Entrevista a Micaela Llosa, creadora de Philomena, un proyecto slow fashion desde las alturas

micaela llosa

Philomena, más que una marca de ropa, es un proyecto que nace como una idea de poder preservar la herencia cultural andina peruana que representa a un país que  destaca internacionalmente por su artesanía, pero dándole ciertas pinceladas de modernidad, mezclando pasado y presente.

“Revalorizar el poncho como herencia ancestral, rescatar oficios de la sierra peruana, darle visibilidad al arte del telar a pedal  jugando con los colores de la tierra, usando fibras nobles como la alpaca y creando combinaciones originales”.

En The Reason Behind entrevistamos a Micaela Llosa, comunicadora de profesión pero creativa de vocación.

Philomena proyecto moda sostenible.

Tiene un largo historial en televisión, concretamente en programas de moda. Fue una de las pioneras en el mundo de los fashionblogs en su país, enfocando siempre su contenido al arte peruano, realizando entrevistas a diseñadores, conociendo artistas nuevos y cediendo protagonismo al colectivo más importante en esta cadena de inspiración: los maestros artesanos. 

El amor por su país le ha llevado a valorar todas las expresiones artísticas. Ahí comienza una búsqueda profesional que más adelante se convertiría en una opción personal. 

Un día no lo pensó más, cogió su mochila y empezó la aventura de recorrer los pueblos más recónditos y singulares de la serranía peruana. 

Cuando vio lo que había encontrado, se propuso dar una mayor visibilidad a la maravillosa artesanía de Perú. 

Sin demasiadas pretensiones, se fue aproximando a un mayor número de representantes de las diferentes comunidades de artesanos, dándoles notoriedad, revalorizando oficios que habían ido pasando de generación en generación, buscando la tradición textil y su permanencia en estos tiempos modernos. 

Ha llovido bastante desde entonces, y han sido numerosas sus colaboraciones con marcas peruanas, incluso llegando a fusionar diseños andinos con aires funkys y rockeros, alcanzando un gran éxito y obteniendo una buena aceptación en el mercado local.  

Con esto, como ella misma nos cuenta, ha logrado uno de sus sueños: emprender algo propio.

El proyecto Philomena nació como una inquietud que brotaba del amor que siente por su país. Gracias a esa pasión y a una actitud imparable, Micaela consiguió emprender su proyecto y darle vida. 

Philomena proyecto moda sostenible.

Pregunta. Micaela ¿Qué te motivó a emprender tu proyecto?

Respuesta. Lo que me motivó hace ya 7 años fue este anhelo de tener algo propio, mío. Algo que yo pueda darle la forma que quisiera, algo que yo pueda ver crecer. Que sea mío, que no esté sujeto a las órdenes de nadie más o a las decisiones de un jefe. Principalmente, era eso. 

He trabajado en televisión durante años y siempre tenía en mente que un día estás pero mañana no sabemos, o prescinden de ti o viene alguien y te reemplaza. Lo sentía poco estable, con poca raíz. 

Es por eso mi deseo personal de empezar algo que yo pueda gestar, ver crecer, sembrar, regar. Es allí donde nace Philomena, y también porque siempre me ha llamado la atención el mundo empresarial. 

Yo de empresa sé poco, pero creo que más fuertes eran mis ganas de emprender y crear, siento que, en el fondo de mi corazón, mi esencia es creativa al 100%.

Lo que me cuesta mucho al final del día es el orden, los números, la gestión. Pero básicamente era eso, tener algo propio, verlo crecer con el tiempo y tener ese poder de decisión, para mí es importante.

¿Cómo es la mujer Philomena?

Creo que va cambiando con el tiempo, como la canción de Mercedes Sosa, cambia todo cambia. Que yo cambie no es extraño, entonces es difícil definirla.

Diría que es una mujer curiosa, que respeta y valora mucho las tradiciones, las culturas, que le gusta sentirse cómoda con lo que viste, le gusta viajar, explorar, que respeta mucho los orígenes, disfruta de la vida, es una mujer libre y a la vez conectada con sus raíces.

¿Cómo definirías la moda actualmente?

No sabría definir la moda actualmente porque dejé de seguir su actualidad hace mucho, te soy honesta. Yo antes podía estar al tanto de las tendencias, pero hoy por hoy ya no.

Me interesa poner en valor el poncho, las tradiciones, la manera de hacer ropa artesanal, el trabajo con las manos, el trabajo en comunidad, pero, honestamente, no sabría decirte cómo definir la moda porque no la sigo.

Ahora, si me preguntas en relación a la pandemia, sé que la gente ha optado por la comodidad sobre todas las cosas, y es ahí donde yo me reafirmo con lo que hacemos esta idea de poner en valor el poncho y la ruana que son prendas atemporales que respetan tradición y que tienen un origen bastante significativo, que te conectan con la tierra con sus raíces, pero, a su vez, son piezas muy nobles porque se acomodan a ti, no te aprietan, no te ajustan, no tienen talla. 

Son piezas que te acompañan y creo que cobran mucho valor hoy.

Philomena proyecto moda sostenible.

¿Te gusta seguir las tendencias o fluyen naturalmente?

Antes me gustaba mucho seguir las tendencias, era casi hasta un poco esclava, prisionera de lo que estaba de moda. Iba corriendo a comprar cosas que, de pronto, ni siquiera sabía si me gustaban o no, creo que ni me detenía a pensar en eso.

Ahora, me dejo influenciar cada vez menos por las tendencias, y decido más en base de lo que a mí me provoca, lo que a mí me gusta, en base a mi propia personalidad y fluyo naturalmente.

¿Qué aportas de ti para la creación de los ponchos y ruanas de Philomena?

Este anhelo, este deseo de poner en valor el trabajo en telar a pedal, con las comunidades de artesanos. Yo le tengo mucho respeto y cariño al poncho por sus orígenes, porque está muy relacionado con el trabajo con la tierra, con las culturas y, sobre todo, porque es un medio de expresión riquísimo.

Si tú regresas a los qros, por ejemplo, a las tradiciones pre-incas, los paracas o los nazcas, etc. en cada una de sus piezas existía un lenguaje, una manera de comunicar. Fue algo que siempre me inspiró, y me sigue inspirando. 

Ahora, en el mundo moderno, es muy difícil de comunicar como se hacía antes y, hoy por hoy, lo que hacemos en Philomena es comunicar a través de los colores tierra, por ejemplo, trabajamos mucho con los colores naturales, todo lo que tenga que ver con nuestras raíces y con el concepto de libertad. 

Son dos palabras que realmente hoy en día definen a Philomena y creo que lo que nos guía, hoy en día, es la naturaleza y los colores sobrios, naturales, de la montaña, del río, y es de esta que ponemos en valor el poncho y la ruana.

Sabemos que tu inspiración número 1 es el Perú, su herencia cultural y artesanal. Si tuvieras que cruzar fronteras y hacer una fusión, ¿con qué cultura o sociedad te identificarías?

Si tuviera que hacer una fusión… Me gusta tú pregunta.

Me gusta lo argentino, me gusta también lo mexicano, lo navajo, lo indio americano…No te sabría decir un lugar en particular. Todo aquello que tenga de inspiración la naturaleza, los colores tierra, eso me gusta mucho, el movimiento y también los detalles de piedra como turquesas. México me parece un lugar riquísimo y, cada vez que regreso, me lleno de inspiración por sus colores, por sus trabajos hechos a mano, por su cultura en general. 


La creación en conjunto se ve en los diseños y en la calidad de cada pieza, ¿cuánto te lleva desarrollar una ruana o poncho? Cuéntanos el proceso creativo, desarrollo y desenlace final hasta que llega a las manos del cliente.

Es un proceso bastante largo y bastante artesanal, por así decirlo. 

Primero, se elige la fibra, se deciden los colores que vamos a utilizar, se compra la fibra, que es pelo de alpaca 100%, luego las fibras nos llegan a la oficina en conos tipo carretes, luego estos conos se embalan y se envían a las comunidades en una encomienda. Con la fibra allí, ellos desarrollan la pieza. Cuando la tienen lista, nos la envían a Lima para revisar y darles el OK. 

En la oficina nos encargamos de darle los últimos detalles, colocarle las etiquetas, hacerle las fotos correspondientes y subirlas a nuestras redes y página web. Otra parte va destinada a nuestros puntos de venta tanto en Lima como en Cusco donde tenemos dos corners. El proceso es largo, porque todo se hace a mano, desde la creación hasta la producción de cada poncho.

De todas las colecciones presentadas, ¿qué significan para ti los ponchos essentials o hot picks?

Tenemos siempre clásicos que a la gente le gusta. Son piezas atemporales y muy elegantes como la ruana maya y la ruana shilla que son dos modelos clásicos de Philomena que repetimos a lo largo de los años y que no pasan de moda. Se podría decir que son las más representativas. 

Ahora, en esta última colección, hemos jugado con un poco de flecos, con más movimiento. Cada temporada nos gusta jugar y atrevernos un poco, pero también mantenemos las ruanas clásicas.

Tenemos una sección en nuestra página web que se llama Diseña tu ruana, donde cada cliente puede elegir las combinaciones en colores que quiera y allí encuentras nuestros dos modelos de ruana shilla y maya.

Esta interacción es bastante novedosa en el Perú, me parece que no hay ninguna otra marca en el mercado que tenga este servicio. La verdad es que nos ha tomado un tiempo hacerla, pero vale la pena y creo que es importante que cada cliente diseñe su ruana a su gusto.

La Industria de la moda en todas sus expresiones pasa por momentos de cambios, se avecinan nuevas propuestas cada vez más sostenibles, ¿hacia dónde crees que se dirigirá esta nueva era?

Bueno el mundo virtual está cobrando una fuerza impresionante. Efectivamente, ya todo se maneja vía página web. Lo bueno que tienen nuestras piezas es que no es necesario probarlas, es decir, no hay tallas, entonces es mucho más fácil.

Creo que hoy es el mundo de la practicidad, el de revalorizar los escenarios naturales. Ahora, eso está muy de moda. 

Esta idea de escaparse al Cusco y hacer retiros espirituales, o lugares claves en el mundo, eso también ha cobrado mucha fuerza, pienso que se ha entendido de una manera distinta el concepto del tiempo, de que la vida, así como viene, se puede ir fácilmente. 

Entonces hay como esta sensación de querer aprovechar con sensaciones con experiencias naturales un regreso a la naturaleza, pero a su vez también un deseo de practicidad, de que la pieza te llegue a la puerta de tu casa a tan solo un click

Me parece que eso es lo que se viene, la practicidad al momento de hacer una compra, reconexión con la naturaleza y revalorización del tiempo cuando se trata de elegir un viaje o de salir de la rutina.

Philomena proyecto moda sostenible.

Partiendo de allí, ¿crees que la sostenibilidad es una nueva moda o es un estilo de vida que ha venido a quedarse?

Yo creo que todo son etapas, son ciclos en la vida y, ahora, efectivamente estamos en un ciclo en el que se valora mucho más el tiempo, lo sostenible, lo hecho a mano. 

Dependerá finalmente de quiénes se mantengan en el mundo de lo sostenible, será quienes realmente lo elijan como un estilo de vida, creo que el tiempo solo lo dirá. 

Para nosotras, desde que hemos empezado, todo lo hemos producido en telar a pedal, ningún poncho o ruana ha sido tejido a máquina, parte de nuestra esencia es mantener nuestra herencia textil vigente y, como te repito, solo el tiempo dirá quiénes realmente se queden en el mundo de lo sostenible y quiénes simplemente lo vivirán como una moda transitoria.

Para ti, desde tu experiencia en el rubro artesanal, ¿qué necesita una marca, firma o diseñador para considerarse sostenible?

Creo que, primero, la convicción porque es muy fácil, muy tentador pasar a trabajar todo en máquina y usar hilos acrílicos. Es muy duro ser sostenible y ser emprendedor sobre todo en un país latinoamericano como es Perú, en donde no hay muchas facilidades, es complicado. 

Entonces, para que una marca o firma pueda ser sostenible, primero que nada la convicción y luego sus fibras o sus procesos de trabajo, la manera cómo producen sus piezas, eso para mí es fundamental. 

Por ejemplo, cuánto desecha la marca al producir una pieza, cuánto recicla, qué tanto de materiales naturales u orgánicos usa en sus colecciones, materiales reciclables que sean eco-amigables y, lo más importante, el trabajo con comunidades y artesanos. 

Creo que son varios aspectos los que definen la sostenibilidad, pero pienso que para hacerlo realidad, lo más importante es la convicción que se tiene para emprender.

A día de hoy, Philomena es una marca reconocida en el mercado peruano, ¿cuáles son las propuestas que nos presentarán ahora que Philomena se ha renovado y con deseos de cruzar fronteras, ingresar al mercado europeo? ¿Qué concepto están considerando en esta etapa de renovación y renacimiento para Philomena?

Justamente, en estos últimos meses, hemos tenido reuniones para cambiar el concepto, para evolucionar, para crecer. Los cambios son parte de la vida, como decíamos al inicio, entonces, hemos buscado reconectar con nuestras raíces que, de pronto, por la pandemia, las hemos tenido olvidadas. Colocándolas en este lugar de la supervivencia, tratando de sobrevivir y que la marca pueda pasar estos años tan duros. 

Ahora que finalmente hemos podido transitar estos dos años, estamos reestructurando todo y conectando nuevamente con este concepto de raíz y libertad, entramos a Europa con este concepto, con estas dos palabras que nos definen: libertad en lo que usas, en lo que vistes y la conexión con la raíz, con tu origen, con el lugar en el que vienes y no necesariamente tiene que ser tu país, pueden ser tus ancestros, puede ser la tierra, el mundo, pero es esta conexión con el mundo de arriba y el mundo de abajo como el ying y el yang, la libertad y la conexión con la raíz. 

Partimos de este concepto para entrar con muchas ganas y mucha fuerza al mercado europeo.

¿Considerarías la idea de producir fuera de Perú, hacer una mezcla o  blending entre la herencia cultural peruana, y la mano de obra española?

Por el momento, no está en agenda, pero claro no sabemos qué nos deparará esta aventura, lo que puede surgir en el camino o con qué nos podamos encontrar. No nos cerramos, pero hay muchos factores para tomar en cuenta: los costos, la viabilidad, la producción, en fin, las distancias. 

Ahora mismo, estamos enfocadas en producir 100% en el Perú, con las comunidades más alejadas, que son las que más voz necesitan y realmente, tienen una mano de obra increíble, muy fina y muy bien lograda, pero claro no nos cerramos a nada, y estamos abiertas a cualquier oportunidad que nos pueda traer el entrar al mercado europeo.

Micaela, ¿qué diseñadores o marcas te inspiran? ¿Tienes algún referente a la que admires y/o veas reflejado tu filosofía?

Debo confesar que no, que no hay ninguna marca o diseñador que me inspire. Quienes me inspiran son los artesanos, aquellos que no son conocidos, digamos que son los que están detrás de todo esto.

Me inspiran las montañas cuando viajo a la sierra, me inspira la naturaleza, los colores que encontramos en el camino, las fibras naturales, eso es lo que me inspira. Lo que las manos artesanas son capaces de hacer.