Estamos en el Ecuador de la Agenda 2030 y según Naciones Unidas “los ODS corren peligro de estancarse en medio de la crisis climática y las fluctuaciones económicas, los conflictos y las secuelas de las pandemias”. Para cumplir con los objetivos marcados se requiere de la colaboración de todos los agentes sociales: gobiernos, sectores privados, y también, de la sociedad civil.
Dentro de los agentes privados, yo vengo a hablar de la inversión, mejor dicho, de la inversión de impacto. Y de cómo desde la inversión se puede colaborar para fomentar el cumplimiento de la Agenda 2030.
Una definición común de inversión de impacto
Empecemos por el principio. Tradicionalmente, la necesidad de un inversor se identifica con buscar la máxima rentabilidad con el mínimo riesgo. Rentabilidad que se ha medido (de nuevo tradicionalmente) en términos puramente económicos. La inversión de impacto, como podéis imaginar, persigue un objetivo de impacto social o medioambiental, además de la rentabilidad financiera.
Los inversores de impacto, en lugar de utilizar el concepto tradicional de binomio (rentabilidad-riesgo), incluyen el impacto como un factor clave en su inversión.
Como en todo, existen matices. Podemos encontrar lo que se conoce como inversión sostenible, o inversión socialmente responsable (ISR), que es aquella que tiene en cuenta los criterios ESG de una empresa; aquellos que hacen referencia a factores ambientales o sociales, pero ¿es esto inversión de impacto? La respuesta es no.
Resulta difícil encontrar una definición consensuada de lo que es inversión de impacto. No es de extrañar que muchos inversores que se autodefinen como “inversores de impacto” en realidad, no lo son. Esto puede pasar bien porque no conocen realmente su significado o lo confunden, o bien ocurre de forma deliberada, lo que se conoce como impact washing, que ya se ha convertido en uno de los mayores retos de la inversión de impacto.
[Foto de Liza Summer en Pexels]
Cómo diferenciar la inversión de impacto
Para diferenciar inversión de impacto de la inversión sostenible, así como para hacer frente al impact washing, es fundamental el papel de SpainNab (Consejo Asesor para la Inversión de Impacto), representantes en España del Global Steering Group for Impact Investment (GSG), que este año publicaba el Task Force de Fondos, un documento que pretende ser el marco de referencia de la inversión de impacto en España y que recoge las características principales de la inversión de impacto: intencionalidad, medición y adicionalidad.
CARACTERÍSTICAS DE LA INVERSIÓN DE IMPACTO
Debe existir la intencionalidad de generar un impacto: las inversiones han de hacer frente a retos sociales o medioambientales, pretenden solucionar un problema y generar un cambio en el mundo que nos rodea.
La medición es otra pata fundamental. El inversor de impacto debe introducir criterios de impacto a lo largo del proceso, poniendo énfasis en los resultados de los cambios esperados fruto de la inversión.
Pero, es en la adicionalidad donde encontramos el aspecto más diferencial. Gran parte del trabajo del Task Force se ha centrado en interpretar esta variable, y debe existir adicionalidad en la empresa y en el inversor:
Para que una empresa tenga adicionalidad, y por lo tanto financiarla se considere inversión de impacto; debe responder a 5 preguntas:
- ¿Qué resultados de impacto quiere producir la empresa de manera directa para provocar un cambio positivo y específico?
- Qué colectivo se beneficia de es cambio, que no estuviera suficientemente atendido por las soluciones existentes en el mercado)
- ¿Cuánto cambio se produce y cómo de profundo y duradero es ese cambio y para cuantos?
- ¿Cuál es la solución de la empresa que es nueva?
- ¿Cuál es el riesgo de que el impacto no llegue a producirse?
La adicionalidad por parte del inversor, puede ser financiera y no financiera.
La adicionalidad financiera, implica financiar oportunidades atractivas desde el punto de vista del impacto y del retorno financiero que, por algún motivo, han pasado desapercibidos por el mercado. La adicionalidad no financiera, hace referencia a la involucración activa del inversor para mejorar el resultado del impacto de las empresa, no solo apoyarlas en su estrategia y sus operaciones, generando un impacto que de otro modo no tendría lugar.
Los inversores que apuestan por economías inclusivas y sostenibles pueden brindar importantes oportunidades de prosperidad compartida. A través de la financiación de empresas que cumplan con estas características, estaremos contribuyendo a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y, en definitiva, a construir un futuro mejor para todos.