de los EEUU en Albuquerque, Nuevo Méjico y Livermore, que busca crear combustible con un motor de calor químico que tiene su sustento en la energía solar.

Ya se ha comprobado que el sol, según nos llega de la naturaleza, es capaz de generar energía en cantidades considerables. Ejemplo de ello son las famosas placas solares. 

Lo que haría este motor sería impulsar la rapidez y la eficiencia de la recolección y concentración de la luz solar.

¿Cómo lo hacen? Pues utilizando un conjunto de espejos para dirigir la luz hacia unos anillos de óxido metálico que se calentarán y enfriarán para, luego, ser expuestos al dióxido de carbono. La clave está en los cambios de temperatura. Y es que los anillos producen oxígeno cuando ésta sube y pueden extraer sus partículas al bajarla. Este proceso tiene como resultado el monóxido de carbono.

Ante esto, queda claro que la obtención de carbono está más que planteada, pero su conversión en combustible también presenta propuestas. La empresa Carbon Sciences da fe de ello gracias a un catalizador metálico que combina CO2 con metano, el principal componente del gas natural.

Estamos ante un gran paso para introducir las energías limpias en los depósitos de nuestros coches

El uso de ese CO2 de desecho ayudaría a sobrellevar los costes operativos del proceso y, además, la aportación sostenible es notable. Es cierto que el combustible resultante hará que los automóviles sigan liberando CO2 a la atmósfera, pero hay que tener en cuenta que habrá sido reutilizado. 

Aunque algunos escépticos no ven el progreso en seguir trabajando con energías negativas, otros piensan que es un puente hacia un futuro más sostenible, sobre todo para aquellos países con menos recursos que tienen más difícil el desarrollo de nuevas energías.

aire limpio
Tampoco hay que perder de vista que es positivo plantear alternativas que agoten los posibles usos de un elemento contaminante que, por el momento, es difícil de erradicar por la alta dependencia que genera. Aquí estamos hablando de cerrar su círculo.

El CO2, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y otros organismos científicos, es un elemento crucial si hablamos de cambio climático, pues se posiciona como uno de los principales problemas a la hora de lograr mantener el aumento de la temperatura global en 1,5 grados. De ahí, la importancia de su reciclado.

bosque

Los proyectos están sobre la mesa y las labores de ingeniería no cesan. Sin embargo, existen formas más sencillas de reducir los gases de efecto invernadero, por ejemplo, replantar árboles. La reforestación de bosques podría llegar a extraer ingentes cantidades de CO2.

El abanico de posibilidades es amplio y el reciclaje de dióxido de carbono va en el camino de la autosuficiencia energética. Una buena opción para el medioambiente que aúna naturaleza y tecnología. 

Redacción The Reason Behind