La Noche de San Juan o las Fallas, son fiestas que se celebran en distintas zonas de España, teniendo como protagonistas a petardos y fuegos artificiales, para regocijo de quienes participan. Sin embargo, hay un gran número de personas, niñ@s y animales, para quienes estas fiestas son un verdadero calvario.
En el caso de los perros, su agudeza auditiva hace que perciban los estruendos de la pirotecnia de forma mucho más intensa que los seres humanos. Además, el olor característico que presentan, puede afectar la sensibilidad olfativa de los perros y gatos.
Las detonaciones son intempestivas, repentinas, no se pueden anticipar, y son menos frecuentes durante todo el año, concentrándose en pocos días del año. Además, las mascletás o los castillos se caracterizan por mantener el nivel sonoro muy alto durante un largo período de tiempo. Todo esto hace que el animal no pueda habituarse a estos ruidos de forma gradual para aprender a tolerarlos, y éstos se transforman en situaciones muy difíciles de gestionar para los animales.
[Foto de Ahmet Boydak Pexels]
Signos frecuentes observados en perros y gatos, consecuencia de la exposición a ruidos. La mayoría de estos signos se deben a un aumento de la epinefrina (adrenalina) y del cortisol (relacionado con el estrés). Se han descrito casos de animales que han muerto por fallo cardíaco, durante la exposición a sonidos o inclusive días después
- Congelamiento o paralización (freezing)
- Conductas de evitación activa (esconderse, escaparse…)
- Temblores incontrolados
- Taquipnea (jadeos continuos)
- Taquicardia (aumento del ritmo cardíaco)
- Salivación excesiva
- Vocalizaciones intensas
- Micción o defecación
- Piloerección (erizamiento del pelo)
- Postura corporal encogida (patas recogidas, orejas hacia atrás, rabo entre las patas)
- Dilatación de la pupila
- Trastornos gastrointestinales
- Comportamientos para redirigir la ansiedad (destrucción, aumento de la actividad, estado de alerta)
- Comportamientos erráticos y temerarios (esconderse, huir, atravesar puertas o ventanas, etc.); en caso de escapar en la calle, corren riesgo de ser atropellados por los coches, con consecuencias moderadas o graves, o perderse por desorientación.
- Desequilibrio nervioso (predominio del sistema simpático)
- Confusión, ansiedad, miedo
- Pérdida de la audición en diferentes grados, en animales que están cerca de las detonaciones o expuestos con frecuencia a ellas.
- Quemaduras o lesiones
- Contaminación e intoxicación por los productos químicos que desprenden las detonaciones, afectando por igual a personas, animales domésticos y fauna urbana.
[Foto de Pixabay de Pexels]
En gatos, como suelen ocultarse o escapar, estos signos pasan más desapercibidos al ojo humano, pero también los presentan. En ocasiones, los gatos en la calle pueden correr detrás de los explosivos, pudiendo ingerirlos o acercarse tanto, que la explosión hace que les afecte la vista o tenga lesiones en la cara.
Te invito a leer el informe técnico veterinario sobre los efectos de la pirotecnia en los animales, publicado por AVATMA.
Para prevenir estos efectos y ayudar a nuestros compañeros animales, aquí hay unas pautas q tener en cuenta:
Amantes de la pirotecnia: evita tirar petardos y bombetas cerca de los animales que veas en la calle. Intenta establecer la zona de petardos lejos de las colonias de gatos y de los parques caninos. Quizás puedas plantearte reducir la cantidad de petardos que utilizas y hacerlo sólo en ocasiones puntuales.
Humanos con animales:
En la calle: evita pasear a tu perro en horas de mucho ruido; realiza paseos de calidad antes de la hora habitual de detonaciones: incluye juegos de olfato y juegos contigo, para que pueda estar más tranquilo al volver a casa.
No lo lleves a mascletás y castillos. Los paseos deben ser cortos: suficiente para que hagan sus cosas y vuelve rápido a casa. No sueltes a tu perro bajo ninguna circunstancia! Puede asustarse y huir.
No lo riñas si tiene miedo o tira de la correa para volver a casa; acompáñalo con amabilidad porque lo único que quiere es ponerse a salvo.
En casa: no los dejes solos en casa en las horas de más ruidos. Normaliza la situación, tratando de no mostrarle nerviosismo o ansiedad, puesto que tu perro estará observando cómo reaccionas tú. Actúa con tranquilidad para darles seguridad; no los ignores, intenta transmitirles que no deben tener miedo. Si se acerca a ti, dale apoyo mediante el contacto físico que tu perro o tu gato te pida. No te dejes llevar por la creencia de que si lo tocas, estarás reforzando el miedo!!! El contacto físico le estará dando apoyo y seguridad.
Cierra puertas, ventanas y persianas; asegúralas correctamente para aislar tu casa del sonido y evitar que tu perro o tu gato se puedan escapar por ellas.
Aísla la habitación más alejada de la calle o la que recibe menos ruido, y deja a tus mascotas entrar allí: esta será su “zona segura”. Los transportines o jaulas pueden ser un sitio seguro para tu mascota, si están acostumbrados a ellos. Quédate en esa habitación con él, si ves que acompañado se encuentra mejor. Si quiere esconderse bajo la cama o en alguna habitación no habitual, déjalo ir donde se sienta más cómodo.
Pon la televisión o la radio a volumen muy alto, en especial en las horas de mascletás o castillos. También puedes encontrar música para inducir a la calma y probar si funciona con tu mascota (busca audios/videos de ruido blanco, que suelen funcionar muy bien).
No los alimentes en horas de mucho ruido, ni poco tiempo antes o después: espera a que estén tranquilos; sí puedes intentar darles premios mientras están expuestos al ruido, para que lo asocien con algo positivo
No los riñas si los ves nerviosos, si corren por la casa, si vocalizan o incluso, si intentan morder;
Existen diversas opciones naturales o farmacológicas para ayudarlos a pasar esta época, consulta con tu veterinario, un etólogo o un educador canino. También hay una especie de camisetas apretadas que generan sensación de bienestar. Prueba lo que vaya mejor a tu mascota, siempre con asesoramiento profesional.
No suelen interesarse por la comida cuando tienen miedo, pero si tu mascota es glotona, pues intenta con algún premio de larga duración (aquellos buenos para morder o roer) para distraerla.
Importante: no intentes acostumbrarlos a ruidos en esta época, esto podría incrementar el estrés de tu mascota; planifica comenzar a hacerlo después de las fiestas, ya que este tipo de modificación de conducta puede durar varios meses.