Entrevista a Juan Alfaro secretario del Club de Excelencia en Sostenibilidad

Juan Alfaro es el secretario del Club de Excelencia en Sostenibilidad. En seguida me llamó la atención que el club hubiera añadido la palabra “excelencia a su título”. Y se definen así: Lideramos el camino al desarrollo de estrategias sostenibles y eficientes que promueven la excelencia empresarial, con estudios de buenas prácticas y diálogos con stakeholders. También es importante que esté la palabra diálogo en estas líneas.

Juan Alfaro, tiene una larguísima formación tanto jurídica como en negocios. Actualmente, además de su cargo en el Club, dirige el Programa Superior de RC del Instituto de Empresa; es también Profesor Asociado de RC y director del Foro de Gobierno Corporativo, del Foro de Comunicación en Situaciones de Crisis y del Foro de TIC y Sostenibilidad del IE. Conferenciante, profesor invitado y escritor de artículos y libros, Alfaro se dedica en cuerpo y alma a la sostenibilidad en la empresa.

Hemos hablado con él con motivo de la reunión que organizó el club en el que se generó el espacio de diálogo para que 26 empresas españoles expusieran sus buenas prácticas en economía circular para demostrar al tejido empresarial español que las operaciones con impacto positivo son posibles, sin necesidad de renunciar a la rentabilidad.

“La sostenibilidad ha entrado a formar parte de los comités de dirección y de administración. Ha pasado de ser una actividad táctica a estratégica”

Os lo contamos aquí:

Del 1 al 10, ¿cuánto de sostenible te consideras?

Un 6. Porque al final soy una persona que viaja mucho, que utiliza diferentes recursos o vehículos con diferentes motorizaciones. Intento ser lo más sostenible posible pero también consumo… Me gusta la ropa y la compro. Conduzco un Range Rover de los 80, y todo esto tiene un gran impacto. Me pongo esa nota porque no soy el modelo de sostenibilidad, al contrario de gente a mi alrededor que cumplen patrones excelentes de sostenibilidad.

A nivel social o ambiental, ¿en qué te has involucrado más?

Nosotros tenemos un grupo de amigos en Formentera -que no está organizado como una organización ni nada de eso- pero hacemos recogida de residuos en el mar. Dos o tres veces en verano llevamos a cabo esta labor. También contribuyo económicamente en el mantenimiento de ONGs en terceros países.

¿Qué organización o institución nos recomendarías?

Yo trabajo con ACNUR. Me gustan sus proyectos de acción humanitaria.

A nivel corporativo, ¿cuál es el hito más importante del Club?

Hace 20 años que es una de las asociaciones líderes del país, y que, después de tanto tiempo siga en ese liderazgo, es un logro en sí mismo. He tenido el honor de ser el decano a nivel de formación en la escuela de negocios IE Business School. Con el paso de los años, veo la contribución que hemos hecho en positivo al movimiento de sostenibilidad en el país. La ingente cantidad de proyectos de formación de metodología que hemos puesto en el mercado.

Yo fui el primer director de sostenibilidad que hubo en el país cuando trabajaba en la multinacional alemana. Ha llovido mucho desde entonces, pero, personalmente, siento que he jugado un papel que ha contribuido a una transformación importante en nuestro país. También publicamos el primer best seller que hubo en la materia. Hemos trabajado mucho, la verdad.

¿Cómo ves la evolución, tú que llevas tanto tiempo?

El cambio fundamental lo veo en que la sostenibilidad ha entrado a formar parte de los comités de dirección y de administración. Ha pasado de ser una actividad táctica a estratégica. El cambio importante es que todo el mundo financiero está poniendo los ojos en esta materia. Antes eran solo los biólogos y químicos los que estaban en el centro de esta materia y ahora son los economistas, abogados, ingenieros… La sostenibilidad está en la estrategia de las compañías. Hace mucho tiempo yo escribí cuál debía ser el cambio y el tiempo nos ha dado la razón.

¿Cuál es el próximo reto del Club de Excelencia en Sostenibilidad?

Tenemos varios retos. El reto genérico: mejorar todos los aspectos sociales y medioambientales, porque todavía hay mucho margen de mejora. Involucrar al sector de pequeñas y medianas empresas y a las micro PYMES. Intentar que, a nivel internacional, todos los países cumplan con los mismos principios.

Podemos hacer las cosas bien en la Unión Europea, pero no podemos estar importando productos insostenibles de otros países. Ahí es donde cae el castillo de naipes. Queremos evitar esto.

También, seguir trabajando en cuestiones de cambio climático, biodiversidad, economía circular e integrar la diversidad, equidad e igualdad en compañías con un componente estratégico. Seguir trabajando la movilidad sostenible, seguir demostrando los beneficios económicos que genera esta materia con los diferentes indicadores que vamos montando. Un reto que queremos abordar a partir de septiembre es influir en entidades locales para que utilicen las mejores tecnologías ambientales.

¿Qué plazos tenéis para estas tareas?

Yo creo que los planes estratégicos tienen que ser cortoplacistas. Las circunstancias del mercado son muy cambiantes. Yo no puedo decir lo que voy a hacer en el año 2030. A nivel asociativo nosotros vamos poco a poco, avanzando. En el próximo cuatrimestre tenemos nuestra gran conferencia de medioambiente y cambio climático, tenemos que presentar una guía para la gestión del CO2 junto a Endesa. Tengo que hacer ocho programas de formación, incluido mi programa en el IE Business School. Es un no parar. Además, va a ser un trabajo extra porque tenemos una actividad lobística con un gobierno diferente con el que tendremos que empezar una relación nueva.

Respecto a la versión a largo plazo, yo veo lo que hemos construido desde que empezamos en el 2010, y ha sido un cambio espectacular. Vamos a seguir haciendo lo mismo en los años que nos queden de práctica profesional.

¿Por qué decidiste que se necesitaba un Club de Excelencia en Sostenibilidad?

Todos estos movimientos asociativos en el mundo americano y anglosajón han tenido un gran papel tractor. Yo siempre he intentado brujulear en esta materia. Cuando le planteé a la multinacional alemana en la que trabajaba implementar un plan de sostenibilidad, pensaron que estaba loco. Pero yo veía que los anglosajones se iban moviendo por ahí. Al final tuve el órdago y ahora todo es sostenible.

Creía que hacía falta una asociación que, con carácter transversal, pudiese hacer de tractor en este tema. Siempre he sido disruptivo en proyectos empresariales y más en este.

¿Cómo motivamos a consumidores y empresas a que se apunten a la sostenibilidad?

El consumidor se entera. Por ejemplo, viendo las estadísticas de los coches híbridos, que han igualado la venta de coches diésel, intuyes que el consumidor está al tanto del coste y de los ahorros. Yo me cuido mucho, mantengo la trilogía: alimentación, descanso y deporte a rajatabla, y cuando voy a un supermercado y veo alimentos sanos, como consumidor, los priorizo frente a otros. El que se posiciona en el lineal en esa categoría de producto ecológico, para mí tiene una ventaja competitiva. Hoy en día, con las condiciones que están poniendo los responsables de compras respecto a sus proveedores, ya no es un tema que se discute. Nosotros vemos los cambios de forma importante. Los consumidores ahora reciclan, usan renovables en sus hogares… Es un tema grande que cada vez atañe a más cosas.

Poniéndonos en plan Orwellianos, ¿cómo ves el Club de Excelencia en Sostenibilidad en 2084?

En la sede habrá una placa con mi nombre (risas). El Club está ahora en un proceso de transformación importante en la que hemos desechado mucha paja y para focalizarnos en el grano. Nos hemos centrado en materias estratégicas para nuestros clientes. En la fecha que defines, veo al Club como una asociación que funciona con un solo algoritmo. Además, que necesite unos recursos humanos diferentes, como inteligencia artificial, tecnología satelital o robótica. Vería, sobre todo, una asociación más tecnológica y que servirá a unos intereses diferentes de sostenibilidad, ya que estos están en constante evolución.

Puede ser también que ya no haya Club… Quizás ya habrá jugado su papel y desaparecerá, quién sabe…

Por Gloria Almirall

Top Category Manager de Reasons en The Reason Behind

Experta en Comunicación Corporativa y profesora en ESRP