El Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI) pretende darle un empujón al País Vasco para conseguir que sea más digital, verde e inclusivo.
Investigación e innovación son dos palabras clave en el mundo digital en el que vivimos. La evolución tecnológica se resume en una continua competencia por alcanzar progresos cada vez mayores. Las expectativas son altas y su consecución se espera en plazos cortos.
Con este proyecto, la administración vasca tiene dos objetivos. El primero y más importante es mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos antes del 2030 gracias a la digitalización, pero, además, este desarrollo permitirá posicionar a la región a la cabeza de Europa en materias de gran importancia como son la ciencia o la innovación.
¿Quién forma parte de esta gran estrategia tecnológica?
Pues instituciones públicas, empresas, universidades o centros de investigación que forman un amplio abanico de colaboradores publico-privados dispuestos a apostar por la inversión en I+D+I.
Este proyecto es una versión 2.0 de un plan que busca, desde hace tres décadas, cubrir las principales prioridades tecnológicas de Euskadi. Unas estrategias que salen adelante gracias a la financiación internacional y la inversión del Gobierno Vasco.
Este nuevo modelo, adaptado a las necesidades que se plantean de cara a los próximos 10 años, va acompañado de la crisis de la Covid-19. La pandemia ha dejado al descubierto las carencias en inversión e investigación científica y tecnológica y el proyecto pretende mejorarlo.
El PCTI aúna todas las ramas del desarrollo tecnológico y plantea diferentes estrategias de progreso. Un buen ejemplo es la línea de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3), que busca profundizar en ámbitos empresariales y científico-tecnológicos en Euskadi que puedan ofrecer oportunidades.
¿Cuáles son sus referencias del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación de Euskadi? Pues, por un lado, el Programa Marco Horizonte Europa, que quiere ver el impacto en el ámbito científico, tecnológico, económico y social de las inversiones de la Unión Europea en investigación e innovación. Por otro lado, el Programa Europa Digital, que apoya la transformación digital de cualquier sector con financiación para proyectos de inteligencia artificial, ciberseguridad o generalización del uso de las tecnologías. También el Pacto Verde Europeo, que responde al cambio climático con innovación, garantizando la eficiencia de recursos. Y el Programa Berpiztu, que se centra en luchar contra las consecuencias socioeconómicas de la pandemia en Euskadi.
Otro punto destacable: la implicación del Gobierno vasco
Cuenta con políticas vinculadas también a este proyecto como son el Plan Estratégico de Transición Energética y Climática, la Agenda Digital de Euskadi y Plan de Emprendimiento, o el Plan Estratégico de Innovación Pública y Gobernanza.
De momento, el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación de Euskadi tiene cuentas pendientes a las que hacer frente. Y es que, aunque el informe Regional Innovation Scoreboard 2021, publicado por la Comisión Europea, les posicione entre las regiones de “alta innovación” por crecer casi un 15% en este ámbito desde 2014, deberían reducir las diferencias con Europa en lo que a inversión en I+D se refiere, impulsar la participación de empresas, sobre todo, de las pequeñas y medianas, y potenciar la presencia activa de la mujer en este ámbito.
Sin embargo, también son muchos sus logros, ya que han conseguido concienciar a la sociedad vasca en favor de la innovación, crear espacios de colaboración interregional, integrarse en Europa, desarrollar herramientas innovadoras y cumplir con los retos sociales.
Este proyecto va más allá implica de manera directa a la energía, el clima y la sociedad en cada uno de sus objetivos.
Se podría decir que busca investigar e innovar para cubrir necesidades y ofrecer garantías.
Si lo llevamos a la práctica, podríamos estar hablando de una industria inteligente, modelos de negocio basados en datos y promoción del talento científico. Pero también del crecimiento de la alta tecnología, la transformación digital del sistema sanitario o acceso a datos a gran escala.
Por tanto, la operación es simple: conocimiento + innovación = progreso y mejora de la competitividad de la región. La clave está en encontrar la excelencia y el liderazgo en el campo de la tecnología y la investigación.
El mapa que resulta de todo esto está formado por iniciativas transversales que quieren llevar a Euskadi a la cima tecnológica a nivel europeo.