La genética del chimpancé: 99% iguales, primos no humanos

Chimpancés genética

El chimpancé (Pan troglodytes) es nuestro pariente vivo más cercano. La genética del chimpancé comparte el 99% de nuestro código genético. Qué ironía que todos nuestros primos más cercanos estén en peligro de extinción por nuestra culpa ¿no creéis? ¿Ellos harían lo mismo? 

Antes de hablar de genética, ¿cómo son los chimpancés?

Antes de saber más sobre la genética de los chimpancés, hablemos sobre el mismo animal. Los chimpancés viven en comunidades formadas por muchos individuos, habitan las junglas, bosques tropicales y sabanas de África ecuatorial.

Los chimpancés macho pueden pesar unos 80kg de peso y medir desde 1 hasta 1,7m de altura en posición erecta, mientras que las hembras pueden pesar entre 26 y 50kg. 

Más sobre los chimpancés

Otra característica interesante es que sus brazos son mucho más largos que sus piernas. Esto les permite balancearse pasando de rama en rama, esta modalidad de locomoción se llama braquiación y caminan a cuatro patas apoyándose sobre sus nudillos.

Poseen dedos y manos igual que nosotros pero sus pulgares son más cortos para que no puedan interferir mientras se mueven por las ramas de los árboles.

Su alimentación es realmente variada, se basa principalmente en vegetales como frutas, raíces, nueces, hojas y brotes o tubérculos pero suelen complementarla con proteína animal como insectos u otras presas realizando cacerías de animales como cachorros de leopardo e incluso de otros primates como los colobos rojos (Piliocolobus kirkii).

Genética humanos y chimpancés

¿Otras similitudes? ¿En qué más nos parecemos?

Se calcula que la rama evolutiva entre los chimpancés y los humanos se separó hace 7 millones de años por lo que se ha referido a la especie humana como “el tercer chimpancé” contando con los bonobos – Jared Diamond. 

Se trata de una de las pocas especies animales que, al igual que el Homo sapiens, utiliza herramientas a su favor. Por ejemplo, la introducción de palos en troncos y termiteros para capturar insectos o extraer larvas, usar piedras para romper cáscaras de algunos frutos, seleccionar hojas grandes que usan para recolectar agua potable etc. 

Hemos sido capaces de hablar con los chimpancés en una lengua en común. Washoe fue una hembra de chimpancé nacida en libertad en África occidental en 1965. Fue capturada después de que su madre fuese asesinada y vendida a la Fuerza Aérea de Estados Unidos para un programa de investigación espacial. 

Washoe adquirió la enseñanza de la lengua de signos simplemente por observación y llegó a aprender más de 350 signos diferentes. Los investigadores consideran que fue el primer animal no humano en comunicarse mediante una lengua en común con la especie humana. 

A mí hay algo de esta historia que me llama mucho la atención. Washoe vivió toda su vida rodeada de seres humanos. Vivió cómo unos cazadores furtivos asesinaron a su madre, luego fue capturada y vendida como un simple objeto. A pesar de todo, pudo perdonar y no guardar rencor a nuestra especie, vivió toda su vida en cautividad y mostró afecto por la raza humana… Otra muestra de lo parecida que es a nosotros la genética del chimpancé a la de nostoros. Esto es algo que creo que nos debería hacer pensar. 

Mi experiencia con los chimpancés

Durante mi carrera, pude hacer prácticas en muchos centros, clínicas, hospitales y parques zoológicos. Lo que no sabía era que tendría la oportunidad de ver a estos magníficos animales en su hábitat natural y aprender in situ de ellos. 

Yo tenía una profesora, Lara Carrasco, doctora en primatología, siempre que podía nos contaba un apunte sobre chimpancés u otros primates en clase, se veía que le apasionaban y aunque lamentablemente no existen asignaturas específicas sobre estos animales (realmente la carrera podría ser eterna si fuésemos animal por animal), ya podíamos estar hablando de la córnea del perro o del gato que hacía la comparativa con grandes simios. 

A mí me encantaba y me aseguré de que supiese que me parecía muy interesante y compartía esa admiración por la fauna salvaje, especialmente la africana. Un día se acercó a mi pupitre y me dijo que estaba planeando un viaje a Uganda para hacer un chequeo veterinario a una reserva de chimpancés y podía llevarnos a 4 alumnos. No sé qué vería en mis ojos pero creo que supo de inmediato que quería formar parte de ese viaje a toda costa. 

Chimpancés y veterinario

Organizamos juntos el viaje y llegamos a Entebbe, a las orillas del gran lago Victoria cerca de la ciudad de Kampala, capital de Uganda. Llegamos a la reserva en la Isla Ngamba, en medio del lago, árboles inmensos que formaban una profunda y densa jungla en la que habitaban más de 60 chimpancés en libertad y a los cuales debíamos capturar uno a uno para asegurar que tuviesen un buen estado de salud.

Pasé algunas de las semanas más especiales y memorables de toda mi vida. Sentí que estaba ayudando realmente con mis manos a que una especie tan cercana a la nuestra pudiese seguir en sus selvas. Aquellas que les pertenecen a ellos, no a nosotros. Pudimos tomar muestras de sangre, de orina y heces, analizar las bocas, extraer piezas dentales en mal estado, tomar constantes vitales, administrar multivitamínicos, desparasitar e incluso vacunarles para asegurar que estos valiosos ejemplares no estuviesen en peligro. 

Pude experimentar la sensación de que mi trabajo y mi labor servían para algo, descubrí la emoción de participar en la conservación de una especie amenazada y decidí que mi lucha por asegurar que todos los animales sigan compartiendo hogar con nosotros, sería para siempre. 

Chimpancé africano

Sabiendo que la genética del chimpancé es tan parecida a la de nosotros, es nuestra responsabilidad mantener a nuestros primos vivos. Evitemos la caza furtiva, el tráfico ilegal de animales, el “mascotismo” de primates y la destrucción de su hábitat para nuestro consumo. 

La cooperación de todos y los esfuerzos de conservación del ecosistema siguen siendo cruciales para garantizar la supervivencia de estos animales. Ningún animal se libra de los efectos devastadores del ser humano. Ni siquiera un animal genéticamente idéntico en un 99% a nosotros. Salvemos a los chimpancés, a nuestros primos no humanos. 

Tomás Palomares 

El veterinario de animales salvajes

@tomijunglevet