Mons Badia es experta en eco innovación, desarrollo urbano sostenible y resiliente y soluciones urbanas creativas y transversales. Actualmente preside el Colegio de ambientólogos de Cataluña (COAMB) y también es consultora sénior de Anteverti desde el 2018. Es especialista senior del equipo de Smart City Expo World Congress, coordinadora de contenidos de Tomorrow.city y colabora con las ciudades para que sean más inteligentes y sostenibles.
Con un largo recorrido, Badia adquirió su experiencia profesional previa trabajando en el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología y en la Universitat de Barcelona. También su recorrido pasa por la consultoría. Estuvo en Inédit, un estudio de ecoinnovación estratégica especializado en economía circular, ecodiseño y huella de carbono.
Desde el colegio organizan unas jornadas profesionales para celebrar sus 20 años de existencia y defensa del medio ambiente. Son más necesarios que nunca. ¡Los ambientólogos son urgentes!
Las ciencias ambientales han demostrado ser profundamente necesarias para abordar los retos climáticos de forma global y multidisciplinar.
¿Del 1 al 10 cómo de sostenible te consideras?
Probablemente, diría que entre un 7 y un 8. Me entusiasma ir mejorando en cada decisión y compra, pero por supuesto todavía me queda camino por recorrer. Lo que intento es avanzar paso a paso, explorando nuevas opciones de consumo desde la curiosidad y la fuerza que despierta el hecho de ir descubriendo negocios alineados con tus propios valores.
Igualmente, pienso que merece la pena tener presente no solo la responsabilidad individual, sino también las luchas estructurales que nos harían más fácil ser más sostenibles: cambios de normativas, presión a grandes empresas, etc. Las personas tenemos el tiempo y capacidad económica que tenemos y, por lo tanto, no puede estar solamente en nuestro tejado el peso de consumir opciones más sostenibles.
Ponme algún ejemplo de tu actividad sostenible
Pongo un par de ejemplos: Uno sería el uso de productos de higiene, cosmética y limpieza de empresas comprometidas con crear productos respetuosos con el medio ambiente. En cuanto a la ropa, tengo una lista de las cosas que cuando pueda me gustaría comprar y que tengo claro que utilizaría mucho en mi día a día. Tener esta lista me permite evitar compras innecesarias. Si realmente necesito alguna pieza, visito tiendas de segunda mano (ahorrando dinero) o, si no, me dirijo a tiendas de ropa ecológica. En este caso suelen tener un precio superior a las tiendas de fast fashion, pero me compensa económicamente al comprar menos prendas y más duraderas. Solo si no encuentro lo que busco en estas tiendas, me planteo ir a una tienda con menor compromiso ambiental.
Básicamente, ante una decisión de compra me pregunto si lo necesito, si lo voy a usar lo suficiente, y si existe alguna forma de obtenerlo en una versión o de forma más sostenible.
¿De dónde nace tu interés por las ciencias ambientales?
Los documentales de la 2 me despertaron un interés genuino por la naturaleza y su funcionamiento. Eso y las excursiones que hacíamos con mi familia, que eran mis momentos de mayor felicidad, fueron los precursores de mi interés por este tema.
Más adelante, en bachillerato estudié una asignatura que se llamaba “Ciencias de la Tierra”. Allí aprendimos el funcionamiento del planeta, desde su climatología hasta el movimiento de las placas tectónicas. Recuerdo que cuando aprendimos cómo las personas podíamos revertir nuestro propio impacto en el planeta, mediante soluciones como la arquitectura pasiva, me pareció profundamente fascinante entender cómo es posible tener un menor impacto ambiental como seres humanos.
¿Qué actividad te ha hecho sentir orgullosa en ese aspecto?
De mi paso por el COAMB lo que más me ilusiona es ver cómo estamos personalizando cada acción. Nos esforzamos por conocer una a una las personas que forman parte del colegio, su trayectoria, su experiencia, sus intereses. ¡Es fascinante! Gracias a esta información, somos capaces de dar voz y visibilidad a cada miembro del COAMB y poner en contacto perfiles profesionales que puedan tener interés en colaborar entre sí.
Mi cargo en el COAMB es completamente voluntario, y en el día a día trabajo como consultora de ciudades en la consultoría Anteverti. Me apasiona lo que hacemos y estoy particularmente orgullosa de estar realizando la estrategia con visión 2050 de mi ciudad, Vila-seca. No hay nada más emocionante que formar parte de la definición de una estrategia para que tu propio municipio sea lo más resiliente posible, y para que aproveche el máximo de oportunidades a futuro en materias como la sostenibilidad, inclusión o la digitalización.
¿Qué te llevó a involucrarte en el colegio?
Tras vivir fuera un tiempo, acudí a una reunión de orientación laboral en el colegio, y durante esa reunión la Gerente, Maria Siuraneta, me propuso entrar en la junta de gobierno como vocal de relaciones internacionales en 2018. Posteriormente a ese rol fui vocal de estrategia de futuro, y ahora presidenta.
Habiendo estudiado bellas artes a la vez que ciencias ambientales, no había tenido mucho tiempo para conocer gente durante la carrera y, por lo tanto, entrar en la junta del COAMB y compartir tiempo con compañeros de colectivo, mejorando las oportunidades de nuestra profesión y del medio ambiente, ha resultado ser una inmensa suerte y motivación desde entonces.
¿Por qué crees que el colegio de ambientólogos tiene que ganar visibilidad?
Frente a la urgencia de la emergencia climática, nuestros profesionales son los más capacitados para aportar soluciones tangibles y para encarar el reto de la forma más ambiciosa posible.
Tiene todo el sentido del mundo que el colegio gane visibilidad por cómo este representa, forma y defiende a los profesionales que harán posible un futuro factible.
¿Cuál es el éxito más importante que habéis conseguido?
Uno de los mayores éxitos que hemos conseguido como colegio ha sido la creación del Cuerpo de Ambientólogos dentro de la Generalitat de Catalunya, mediante el cual los ambientólogos pueden opositar conforme a sus estudios y plazas pensadas para nuestra especialidad en concreto. ¡Es un gran logo por el que luchamos durante más de una década!
Otro éxito de nuestra profesión y por lo tanto el colegio es el destacado liderazgo que están tomando ambientólogos y ambientólogas en cargos y funciones profundamente estratégicas para la sociedad. Nuestra carrera tiene un elemento de transversalidad crucial para gestionar equipos de múltiples disciplinas relacionadas con la gestión de ecosistemas, y esta transversalidad se está viendo de forma muy clara en el posicionamiento que ya están adoptando nuestra profesión.
¿Qué proyectos tenéis pendientes de desarrollar y qué necesitáis para desarrollarlos?
Este mes celebramos 20 años de historia de nuestra entidad. De cara a los próximos 20 años, creo firmemente que tenemos que abrir nuestro colegio a todos aquellos que se consideren profesionales del sector ambiental. Cada vez existen más másteres, grados y especialidades de formación profesional encaradas a hacer posible un futuro sostenible, y nuestra voluntad es poder representar a todos los que se dedican al sector o cursan estudios relacionados con este.
No somos un colegio cerrado ni rígido. Al contrario, el COAMB es decididamente inclusivo y representativo, y seguiremos defendiendo estos valores a futuro. Para desarrollar este objetivo, creo que sencillamente necesitamos un poco de tiempo y una buena estrategia, pero ya lo tenemos bastante encaminado.
¿Cómo motivamos a las empresas para que trabajen con vosotros?
El COAMB dibuja un puente entre la universidad y el mundo empresarial que resulta clave. Detectamos ofertas de trabajo, así como tendencias y los sectores en los que hay más demanda de ambientólogos/as. En respuesta a esta necesidad del sector empresarial, organizamos formaciones concretas que capaciten a nuestros profesionales a capacitarse en dichas competencias.
También colaboramos con el mundo empresarial ofertando y publicitando sus ofertas de trabajo en nuestra bolsa de trabajo especializada, ayudándoles a encontrar perfiles específicos si no encuentran cierto perfil, y organizamos formación a medida para empresas que quieran capacitar a sus trabajadores en alguna competencia o ámbito ambiental concreto.
En 2084, ¿cómo ves tanto el colegio como la profesión de ambientólogo?
Cuando nuestra carrera universitaria surgió, existían otros estudios relevantes que se especializaban en ámbitos concretos: biología, geología, geografía, etc. En nuestro caso, la licenciatura en ciencias ambientales llegó para aportar una visión transversal, que a lo largo de los años se ha demostrado que es profundamente necesaria para abordar los retos climáticos de forma global y multidisciplinar.
Este talante polifacético, adaptable y constructivo seguirá acompañándonos en 2084. En ese momento todavía será más evidente el impacto de la actividad humana sobre los ecosistemas naturales, pero nuestra profesión seguirá trabajando al pie del cañón, ofreciendo soluciones innovadoras y metodologías efectivas para adaptarnos y mantenernos resilientes frente al calentamiento global.
El COAMB en concreto seguirá representando y capacitando a los profesionales del sector como lo hace ahora, a la vez que seguirá dando voz y celebrando el esfuerzo y logros de nuestras profesionales.