LogiSmile es el futuro de la movilidad en el reparto de paquetes sostenible

Logismile

Cuando hace unos años nos decían que los robots empezarían a ser una realidad de nuestro día a día, imaginábamos que harían tareas complejas para así facilitarnos la vida. Sin embargo, no pensábamos que iban a hacer actividades tan cotidianas como limpiar el suelo, cocinar o repartir los paquetes y la mensajería como hace LogiSmile.

Sobre esto último hablamos hoy. El proyecto se llama EIT Urban Mobility y comenzó a nivel europeo hace ya unos tres años, en 2019, tras el Smart City Expo World Congress

El objetivo del Congreso fue presentar tecnología con la que transformar la movilidad de las ciudades europeas, y ya tiene 48 socios de 15 países entre universidades, centros de investigación y empresas.

reparto[Foto de Handy Wicaksono en Unsplash]

EIT Urban Mobility

El EIT Urban Mobility pretende contribuir a un sistema de movilidad urbana más ecológico, más inclusivo, más seguro y más inteligente. En 2019, los objetivos para 2026 eran contar con el apoyo de 180 startups, liberar espacio destinado a los vehículos, lanzar 125 nuevos productos, aumentar la movilidad compartida y obtener inversiones.

Esta iniciativa se ha ido haciendo realidad poco a poco. Por ejemplo, en Barcelona ha sido posible hacer pruebas gracias al acuerdo de cooperación con El Consorci de la Zona Franca de Barcelona, siendo la entidad colaboradora en la segunda edición de un congreso de economía, BNEW

Otro ejemplo de la puesta en marcha del EIT Urban Mobility es la creación de Parkunload, una aplicación para que los repartidores puedan aparcar con más facilidad al hacer las entregas.

parking repartidor[Foto de Victória Kubiaki en Unsplash]

Proyecto LogiSmile

En marzo de este año se anunció el último robot en salir, un robot autónomo que se dedica al reparto de paquetes que ha sido desarrollado por el centro de innovación CARNET de Barcelona, y su diseño es como el de un pequeño coche autónomo de seis ruedas. 

Así, se facilita que vaya por carretera y por zonas peatonales, a la vez que pueda subirse a la acera. Por dentro está hueco, de forma que se puedan poner en su interior los paquetes a repartir.

El objetivo es conseguir una paquetería de última milla, es decir, en el último tramo de entrega de las mercancías, que sea más eficiente y sostenible. Teniendo en cuenta que el comercio electrónico crece cada vez más por factores económicos y sociales, este pequeño robot, si todo va bien, se hará imprescindible.

En la actualidad, el transporte urbano de mercancías representa el 20% del tráfico en las ciudades, el 30% de la ocupación de las calles y el 40% de las emisiones. Precisamente con este robot, se busca reducir el impacto en estos tres aspectos. El robot del proyecto LogiSmile tendrá una base en la que se cargarán los paquetes para así poder repartirlos en un kilómetro a la redonda yendo tanto por la carretera como por las aceras.

LogiSmile[Foto de LogiSmile de La Universidad Politécnica de Cataluña]

Para evitar colisiones y accidentes, LogiSmile cuenta con un sistema de sensores que le permite evitar obstáculos. En caso de que no pueda avanzar por una calle de forma inesperada, tiene un programario automático que rehace la ruta para ir por otro sitio. Cuando finalmente llega a casa del comprador, este puede recoger su paquete de dentro del robot mediante un código que habrá recibido en su teléfono móvil.

El pequeño coche puede ir a una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora en las calles y no supera los 10 en las zonas peatonales. Además, tiene una capacidad de 100 kilos y puede repartir tanto de día como de noche. De hecho, el reparto nocturno es la opción más sostenible en las grandes ciudades y, como es completamente eléctrico, las emisiones se reducirán al 100%.

La idea es buena, y parece que tienen todos los factores contemplados, pero queda por resolver la parte normativa. Ahora mismo está prohibido que los coches autónomos circulen por la carretera y quizá tenga que hacerse algún tipo de cambio urbanístico para que estos robots no molesten al resto de la movilidad de la ciudad. 

Ahora es momento de probar LogiSmile de forma técnica y, si funciona, es realmente la opción más beneficiosa en reparto y movilidad sostenible. Los obstáculos legales seguramente también podrán ser sorteados.

Redacción The Reason Behind