Boris Hageney es un emprendedor nato. Fundador de Groupon en 2010, salió de la empresa ya madura en 2013 para poner en marcha nuevos retos. No conoceréis a nadie más inquieto que él. Desde su etapa en Groupon no ha parado de crear empresas y desarrollarlas. Ahora entra de lleno en el sector de la energía solar.
En 2023 nos trae una nueva empresa, Robinsun, un proyecto que busca democratizar la energía solar en España. Parece que los paneles solares son para ricos: para quienes tienen un techo que aprovechar. Robinsun (que toma su nombre de dos Robins: Hood y Crusoe) ofrece kits autoinstalables para todos los hogares y todos los espacios de un piso. Vamos a repartir este sol que tenemos.
A nivel medioambiental, la gente tiene que tomar acción individualmente y no esperar a ver qué hacen los demás
¿Del 1 al 10 cómo de sostenible te consideras?
Si hablamos de sostenibilidad medioambiental -y en un contexto europeo- yo sería un 8 porque si pienso en todos los cambios que he hecho en la vida en los últimos años, todo ha sido todo bajo la perspectiva de mejorar mi huella de CO2.
En 2019, cuando me junté a Leaders for Climate Action hice la medición de mi huella de CO2 y fue un ejercicio muy interesante ver cómo realmente mi día a día impactaba en el medioambiente. Volaba mucho, vivía en Estados Unidos y viajaba a Europa cada dos meses. La eficiencia energética en el hogar en Estados Unidos es malísima…. En 2020, con la pandemia, dejé prácticamente de volar, el coche lo he cambiado por uno eléctrico… he reducido muchísimo mi consumo de todo en general. Y he empezado a generar mi propia energía que ya es verde y ahora sé que es limpia. Me queda por neutralizar la moto, que todavía va con gasolina, pero no encuentro motos eléctricas buenas en el mercado.
Cuando me valoraba me he puesto un 8 pensando en el contexto europeo. Si lo escalamos a nivel mundial seguro que baja hasta un 4 o un 3 o incluso un 2… porque como europeo viviendo en Madrid tengo límites de lo que puedo hacer. He dejado de comprar según qué alimentos porque el packaging es todo plástico, pero hay cosas que no puedo sustituir. Hay unos límites que generan una huella de CO2 por nuestra forma de vida en Europa que, quieras o no quieras, no tienes posibilidad de eliminar o reducir. Mi huella indirecta es brutal. Aunque yo deje de consumir, habrá otro detrás que sí que lo hará y esto no se visibiliza.
Dejar de volar, de viajar de consumir, también te excluye un poco de la sociedad y en el negocio hay que verse y conocerse. Esto me obliga a hacer cosas que no son sostenibles. Se tendrían que ir modificando los productos para que fueran sostenibles, pero a la vez gusten y sean trendy como hizo Tesla. El que Tesla se haya puesto de moda ha llevado a que se electrifiquen las flotas de coches. Tenemos que crear productos que gusten, además de que sean medioambientalmente sostenibles, porque solo siendo sostenibles no vamos a ir a ningún lado. Cuando vendo mis productos, me centro en el ahorro de dinero, más allá de la sostenibilidad. Es lo que a la gente le interesa.
A nivel personal, ¿en qué aspecto social / ambiental te has involucrado más y qué crees que te ha llevado a ello?
Yo intento ayudar formando a gente, ofreciendo toda la experiencia que tengo en sectores como el de la tecnología o como emprendedor desarrollando empresas. La Asociación Leaders for Climate Action es una asociación de emprendedores de tecnología en donde todos ellos miden su propia huella de carbono e intentan neutralizarse y luego lo aplican a sus empresas. El siguiente paso es sensibilizar a sus clientes en temas medioambientales. Ojalá esto hubiera existido cuando estaba en Groupon porque tenía una audiencia muy amplia y hubiera podido evangelizar a mucha gente.
¿Qué actividad te ha hecho sentir orgullos@ en ese aspecto?
En mi etapa en Groupon salieron docenas de personas de mi equipo en el sur de Europa que, más tarde, han creado nuevas empresas con una manera de operar y conseguir éxito empresarial. Cada uno de ellos ha creado equipos, difundido nuestro modo de trabajar, evangelizando con el formato. En nuestra mentalidad encaja mucho la sostenibilidad, aunque no nos coordinamos de manera organizada. Por un lado, crear más emprendedores en el mundo de la tecnología y, por otro, ver qué puede hacer cada uno a nivel individual y con su empresa para tener un impacto positivo en este mundo. A nivel medioambiental, la gente tiene que tomar acción individualmente y no esperar a ver qué hacen los demás.
¿Qué te llevó a crear Robinsun?
He estado creando negocios durante más de veinte años y, al vender la última empresa, que era de comida, en Estados Unidos, vi tantas barbaridades medioambientales… el desperdicio de comida, el hecho de que enviamos cajas con bloques de hielo artificial desde New Jersey a todo el país en camiones refrigerados de comida, el packaging… hay un momento en el que me di cuenta de mi responsabilidad como emprendedor de mejorar o cambiar algo, de tomar acción cuando tienes la posibilidad de hacerlo.
Ahí decidí que mi próxima empresa tenía que tener un impacto medioambiental y un impacto tangible. Yo vengo del mundo de consumo. Miré dónde los consumidores crean CO2, y vi que la energía en casa es lo principal. Las instalaciones fotovoltaicas en los techos de chalets han empezado a descarbonizar. Pero uno de cada dos europeos no vive en un chalet con techo en el que poder hacer una instalación y en España son dos de cada tres. No puede ser que la mayoría de los ciudadanos no pueda aprovecharse de la energía solar. Si esto lo combinas con los precios de la energía -sobre todo después de la invasión rusa de Ucrania- vi que era un problema de dos caras: medioambiental y económico. En Alemania eran muy populares los kits autoinstalables y, con ellos han conseguido que los ciudadanos tomen la iniciativa. El ciudadano se ha convertido en Robinson Crusoe y ha puesto en sistemas de generación de energía autoinstalables también. También es un poco Robin Hood, porque democratiza este tipo de energía.
España es el país en Europa en el que mejor funciona la energía fotovoltaica por las cantidades de horas de luz y, por eso, decidí que había que probarlo, aquí, en España primero.
¿Por qué crees que Robinsun tiene que existir?
Durante el mes de julio hemos llegado casi a los 1,5 grados más de temperatura que, según la ONU, no teníamos que haber superado respecto a la era preindustrial hasta el 2100 o más tarde. Pero ya hemos llegado, porque procrastinamos. Y para hacerlo tangible: fuegos, inundaciones, sequias y olas de calor salen en las noticias todos los días. Estamos viviendo el cambio climático cada día. Y no mola, da miedo.
La actitud es un problema. La pregunta ¿qué puedo hacer yo? No se puede responder con un “yo no puedo hacer nada para cambiar mi huella de CO2”. Por ejemplo, en la serie “Extrapolations” se puede ver cómo será el mundo si seguimos haciendo lo que estamos haciendo hasta ahora (en 2035 y en 2055). Como ejemplos ponen Miami debajo del agua, en India vendedores callejeros de aire para poder respirar, o mares sin vida. Luego miras las noticias de hoy y ves que ya está pasando, ya ha empezado…
Por idealismo nadie va a cambiar las cosas. Robinson es una empresa con un impacto directo. Cada kit de autoconsumo de energía que alguien compra, en cuanto lo recibe y lo enchufa, baja automáticamente el consumo de luz de ese hogar. En el instante en el que lo enchufas.
¿Cuál es el éxito más importante que habéis conseguido?
Es muy pronto para decirlo porque la empresa nació a principios de 2023 y llevamos en marcha pocas semanas. Lo positivo es que hay mucha gente interesada en lo que ofrecemos. Hay una altísima intención de compra, no hay nadie que nos haya dicho que el producto no le gusta, o no le encaja, o no le interesa. A mí me gusta crear empresas y hasta disfruto con el reto que suponen, con lo cual esta es mi contribución. Si esta empresa funciona habré podido poner mis conocimientos de dos décadas en el mundo tech a contribuir en la reducción de emisiones de CO2 en el medio ambiente. No salvaré el planeta solo, pero contribuyo a la lucha colectiva.
¿Qué proyectos tenéis pendientes de desarrollar y qué necesitáis para desarrollarlos?
Ahora hay que arrancar y poner en marcha la venta en otros países como Portugal, Francia o Italia, donde tenemos muchísima demanda. Son los países en los que el kit funciona igual que en España. Básicamente por el tema de la luz solar. Creceremos donde este producto funciona mejor, que es el sur de Europa. Un kit en Madrid produce un 60% más de energía que en Berlín, por las horas de sol.
¿Cómo motivamos al consumidor para que elija vuestros productos?
Al final hay que buscar la motivación que encaja con cada usuario. El objetivo de la empresa es llegar a un mercado de gran escala, porque la unión hace fuerza. Instalar dos kits no sirve para nada, pero ver instalados un millón y medio de kits en Alemania, que son 520 MW instalados, o media central nuclear, esto importa.
Para llegar a esto hay que vender por diferentes razones, aunque el producto sea el mismo, y aunque no se venda bajo un punto de vista medioambiental. Tenemos el argumento del ahorro energético, el ahorro directo en la factura de energía. Hay personas que quieren dejar un planeta vivible a sus hijos o nietos. A otros no les gustan las compañías eléctricas, o quieren independencia.
Hay muchas razones por las que uno puede comprar un kit de autoconsumo de energía solar. Que cada uno contribuya a esta acción conjunta por la motivación que sea.
En 2084, ¿cómo te imaginas Robinsun?
Si este mundo sigue en pie (risas) me gustaría estar vendiendo más que kits y soluciones alrededor de la descarbonización de los hogares, no solo en Europa, también globalmente.
Pero la pregunta aquí no es tanto dónde estará Robinsun, sino dónde estaremos como sociedad… porque si seguimos como estamos ahora mismo, el 2084 veo muy complicada la vida en este planeta. Lo que es bastante cierto es que el mundo será menos agradable y vivible del mundo que tenemos hoy.