La serie Km 0 continúa con su recorrido por España para detenerse, en esta ocasión, en el comercio y la cocina del Principado de Asturias. Una comunidad autónoma que cuenta con gran variedad de productos locales a los que trata de sacar partido para lograr una gastronomía sostenible.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de productos de proximidad en Asturias? Se podría decir que la sidra es uno de sus principales imprescindibles, la seña de identidad del Principado. Una bebida que no se entendería sin alguno de los más de 500 tipos de manzanas con los que cuentan en la región.
El frescor y la acidez de la sidra congenian a la perfección con el peculiar sabor del chosco, un embutido típico de los aperitivos asturianos que viene del cerdo y se sirve curado y ahumado. La cuna de su producción se sitúa en Tineo, un concejo del occidente de Asturias.
Y es que los embutidos son diferentes a los de otras partes de la Península por el clima húmedo que reina en el Principado.
La producción de chorizo y morcilla es otro de los puntos fuertes de su cocina, tanto para guisos como para preparar el famoso bollo preñao. Un manjar del que nadie se olvida si lo prueba recién hecho.
No nos olvidamos de las fabes, esas legumbres grandes, blancas y de forma larga y aplanada que todo el mundo prueba cuando viaja al Principado. Se cocinan con chorizo, morcilla, tocino e, incluso, verdura de temporada, conformando el famoso pote asturiano.
Mención aparte merece también la conocida como ternera asturiana, una indicación geográfica protegida de carne de vacuno que certifica que los animales han sido nacidos, criados y engordados en Asturias.
Una consideración similar a la del pitu caleya, un pollo de raza asturiana que se sale de lo común, ya que se cría en libertad y se alimenta de maíz, lombrices o cereales.
Aunque, si dejamos a un lado la carne y pensamos en el mar Cantábrico, donde encontramos una gran variedad de pescado y marisco. Uno de los más característicos podría ser el rape, más conocido en el Principado como pixín, en todas sus formas, es decir, rebozado, en salsa, a la plancha o marinado. Aunque en verano no hay lugar donde no se coma bonito, una delicia que podemos encontrar cocinada de diferentes formas, siendo el rollo en salsa la más característica.
Tenemos la bebida y el plato principal, así que solo queda el postre. ¿Hay algo mejor que el queso?
Ocupa un lugar prominente en la dieta de los asturianos y no es para menos, ya que en el Principado se elaboran 42 variedades.
Asturias es una de las regiones de Europa con mayor producción de queso. Aunque si quieres probar los más famosos, puedes empezar por el queso Cabrales, de olor fuerte y sabor potente, el queso Gamonéu, de tres leches y elaborado en el Parque Nacional de los Picos de Europa, y el queso Afuega´l Pitu, que se pega al paladar cuando se degusta.
Un producto lácteo elaborado, al igual que muchos otros, con leche de Asturias. Y es que el Principado cuenta con la marca Central Lechera Asturiana, líder en procesamiento de leche en nuestro país.
El objetivo de popularizar el consumo de estos productos siempre es recortar la distancia existente entre productores y consumidores. Un reto local que, en Asturias, afrontan de la mano de la digitalización. Y es que muchas pymes asturianas ven en el comercio en línea la mejor estrategia para extender el consumo de productos Km 0.
De hecho, el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, concedió una subvención de 1.094.084 euros al Principado para colaborar en la adaptación del comercio de proximidad a las nuevas tecnologías. Acoplarse a los nuevos hábitos de consumo de los compradores es clave para influir en sus cestas de la compra.
¿En qué se materializa ese empujón económico que el Gobierno le dio a los productos Km 0 asturianos?
Pues en la mejora de las estrategias comerciales de venta en línea, en la eficiencia de los procesos de distribución y en el atractivo de su experiencia de compra.
Todo esfuerzo es poco con tal de lograr la popularización de los productos de proximidad. Hay situaciones, como la escalada de costes que ha asolado al país en los últimos meses, en las que los pequeños establecimientos asturianos han ofrecido a sus clientes más cobertura que las grandes superficies.
Mientras escaseaba lo que venía de fuera y los supermercados luchaban contra el desabastecimiento, el producto local llegaba a las estanterías de los comercios en poco tiempo, directo desde su origen. Podía faltar el gazpacho andaluz, pero no una buena rodaja de pixín en cualquier mesa.
Los productos Km 0 solo suman puntos, sobre todo, en la lista de la compra de aquellos que se preocupan por el impacto de lo que comen.
Es el caso de Avilés, uno de los municipios más urbanos del Principado, que cuenta con iniciativas impulsadas por vecinos que se trasladaron de la ciudad al campo para dedicarse a la agricultura y ofrecer alimentos de calidad elaborados al lado de casa.
También en Siero, un concejo en el centro de la región, aportan su granito de arena. Llevan más de 5 años celebrando la Semana del Comercio Local para visibilizar, dinamizar y fidelizar las compras en las tiendas pequeñas. ¿Cuál es la actividad estrella de estas jornadas? El sorteo de 20 cheques por valor de 200 euros para gastar en productos locales.
Iniciativas vecinales que son apoyadas por el Gobierno local. Y es que el Principado ha creado un libro de recetas que hace un recorrido por la gastronomía asturiana a través de los productos de proximidad: Recetas Saludables del Principado de Asturias.
Queda claro que cada vez es más sencillo elaborar un menú equilibrado y con productos Km 0 como principales protagonistas.