Con la idea de descubrir parajes ocultos y destinos novedosos, solemos alejarnos mucho de nuestro entorno más cercano. Sin embargo, hoy quiero descubrirte una región algo desconocida y muchas veces olvidada: Extremadura. Hoy te traigo descubrimiento, cercanía y sentimiento de pertenencia.
La Dehesa extremeña, el Valle del Jerte, Tierra de Barros, el Parque Natural de Montfragüe…quizás la mayoría de estos nombres no te son familiares. Sin embargo, guardan tesoros incalculables en un destino próximo, Extremadura.
En un contexto donde estamos saturados de entornos digitales, horarios infinitos y trabajo last minute, desconectar se vuelve imprescindible. Y hacerlo con criterios de sostenibilidad se está convirtiendo en un reclamo cada vez más solicitado.
Norte de Extremadura
Pensar en naturaleza, silencio, conexión con el entorno y tan solo a 2 horas de una gran metrópolis como pueda ser Madrid, resulta tentador.
Estoy hablando de la zona norte de Extremadura, en la provincia de Cáceres, donde podemos encontrar el Parque Natural de Montfragüe, reserva natural donde se encuentras especies protegidas como el Buitre Leonado o el Lince Ibérico. Un paraje donde adentrarte en la naturaleza resulta fácil, agradable y tremendamente atractivo. Podrás descubrir saltos de agua, nidos de buitres y otras maravillas haciendo la ruta senderista al castillo, la más extensa de las existentes en el parque y cuya dificultad es media. Consta de 16km y atraviesa el río Tajo a su paso. Se tardan unas 5 horas por lo que es ideal para los amantes del senderismo.
Siguiendo la senda de la zona cacereña, nos encontramos el Valle del Jerte donde, además de sus conocidos cerezos en flor, encontramos diversas zonas de baño y piscinas naturales como pueda ser Los Pilones. Además, hospedarse en rincones como Susurros de Manadero puede hacer la experiencia aún más inmersiva.
No obstante, si quieres disfrutar de todo este entorno y, además, alojarte en un enclave realmente único, El Jardín de las Delizias es tu sitio. Rodeado de cerezos y cascadas, este alojamiento ecológico cuenta con 3 casas típicas de Mongolia llamadas Yurtas y elaboradas por artesanos locales. Además, para aquellos amantes del astroturismo, desde este alojamiento se puede observar un cielo estrellado increíble mientras comes las cerezas que quieras de los árboles del entorno y disfrutas de su piscina de agua salada. Asimismo, en los alrededores hay un bosque con castaños centenarios. Todo un paraje ideal para desconectar para reconectar. ¡Qué más se puede pedir!
Sur de Extremadura
Ahora nos desplazamos al sur de Extremadura, a la provincia de Badajoz, donde podremos disfrutar del Puente de Palmas o del Río Guadiana.
No dudes en aprovechar para alimentarte de frutas y verduras de km0. Para muchos quizás degustéis por primera vez el verdadero sabor de una sandía, un melón, unos tomates o unos melocotones. Encontrarás algo tan curioso como la venta de estos productos por parte de los propios productores a lo largo de las carreteras extremeñas. Por supuesto también en los mercados locales y a precios realmente atractivos.
Asimismo, para los amantes del café, o para cualquiera que quiera disfrutar parte del país vecino, Portugal, puedes acercarte en un abrir y cerrar de ojos dada su extrema cercanía con Badajoz. El café de Portugal es muy bueno y se sirve de una forma diferente a la que la hacemos en España. Por lo general, se suele servir en una taza muy pequeña, solo y con un sabor muy intenso (aunque menor que el de un espresso italiano). Es el café típico que denominan bica. Otra opción es el café pingado que sería su versión de nuestro cortado. En Campo Maior puedes visitar el Centro de Ciência do Café
Y no podemos irnos de esta zona sin conocer la famosa Tierra de Barros, donde el vino y el aceite de oliva cobran un lugar protagonista. No dudes en acercarte a las propias refinadoras de aceite y surtirte de este oro líquido a granel.
Mérida, Ciudad Patrimonio de la Humanidad
Si eres amante de los caldos, no puedes marcharte de Extremadura sin haber realizado alguna de las muchas catas de sus vinos D.O. mientras paseas por empedrados romanos en una ciudad donde allá donde mires se respira la época dorada del Imperio Romano, Mérida. Su teatro, lo más conocido, es una de las construcciones mejor conservadas y donde, hoy en día, siguen realizándose representaciones, conciertos y diversos eventos. No obstante, no te hará falta comprar ninguna entrada para contemplar estructuras históricas ya que, tan solo con recorrer sus calles, encontraréis auténticos tesoros.
Para descansar, y concluir con nuestra ruta por esta maravillosa región, ¿qué te parece sumergirte en aguas termales en un balneario romano declarado Patrimonio de la Humanidad?
El Balneario de Alange es un lugar único, con termas romanas de más de dos mil años de antigüedad. Galerías y bañeras de mármol del siglo XIX y el agua mineromedicinal de su manantial, hacen de este enclave un broche de oro para este viaje que nos ha permitido descubrir que algo parecido al paraíso, puede estar más cerca de lo que pensamos.