La Economía Circular es un concepto que se suele vincular al reciclaje, pero en realidad es un modelo económico va mucho más allá, de hecho, reciclar debería de ser el último eslabón.
Para entender qué es la Economía Circular, es importante comprender la necesidad de redefinir el modelo productivo y de consumo. Desde la revolución industrial, hemos seguido un modelo de Economía Lineal donde extraemos, fabricamos, consumimos y desechamos. Con una visión irreal de que las materias primas son ilimitadas, pero hoy día estamos viendo que muchos recursos naturales se están agotando.
Este modelo incrementa la emisión de gases de efecto invernadero, lo cual tiene como consecuencia la crisis climática que se está potenciando, y por otro lado al hiperconsumismo, muchas veces sin una necesidad real genera elevados volúmenes de residuos, ya que en su mayoría acaban en un vertedero o incinerados.
Concretamente en moda, el problema que provoca el modelo lineal se acentúa todavía más debido, por un lado las tendencias de la industria y la obsolescencia programada provoca que la vida de la ropa sea muy corta creando un modelo de consumo de productos de poca calidad de usar y tirar, donde lo que prima para las empresas es el producir a bajo coste.
Se estima que cada persona en la UE genera de media 12 kilos al año en prendas de ropa, los cuales el 90% acaban en un vertedero, muchas veces con poco uso y en algunos casos aún con las etiquetas . Existen dos tipos de residuos textiles, los generados post consumo y los del proceso productivo. A modo de ejemplo, en la fabricación de bolsos de piel entre el 20% y 30% de la piel se desecha.
No podemos olvidarnos de los gases de efecto invernadero que se han generado, los litros de agua que se utilizan para la fabricación de una prenda y los recursos naturales extraídos. Por ejemplo, para la fabricación de una camiseta de algodón se necesitan en torno a 2000 litros de agua y se emiten 2,1Kg de CO2.
La moda circular, se plantea como una solución al modelo actual de producción y consumo, no solo para la eliminación de residuos, sino también para la reducción de gases de efecto invernadero y minimización de extracción de recursos naturales.
El cambio empieza en el diseño en la moda circular
Para implementar un modelo de moda circular, tenemos que ir a la raíz, al diseño. Cuando una marca diseña un producto, idealmente se utilizarían materiales reciclados u orgánicos aunque hay que tener también en cuenta la durabilidad de los materiales y la medición del impacto medioambiental de los mismos, para ello contar con la huella hídrica, la huella de carbono y la huella ecológica es esencial.
No todo lo que brilla es oro, en ocasiones un material reciclado puede ser más contaminante que uno que no lo es, un material orgánico puede tener un consumo de agua mucho mayor o no tener la durabilidad deseada. No es fácil para una marca elegir qué material es más respetuoso con el medio ambiente. Además de los materiales, hay que tener en cuenta dónde y con qué tipo de energía se va a fabricar para reducir al máximo la emisión de gases de efecto invernadero.
Algo que un diseñador debe de tener en cuenta cada vez más, es la durabilidad. Los productos deben de estar diseñados para durar y que su diseño sea atemporal y no pase de moda.
El papel del consumidor
Las marcas pueden hacer un esfuerzo por implementar el modelo circular, pero el uso que se le da a una prenda y qué se hace con ella al final de la vida útil está en la mano del consumidor, por ello, es importante que los consumidores nos involucremos en este cambio de modelo, aunque ello en ocasiones suponga un esfuerzo o cambio en nuestro estilo de vida.
La elección de la prenda marca la diferencia
A la hora de elegir una prenda de moda, es importante conocer el impacto medioambiental de la misma y elegir prendas con el mínimo impacto medioambiental, no es una tarea fácil, pero para ello existen algunos proyectos que gracias a la tecnología nos pueden ayudar como es el caso de Bcome que estudia el impacto medioambiental de la producción de ropa ayudando a las marcas a comunicar el impacto de sus prendas a los consumidores.
Menos cantidad, más calidad
El principal objetivo de la moda circular es el de disminuir los residuos, la extracción de recursos naturales y de emisiones de gases de efecto invernadero, ¿qué mejor forma de hacerlo que consumiendo menos? SI hiciésemos el cálculo de lo que hemos contaminado y los residuos que generamos por cada prenda de baja calidad y lo multiplicaremos por el número de prendas que compraremos en el mismo periodo de tiempo que dura Por otro lado, con las prendas de mayor calidad, podríamos ver claramente que reducimos significativamente los residuos, generando un impacto medioambiental mucho menor.como podemos reducir nuestro imparte con esa pequeña elección.
Reparar en lugar de desechar
Una opción muy interesante también cuando tenemos una prenda que está dañada parcialmente o ha pasado de moda, es el upcycling, una técnica que consiste en crear nuevos productos a partir de aquellas prendas que ya no queremos o no podemos usar. Si necesitas ayuda, puedes ver proyectos como Upciclick uno de los pioneros que ayuda a customizar y darle una segunda vida la ropa adaptándola a las tendencias
Alargar el ciclo vital de las prendas
Dicen que la prenda más sostenible es la que ya existe. Dentro del modelo de moda circular, es importante alargar la vida del producto todo lo que se pueda. En ocasiones para una persona una prenda ha llegado al final de su vida, pero para otra persona puede ser el inicio de la vida útil, de esta forma estamos evitando la creación de nuevas prendas. Plataformas como Percentil o Vinted son muy útiles para hacer este intercambio de ropa entre personas. Otra opción como Ecodicta, ofrece la posibilidad con una pequeña suscripción mensual que puedas disfrutar de prendas diferentes cada 30 días.
Final de vida útil de una prenda
Cuando ya hemos agotado todas las posibilidades de utilización de una prenda, ha llegado el momento de reciclarla. Si el diseño de la prenda se ha hecho correctamente utilizando materiales reciclables y facilitando la separación de los mismos para su reciclaje, si como consumidores depositamos nuestra ropa en los contenedores habilitados para ello estaremos contribuyendo a que esas prendas no terminen en un vertedero. Hay ya además muchas marcas que están ofreciendo el servicio de recogida de los productos cuando llegan a final de su vida e incluso dan incentivos para que el consumidor devuelva la prensa.
Queda mucho camino por recorrer pero ya no hay vuelta atrás, nos dirigiremos hacia un cambio de modelo que nos permita cubrir nuestras necesidades sin provocar daños irreparables en nuestro planeta. Entre las marcas, instituciones y consumidores podemos hacerlo, vamos a por ello!