Agile, un enfoque que promueve la flexibilidad, la colaboración y la mejora continua, se ha convertido en una forma muy efectiva de gestionar proyectos y desarrollar productos. Tanto es así que en Google o Microsoft son el día a día.
¿Cómo se ha implementado en estas empresas? Gracias a su capacidad para adaptarse a entornos empresariales cambiantes. Pero lo más importante de todo, contribuye de una manera real, con el bienestar laboral.
[Foto de RDNE Stock project: en Pexels]
Aunque Agile se originó para el desarrollo de software, se ha extendido a otras áreas de negocio, dándole el nombre de «Agile empresarial» si son pequeñas o medianas empresas, o «Agile a escala» cuando se aplica a organizaciones más grandes.
Su metodología se basa en el «Manifiesto Ágil», que establece cuatro valores principales.
- Promueven a las personas y las interacciones entre ellas por encima de los procesos y las herramientas.
- Promueve la tecnología que funciona por encima de una documentación extensa.
- Promueve la colaboración con los empleados por encima de la negociación de contratos.
- Promueve la respuesta a cambios por encima de seguir un plan establecido.
Flexibilidad y adaptación
En lugar de seguir el habitual plan rígido empresarial que muchas organizaciones imponen, negro sobre blanco y sin ajustes posibles, Agile propone medidas que se adapten a las nuevas necesidades que vayan surgiendo entre los empleados de las organizaciones, así como a cambios en el mercado. ¿Cómo se materializa esto en el día a día? Con reuniones regulares de revisión y planificación en el que todas las partes son partícipes.
Equipos autogestionados
Los equipos Agile se autogestionan porque tienen la autoridad para tomar decisiones relacionadas con su trabajo, con lo que ellos les implica a nivel personal y profesional, y por supuesto con la ejecución del proyecto, lo que consigue la responsabilidad y la motivación de los miembros del equipo, mejora su posición frente al trabajo y su gestión profesional de la situación. Y, por supuesto, existe la retroalimentación constante de los clientes y los miembros del equipo para mejorar el proceso.
Sí, Agile es un cambio total de la cultura organizativa, ya que implementarlo en una empresa a menudo requiere un cambio cultural porque se fomenta la colaboración, la transparencia y la toma de decisiones basada en datos, aspectos que no se tienen en cuenta de manera real en la actualidad. Por ello, se apoyan en herramientas y prácticas tales como Scrum, Kanban, eXtreme Programming (XP) o Lean, para implementar sus principios y valores. Cada enfoque tiene sus propias características y se adapta a diferentes situaciones.
[Foto de Gustavo Fring: Pexels]
Por ejemplo, en el caso de Kanban, se trata de un sistema de gestión visual que se utiliza para controlar y gestionar el flujo de trabajo en un equipo. Su procedencia nos viene desde la industria manufacturera japonesa, específicamente de la empresa Toyota, que utiliza el sistema de producción Just-In-Time (Justo a Tiempo) mediante Kanban. Sin embargo, se ha adaptado y aplicado en una amplia variedad de contextos, incluyendo el desarrollo de software, la gestión de proyectos y servicios, y otros ámbitos empresariales.
Sus principios son claros:
Visualización del trabajo
Kanban utiliza tableros visuales para representar el flujo de trabajo. En estos tableros, las tareas o elementos de trabajo se representan como tarjetas o post-it, y se mueven a través de columnas que representan diferentes etapas del proceso.
Limitación del trabajo en progreso
Se limita la cantidad de trabajo que se puede realizar en cada etapa del proceso, lo que ayuda a prevenir la sobrecarga de trabajo del equipo, y a mantener un trabajo constante pero realista y ético.
Gestión del flujo
El objetivo principal es mantener un flujo de trabajo constante y suave, identificando posibles cuellos de botella y problemas a medida que surgen para prevenirlos.
Pull (tirar)
En lugar de empujar para hacer más y más trabajo, en el proceso Kanban se usa algo que funciona de verdad: el enfoque de «tirar», lo que significa que el trabajo se inicia en respuesta a la demanda real, y no en suposiciones o estimaciones.
Mejora Continua
Se fomenta la mejora continua al permitir la identificación de problemas de manera honesta, transparente y sin consecuencias negativas para los equipos de trabajo. De esta manera pueden ajustar su proceso para abordar estos problemas y mejorar la eficiencia con el tiempo.
[Foto de Anna Shvets: en Pexels]
Lo cierto es que la metodología Agile ha demostrado que la simplicidad es tan importante como la productividad, puesto que la cantidad de trabajo no hecho suele ser trabajo innecesario. También que los mejores resultados emergen de equipos autoorganizados porque al fomentar que sean autónomos y tengan la autoridad para tomar decisiones relacionadas con la ejecución de su trabajo con respecto al proyecto, lleva a los mejores resultados.
Y lo más importante del método Agile: reflexionar regularmente sobre cómo ser más efectivos y ajustar en consecuencia. Se promueve la mejora continua a través de la reflexión y la adaptación de sus resultados.
El método Agile ha revolucionado la forma en que las empresas abordan su propia gestión en un mundo caracterizado por la rapidez del cambio y la incertidumbre. Su enfoque, basado en valores y principios sólidos, ha demostrado que en un entorno en el que la agilidad es clave para la supervivencia empresarial, Agile es más relevante que nunca, sobre todo como catalizador fundamental para el éxito y la innovación en la empresa moderna.