Ladridos descontrolados, agresividad, falta de obediencia o miedo irracional. Estamos ante actitudes negativas de tu animal de compañía que pueden corregirse e, incluso, evitarse. ¿Cómo? Con la ayuda de la etología veterinaria.
Etología es una palabra griega con dos componentes: por un lado, ethos hace referencia a una costumbre y, por otra parte, logos significa conocimiento. Teniendo esto en cuenta, queda claro que, si especificamos y nos centramos en la rama veterinaria, hablamos de una ciencia que estudia el comportamiento habitual de los animales.
La etología permite detectar alteraciones en el comportamiento del animal y su unión con la medicina veterinaria ofrece la oportunidad de tratar esos desajustes. Para ello, los dos elementos clave a tener en cuenta son los rasgos fisiológicos y los aspectos ambientales.
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El trabajo de un veterinario especializado en etología se basa en buscar las causas de los comportamientos de las mascotas a través de la observación, la descripción y la comparación. Y es que, cuando se sospecha que hay un problema de conducta, se debe explicar analizando el comportamiento de otros animales de la misma especie y evaluando las diferencias existentes con la actitud considerada “normal”.
¿Cuáles son los pasos a seguir ante una conducta disruptiva según la etología?
En primer lugar, utilizar terapia de modificación de la conducta que colabore en corregir las actitudes negativas o las malas costumbres. En segundo lugar, es fundamental convertir el entorno del animal en el hábitat ideal para adaptarse a las nuevas normas. Y, finalmente, en casos más extremos, puede plantearse la opción de recurrir a tratamiento psicofarmacológico o quirúrgico para favorecer el cambio.
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El foco puede ponerse en comportamientos que radican en el nacimiento, es decir, innatos, pero también en costumbres adquiridas durante la crianza. La clave reside en que los animales tienen una gran capacidad de aprendizaje y emocionalidad, que debemos tener en cuenta.
La clave está en tener amplios conocimientos sobre estímulos y motivaciones de los animales, enfermedades de perfil psicológico, calidad de vida y control de conducta.
Hoy en día, la etología se ha consolidado dentro de la ciencia moderna, pero los primeros pasos fueron dados por la revista British Veterinary Journal, que aludió al término para hablar de cambios de conducta derivados de enfermedades, y por Konrad Lorenz, que recibió un Premio Nobel de Medicina, en 1973, por sus estudios sobre el comportamiento individual y social.
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Aunque, en sus inicios, esta rama de la biología estudiaba solo las actitudes de los animales en el medio natural, la inclusión de algunos de ellos en la vida cotidiana de las personas ha convertido a las mascotas en protagonistas de muchos de sus estudios.
De hecho, hay desajustes en el comportamiento que son intrínsecos a la convivencia con humanos. Muchos de los problemas de actitud de perros y gatos vienen dados por la falta de entendimiento entre ambas especies.
Al final, entender el comportamiento de los animales puede ayudarnos a comprender cómo debe ser nuestra relación directa con ellos para no amenazar su estabilidad y mantenerles en su zona de confort.