Inspira, expira, transpira. Ya es verano y el termómetro no baja. Hasta el aire que respiras se siente caliente. Te encantaría darte una ducha, pero no debes: la sequía amenaza. Y en esta situación no te apetece llevar nada sobre la piel que no te permita sentirte fresco. Las tiendas se llenan de prendas de lino, pero las estanterías están llenas de prendas de algodón prácticamente en la misma proporción que en invierno. ¿Sabías que el algodón supone el 24% del total de toneladas métricas de fibras textiles que se producen al año en el planeta? es una proporción enorme, teniendo en cuenta las numerosas alternativas existentes hoy en día.
[Foto extraída de la página de Pexel]
Es el tejido estrella de la moda, y he de decir que mi favorito. Ya lo he nombrado en mis artículos anteriormente, como en “Lo que te pones en la piel: materiales sostenibles en moda”. Pero creo que nunca expresé lo mucho que me gusta este tejido: es hipoalergénico, resistente a los ácaros del polvo, resistente, suave y sobre todo… transpirable, algo que me parece imprescindible siempre, y más en esta época del año. Tal es mi obsesión con este tejido que el 90% de mi armario en verano es algodón. Recurrir a marcas que utilizan algodón orgánico certificado, como bonito o Tuno Tinto permiten crear un buen fondo de armario con prendas básicas. Y si en vez de los básicos queremos un soplo de aire fresco con nuevos diseños, marcas como Brava nos ofrecen prendas de lo más originales.
[Foto extraída de la página de Shopify]
¿Y qué significa que sea orgánico? Pues que se cultiva de forma ecológica, es decir, sin usar productos químicos sintéticos ni semillas modificadas genéticamente. El algodón orgánico se rige por unos principios y unas normas que aseguran el respeto al medio ambiente y a las personas en todo el proceso de producción. En su cultivo se emplean técnicas ecológicas como regar con agua de lluvia, en vez de irrigar por aspersión o inundar los sembrados. Esto es especialmente importante, ya que el algodón es una de las fibras que más agua consume en su cultivo. Seguro que en alguna ocasión escuchaste eso de que se necesitan 10,000 litros de agua para fabricar un pantalón vaquero. Pues aunque te parezca una barbaridad, es cierto: para producir un kilo de algodón se necesitan 10.000 litros de agua. Y eso es aproximadamente lo que pesa un pantalón vaquero.
[Foto extraída de la página de Pexel]
¿Y cómo saber que el algodón de tu prenda es orgánico? Seguramente, la marca que la fabrica lo expondrá con un certificado. Existen multitud de ellos, como el GOTS o el OCCguarantee, de los que ya hablé en mi artículo “el nuevo diccionario de la sostenibilidad”,que te recomiendo que leas para no hacerte un lío entre todos los certificados que hay.
Como es un tejido muy resistente, se puede reutilizar una y mil veces. Autoras como Megan Nicolay o Jenelle Montilone nos dan ideas de upcycling para tus viejas camisetas de algodón en sus libros “Operation T-Shirt” o “Generation T”.
[Foto extraída de la página de Pixabay]
Por si fuera poco, el algodón es una fibra reciclable, siempre y cuando no esté mezclada con otras fibras como el poliéster. El proceso es simple: las prendas de algodón se trituran y se mezclan con otras fibras nuevas de algodón para aumentar su resistencia. Las fibras resultantes de este proceso se hilan en madejas que se transforman en tejido con las mismas características que el algodón tradicional.
Pero no lo olvides: es mejor reutilizar que reciclar, y por eso te aconsejo buscar una buena marca de prendas básicas de algodón con la que hacer un armario simple, duradero y sostenible. ¡Buen verano!