Freixenet es una empresa que no necesita presentación. Asentada en el Penedés, produce y vende cava desde hace más de 100 años. En el ámbito de la sostenibilidad descubrimos Freixenet porque estuvimos presentes en la mesa redonda en la que participaba nuestra entrevistada, Gloria Martí, en la feria Hispack de Barcelona.
Gloria es, además de una grandísima comunicadora, Sustainability Officer en Freixenet con más de 25 años liderando la estrategia medioambiental de la compañía. Esos años le dan una autoridad y un conocimiento que no es fácil de encontrar en el sector industrial. Gloria nos hace un recorrido por las cosas que han marcado a su empresa desde que, en 1999, uno de los proyectos que lideró vio la luz: obtuvieron el certificado de gestión ambiental ISO14001. Con él se convirtieron en la primera empresa de cava en obtener esta distinción.
Licenciada en Ingeniería Técnica Agrónoma por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Gloria Martí cuenta con una especialización en industrias alimentarias y un MBA en la escuela de negocios ESIC. Necesitamos más liderazgo como éste en el sector industrial. Ahora veréis por qué.
Hemos visto que uno de los hitos en Freixenet es la implantación, en 1999, de un sistema de gestión para ordenar y medir los esfuerzos medioambientales de la empresa. ¿Lo destacarías como el hito más importante en temas de sostenibilidad?
Sí, yo llevo 25 años en esta área y he visto esta transformación a todos los niveles tanto medioambiental como de RSC. A nivel medioambiental fue un hito la implantación de este sistema de gestión porque permitió sistematizar muchas de las cosas que veníamos haciendo. Poner orden y priorizar lo importante antes de lo urgente. Esto nos ayudó a tener una herramienta de trabajo útil para conocer cómo estábamos realmente, no solo basándonos en sensaciones, y poder empezar a tener indicadores ambientales, revisarlos y cambiar maneras de hacer.
También ha sido importante la creación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. El éxito de esta iniciativa ha estado en que ha involucrado en primera persona a la industria. La industria se ha sentido partícipe de estos objetivos y yo creo que también nos ha ayudado a crear una priorización (en qué temas podemos ir mejorando, qué estamos haciendo, etc).
Hitos importantes a nivel táctico son la reducción de nuestra carga orgánica en las aguas residuales, por ejemplo. Redujimos la carga orgánica en origen, con una
depuradora adecuada. Dejamos de pensar en soluciones finalistas para optar por soluciones en origen y largoplacistas.
¿En qué ha cambiado hoy en día vuestra política de RSC de antaño?
Lo que yo veo es que tiene que ver con salir de tu departamento estanco. Hay una comunicación mucho más transversal en las organizaciones que ayuda a que todos trabajemos en RSC como parte de unos objetivos comunes. Hasta ahora cada departamento iba a buscar sus objetivos. La RSC lo que hace es unir todos estos objetivos y crear unos objetivos comunes para mejorar el entorno, la vida de nuestros consumidores y la de nuestros proveedores.
Parte de nuestro accionariado es alemán y tenemos creado un grupo de trabajo de sostenibilidad en diferentes empresas de diferentes países a través del que
comunicamos mejoras y nos ayudamos entre todos. Los ODS nos han permitido crear grupos más específicos y orientados, como el de economía circular, el de sostenibilidad, que es internacional o el de desarrollo sostenible.
Comentabas en Hispack que hay una urgencia encima de la mesa. Hay toda una legislación que llegó de Europa y os está apretando especialmente en vuestro sector…
Uno de los temas que hablamos en Hispack fue la economía circular relacionada con los envases. El Real Decreto de Envases va a entrar en vigor a finales de año, sumándose a la ley de residuos que está en vigor desde el 8 de abril. El Real Decreto de envases supone un cambio en la manera de hacer, envasar y utilizar materiales. Por eso creo que el Departamento de Medio Ambiente va a tener que hacer una labor muy pedagógica dentro de las empresas porque muchos departamentos como marketing, calidad o compras tendrán también que adaptarse a estas exigencias. Para este replanteamiento vamos a tener que ser más creativos vamos a tener que pensar nuevas ideas. Aquí el I+D va jugar un papel fundamental para ayudarnos a dejar de hacer las cosas como siempre y pensar otras maneras de hacerlas.
En nuestro caso el envasado tiene unas limitaciones importantes. Nuestras botellas, por ejemplo, tienen una presión interna que hace que tengamos que investigar si la reutilización es posible y no supone un riesgo para nuestro cliente.
¿Qué tareas tenéis pendientes?
Una de las cosas que llevamos a cabo es una prueba piloto para transportar nuestro producto a través del tren. Yo creo que este es un reto importantísimo dentro de nuestro sector. Nosotros exportamos prácticamente un 80%, y un 30% lo estamos llevando a un solo país, que es Alemania. Con la prueba redujimos un 92 % nuestras emisiones de CO2 en el transporte. Está claro que es por ahí por dónde tenemos que ir. Si somos una empresa que elabora 100 millones de botellas al año llevarlas en tren tendrá un impacto de reducción importantísimo.
También descarbonizar nuestro proceso productivo. Primero vamos a ser lo más eficientes posibles en cuanto a consumo energético y luego vamos a invertir en energías renovables. Compramos energía verde, pero es verdad que seguimos utilizando energías combustibles como el gas natural, y el reto a medio-plazo para todo el sector industrial va a ser descarbonizar nuestros procesos.
Me imagino que hace 25 años te debían oír como quien oye llover cuando hablabas de medio ambiente y ahora todos están delante de la mesa preguntando ¿qué hacemos? …
Risas. Sí, hace 25 años estaba bastante sola a nivel sectorial, sin tener otros colegas de medio ambiente más allá de quienes estaban en grandes industrias, pero en nuestro sector prácticamente no había técnicos de medio ambiente. En Cataluña siempre ha sido importante, pero nada que ver con lo que está siendo ahora a nivel local, nacional e internacional.
La sostenibilidad y el medio ambiente han saltado a los primeros puntos de las agendas de la estrategia empresarial.
¿Cómo motivamos al consumidor para que elija los productos más sostenibles que tenéis?
La transparencia es uno de los aspectos en los que más se está trabajando en Freixenet. A partir del 1 de diciembre pasado, la FEV (Federación Española del Vino) puso a disposición del consumidor la plataforma U-Label que, por ahora, aporta información nutricional a través de un código QR. Se busca empoderar al consumidor y que esté informado, también, del impacto ambiental del producto que compra. Toda la nueva legislación busca esto: que le digamos qué material reciclado tenemos, si es reutilizable, etc. El consumidor que quiera estar informado tendrá mucha información al respecto.
En cualquier caso, a la sostenibilidad vamos a ir todos. Puede ser un argumento de venta, pero debe ser un argumento ético de tu manera de relacionarte con el planeta. Por lo tanto, creo que, más que una motivación de compra, más bien acabarán apartados del mercado a aquellos que no cumplan.
En plan Orwelliano, en 2084, ¿cómo te imaginas a Freixenet?
Uno de nuestros lemas es “Celebra la vida”. Para ello es importante cuidar de las personas, de todas: colaboradores, clientes y cuidar de nuestro entorno. La preservación de la biodiversidad de nuestro sector es importantísima porque dependemos del entorno. La uva es una materia prima y necesitamos respetar su entorno y su biodiversidad.
Me imagino una empresa más humana, descarbonizada con productos con nulo o bajísimo impacto ambiental, con otra manera de hacer. Sobre todo, espero que no sea como en el libro de George Orwell…
Hay que decir que, con tu cargo, tienes un poco más de presión que otros entrevistados… ¿Del 1 al 10 cómo de sostenible te consideras?
Es una nota alta, un notable alto o sobresaliente a nivel medioambiental. Sobre todo, porque llevo mucho tiempo trabajando en ello. Soy la típica que se lleva bolsas de colores de viaje y voy diciendo dónde tienen que ir tirando las cosas. El respeto por el medio ambiente lo llevo allá donde voy. Incluso puedo resultar un poco pesada. (Risas) Es que conozco el problema de raíz.
El año pasado en Freixenet participamos en el proyecto Libera, de recogida de “basuraleza” y ahí vi de primera mano lo que supone todo lo que se tira, de la falta de concienciación de algunas personas a través de lo que recogimos solo en el entorno de Freixenet. No me imaginaba que se pudiera recoger tanta basura.
¿En qué aspecto social / ambiental te has involucrado más y qué crees que te ha llevado a ello?
Provengo de una familia muy activa socialmente. Mi hermana está involucrada en una organización que se llama Cardedeu per tothom (Cardedeu para todos) que realiza muchas acciones de ayuda. También mi tío trabaja en una asociación llamada Cooperación Internacional que rehabilita escuelas en Senegal y en Gambia.
En casa tuve un refugiado afgano durante un tiempo y conocerlo me hizo replantearme muchísimas cosas. Era súper agradecido y muy optimista.
¿Qué actividad te ha hecho sentir orgullosa en ese aspecto?
La participación de Freixenet en el proyecto Libera creo que fue muy enriquecedora, y fue una iniciativa que empujé desde dentro. Soy muy partidaria de la colaboración transversal entre sectores y entre empresas, y personas. Por ejemplo, el hecho de participar en la elaboración de la Guía de Ecovodrio me hizo aprender mucho de otros sectores (de reciclaje, de producción, etc.).
Si tuvieras que elegir una organización benéfica, ¿cuál sería? ¿Cuál es tu referente en el campo de la sostenibilidad?
Pues me gustaría destacar una entidad, que organizó mi prima, en Belgrado, que se llama No Name en la que daban de comer a los refugiados. También a nivel internacional destacaría la labor de Cruz Roja o Médicos sin Fronteras por esa capacidad de poder estar en la urgencia. Luego las locales, que son muy necesarias.
Todas tienen su labor. Yo colaboro con Cruz Roja o Banco de Alimentos con la Gran Recogida, pero también con el Casal dels Infants.
En Freixent formo parte del Grupo Solidario “Teamcting”, que iniciamos hace años y consiste en que pones un euro al mes y eso se destina a diferentes organizaciones como Arrels, Banco de Alimentos, organizaciones locales de Sant Sadurní, etc. También formamos parte de la iniciativa de los Reyes Majos, una campaña que se organiza cada año en Navidad que ayuda a cumplir los sueños de personas desfavorecidas.