A estas alturas de la película a nadie debería sorprenderle si decimos que nuestros hábitos alimentarios contribuyen al calentamiento global. Y entre los hábitos con más impacto negativo, está el desperdicio alimentario. De hecho, la ONU advierte que éste causa el 10% de los gases de efecto invernadero.
En un contexto en el que todavía hay mucha gente viviendo en situación de pobreza y malnutrición – y no hace falta irse a países lejanos para evidenciarlo, en nuestro país es una situación real, con un 25% de la población en situación de pobreza – producimos alimentos de más y malgastamos muchísimos alimentos. Tanto por mala previsión a la hora de hacer la compra, problemas en las cadenas de producción de empresas alimentarias o hasta por el mal aspecto de algunos alimentos, acabamos tirando mucha comida. ¡España es el sexto país de la Unión Europeo que más comida tira! 7,7 millones de toneladas de alimentos al año (informe Bios, 2011).
[Foto de Espigoladors]
Ante esta situación son numerosos, por suerte, los movimientos y entidades que surgen para ofrecer una solución. Y hoy queremos hablar de la Fundación Espigoladors. Una organización sin ánimo de lucro que nace con la misión de luchar contra las pérdidas y desperdicio alimentario de una manera transformadora. Transformadora porque a la vez que aprovechan los alimentos que de otra forma acabarían en la basura, empoderan a personas en riesgo de exclusión social.
Viendo como las frutas y verduras quedan descartadas por comerciantes por razones de estética, ya sea porque tienen formas diferentes (una zanahoria con “dos patas” por ejemplo), son demasiado grandes o demasiado pequeñas, están demasiado maduras, tienen manchas o marcas, o acaban como excedentes cuando el precio de mercado de ese producto cae por debajo de los costes de producción y recolección y se acaban dejando esos alimentos en el campo.
[Foto de Espigoladors]
Espigoladors viene del término “espigolar” en catalán, que significa la práctica de cosechar frutos que han quedado en el campo después de la cosecha general. Una práctica que se realizaba antiguamente y que ya se ha dejado de hacer, pero que desde la Fundació Espigoladors han recuperado realizando espigueos en los campos para recuperar esa fruta y verdura; que luego se reparte de forma gratuita entre entidades sociales.
Otra de las salidas que le dan a esos productos recuperados que han sido descartados por razones estéticas las transforman en conservas 100% naturales bajo la marca “es im-perfect”, realizadas en su obrador por personas en riesgo de exclusión social.
Pero la labor de la fundación no se queda ahí, y queriendo ir más allá para generar el mayor impacto posible, realizan trabajos de investigación sobre sistemas agroalimentarios sostenibles, soberanía alimentaria y aprovechamiento alimentario; realizan talleres y acciones educativas sobre el desperdicio alimentario y sensibilizan a la sociedad en la cultura del aprovechamiento alimentario.
Espigoladors es un proyecto precioso liderado por la emprendedora social Mireia Barba que lucha desde 2014 por transformar el sistema alimentario buscando soluciones más sostenibles e inclusivas, y que ha logrado encontrar la forma de ser justo tanto con el planeta y las personas. Os animo a conocer más sobre el proyecto y a enamoraos de él. Si vivís por la zona de Barcelona, podéis incluso apuntaros a los voluntariados que realizan, organizando acciones de espigueo y así contribuir de forma directa a la lucha por el aprovechamiento alimentario.