La acuicultura es una medida sostenible de contención para el uso de los recursos marinos
Hace 4.000 años, varias familias en China comenzaron a cultivar carpas en estanques para su consumo individual. Capturaban estos peces y los criaban en pequeñas piscinas para que se reprodujeran y poder comerlos después. Lo que no sabían es que, esta producción autónoma de alimento, se convertiría, siglos después, en el futuro de la industria pesquera.
Desde hace varios años, se buscan alternativas sostenibles que aseguren satisfacer la creciente demanda de productos del mar en un momento en que la pesca en la naturaleza se enfrenta a desafíos de sostenibilidad y agotamiento de recursos.
Aquí es donde entra la acuicultura y el importante papel que puede desarrollar en las próximas décadas.
Si quieres saber qué es la acuicultura y cuáles son sus ventajas, te lo explicamos a continuación.
Qué es la acuicultura
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), es la cría, el cultivo y la recolección de organismos acuáticos en agua dulce y salada para el consumo humano y la conservación. Este cultivo controlado es principalmente de algas, moluscos y peces.
La mayor parte de ellas se crían con fines comerciales y alimenticios, para satisfacer la demanda de la sociedad.
Sin embargo, la acuicultura también tiene un componente ambiental, vinculado a la conservación de especies en peligro.
Este sistema se ha convertido en una parte importante de la industria alimentaria global, ya que contribuye a la producción de proteínas de alta calidad y nutrientes esenciales. Sin embargo, es importante que la acuicultura se realice de manera sostenible, teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente y la salud de los organismos cultivados.
Se estima que 2 de cada 3 pescados que consumiremos en 2030 procederá de la acuicultura.
Acuicultura en España
España es el primer productor de acuicultura en la Unión Europea. Nuestro país se caracteriza por ser uno de los países con mayor diversidad acuícola, cultivándose en torno a 40 especies diferentes.
Los pescados y algas de la acuicultura española se cultivan muy cerca de ti. En los mares gallegos, en la costa valenciana, andaluza, murciana y catalana, en los ríos de las dos Castillas, La Rioja o Aragón.
Además, el pescado de acuicultura en España pasa los más estrictos controles sanitarios a lo largo de todo el proceso de crianza y comercialización, ofreciendo una trazabilidad total al que lo disfruta. De esta manera se evita que los pescados contengan antibióticos, metales pesados o anisakis.
Ventajas de la acuicultura
Seguridad alimentaria
La acuicultura ayuda a asegurar la producción de alimentos y estabilizar el sistema pesquero.
Conservación de especies
La acuicultura contribuye a la conservación de especies en peligro de extinción al crear poblaciones reproductoras y liberar individuos en la naturaleza.
Reducción de la pesca de captura
Al aumentar la producción de alimentos acuáticos mediante la acuicultura, se disminuye la presión sobre las poblaciones de peces silvestres, ayudando a conservar los ecosistemas marinos.
Eficiencia en el uso de recursos
La acuicultura puede ser más eficiente en el uso de recursos como el agua en comparación con la agricultura tradicional, especialmente en sistemas de recirculación y acuaponía.
Oportunidades económicas
La acuicultura ofrece oportunidades de empleo y desarrollo económico en comunidades costeras y rurales. Más de 40.000 personas se dedican a la acuicultura
Innovación tecnológica
La industria acuícola ha impulsado el desarrollo de tecnologías avanzadas para el monitoreo, control de calidad del agua, nutrición y manejo de especies, lo que también puede beneficiar a otras áreas de investigación.
Menor impacto ambiental
En comparación con ciertas prácticas de la pesca de captura, la acuicultura puede tener un menor impacto ambiental siempre que se haga de manera sostenible y responsable.
Sin embargo, es importante destacar que la acuicultura debe ser gestionada de manera responsable para evitar problemas ambientales, como la contaminación del agua, la propagación de enfermedades y la degradación de hábitats costeros.
La regulación y supervisión adecuadas son esenciales para garantizar que la acuicultura sea beneficiosa tanto para la humanidad como para el medio ambiente.
Esta práctica aún en evolución alberga grandes esperanzas para el bienestar de nuestros mares y océanos. Gracias a la acuicultura podemos concebir un futuro donde seguir consumiendo alimentos de alta calidad a la vez que garantizamos la salud de los ecosistemas marinos.