Entrevista a Juan Ángel Martín, director de Comerso

Comerso

Juan Ángel Martín dirige Comerso, una empresa con propósito y Bcorp, pionera en la lucha contra todo tipo de desperdicio en el mercado español. Fundada en Francia por Pierre-Yves Pasquier, un exdirectivo de Danone que se dio cuenta de la cantidad de comida que tiraba un supermercado. La idea de la empresa surge precisamente de constatar que, por un lado, hay producto que se desperdicia y, por otro hay gente que lo necesita.

Después de trabajar durante más de 20 años en empresas vinculadas al comercio internacional y las relaciones bilaterales franco-españolas, entró, ahora hace 3 años a liderar Comerso en Iberia. Desde aquí lidera un equipo que ofrece una solución integral contra el desperdicio alimentario y no alimentario, revalorizando los productos invendidos de las empresas y gestionando toda la parte logística, administrativa y fiscal de sus donaciones. 

Con Juan Ángel hablamos un montón de tiempo y me pareció, además de simpatiquísimo, una persona cercana con un discurso al que tenemos que dar visibilidad. Os invito a leerlo, a escucharlo y, si tenéis la oportunidad, a hablar con él. 

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Según PwC desechamos el equivalente a 38 millones de comida diaria. Con eso casi podríamos dar de comer a todo el mundo diariamente

¿Del 1 al 10 cómo de sostenible te consideras? 

Mi puntuación ha cambiado a lo largo de los 40 últimos años. Si voy a los 18 años estaría bajo cero. Yo creo que de sostenible no tenía nada. A medida que he ido tomando conciencia de las cosas he ido evolucionando y actualmente creo que puedo estar en un 7 o casi en un 8. Estoy en un nivel alto. 

¿Qué ha cambiado en mí? Principalmente son mis hijas. Tengo una hija mayor que está súper implicada y es totalmente consciente del problema del medio ambiente, de la importancia de los productos kilómetro cero… El cambio más fuerte fue la pandemia. Fue un momento de parón. Yo soy una persona que siempre ha ido a 200 por hora, que estaba permanentemente viajando y la pandemia fue un frenazo en seco. Todo el mundo pensaba que yo iba a matar a alguien…risas… este hombre no aguanta aquí ni dos días. Cambió mi vida 180º y, claro, reduje drásticamente mis viajes.

En esa época tomamos conciencia de lo frágiles que éramos y de que teníamos que cambiar, analizando el planeta en el que vivimos, así como el impacto que provocamos. En casa empezamos a identificar las diferentes áreas de mejora: qué consumo tenemos que hacer de las cosas, qué podemos comprar localmente, redujimos el consumo de energía… Cambiamos nuestro estilo de vida. Una de las cosas más importantes que hicimos es que pasamos de tener dos coches a tener uno (y eso que soy un gran fan de los coches). 

A nivel personal, ¿en qué aspecto social / ambiental te has involucrado más y qué crees que te ha llevado a ello? Entiendo que, claro, tu empresa ya tiene mucho de eso…

Mi colaboración con las ONGs se limitaba a dar dinero. Hoy en día mi esquema ha cambiado radicalmente. Con Comerso estamos sobre el terreno. Nuestra empresa apoya a las empresas colabora en hacer una economía circular y que sean más sostenibles, y no podríamos hacer esa labor si las ONGs. 

En los últimos años mi implicación personal ha aumentado. Además, vivo en Valencia, y con la Dana todavía nos ha cambiado más el carácter… ha sido un choque muy fuerte y nuestra implicación con las empresas y las ONGs es mayor. La implicación tanto a nivel nacional e internacional ha sido impresionante. Lo hubiéramos hecho igual, claro, pero estando físicamente aquí por lo que hemos sufrido muchísimo más. Todos hemos conocido a gente cercana que ha perdido familiares y cosas materiales importantes.

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¿Por qué crees que Comerso tenía que existir?

Mira, lo que hay que tener claro -y que muchas veces se obvia- es que el desperdicio hoy en día es el enemigo silencioso que se filtra en cada etapa de la cadena de suministro. Tanto para los productos alimentarios como los no alimentarios, como la materia prima. Esos productos, que no son perfectos para comercializarse o bien que se dañan durante el transporte, o el que se retira de los lineales por la fecha de caducidad 4 o 5 días antes. Esos son pérdidas constantes. Muchas empresas presionadas por la urgencia y la falta de recursos no gestionar el desperdicio. Aunque supone una porción muy pequeña dentro del volumen de negocio ignorar ese problema puede suponer pérdidas económicas y daños reputación para la marca como un impacto negativo para medio ambiente.

Yo te voy a dar algunas cifras que te van a asustar. Hablamos de España. En España la cantidad de productos que terminan en la basura cada año es según Eurostat son de 4,2 millones de toneladas. Si transformamos este número esto representa actualmente el equivalente en comidas diarias de 23 millones de personas.

Si nos vamos a los números de PwC son de 7,7 millones de toneladas. Eso se convierte en 38 millones equivalentes de comida diaria. Si la población española son 49 millones con lo que tiramos podríamos dar de comer a todo el mundo diariamente. Esto además representa 4 mil millones de euros.

¿Cuál es el éxito más importante que habéis conseguido?

Nuestro mayor éxito hoy en día es haber contribuido a una red solidaria que ha permitido: distribuir más de 220 millones de equivalentes en comida. Hemos rescatado más de 130 mil toneladas de alimentos de los vertederos. Colaboramos con más de 2.300 asociaciones entre Francia y España. Tenemos referenciadas 6.400. Eso desde un punto de vista social. 

Desde un punto de vista económico a día de hoy llevamos ahorrados a nuestros clientes más de 300 millones de euros acumulados. Por un lado, tenemos un impacto social y por otro tenemos un impacto económico importante. Al final Comerso es una empresa que lucha contra el desperdicio alimentario, que lleva 11 años ofreciendo soluciones llave en mano a las empresas para evitar que desperdicien, para evitar que esa preocupación de la que hablábamos antes se olvide y se transforme su preocupación en una oportunidad.

Es lo que nosotros llamamos el triple impacto: un impacto social local, también económico (recordemos la ley del mecenazgo) y la repercusión medioambiental ya que reduces la huella de carbono y la destrucción de producto.

¿Qué proyectos tenéis pendientes de desarrollar y qué necesitáis para desarrollarlos?

Hoy en España nos inspiramos del éxito de la trayectoria de Francia. El objetivo es liderar la transición de las empresas españolas hacia el desperdicio cero. Nosotros nos queremos convertir en los abanderados de la lucha contra el desperdicio alimentario y, posteriormente, no alimentario en España. No nos queremos limitar a ofrecer soluciones. Nosotros queremos involucrarnos real y activamente con las empresas acompañándolas, ayudándolas en cada paso en el camino que tienen que orientar hacia la sostenibilidad. Nuestra visión es construir un futuro más responsable y sostenible. En todas esas etapas forzosamente tenemos que pasar por la educación, la divulgación, la formación…

¿Cómo motivamos a las empresas para que elija vuestros productos? 

Comerso ante todo es una empresa Bcorp, o sea, es una empresa con un propósito claro inmedible que cumple con todos los estándares de desempeño social y ambiental, de transparencia y de responsabilidad legal. Nuestra labor es impulsar las empresas hacia una economía circular y hacerlo como norma, no como excepción. Nosotros queremos construir un modelo donde los recursos se reutilizan, y donde los residuos se minimizan y donde el valor se maximiza en cada ciclo. Lo que planteamos a las empresas son beneficios tangibles, es decir, ahorro económico, mejora de la imagen de marca, y acceso a los nuevos mercados. Tiene que llegar un momento en el que las empresas que lo hacen bien lo digan y que digan cómo lo están haciendo, y que aquellas que no lo hacen queden más señaladas.

En plan Orwelliano, en 2084, ¿cómo te imaginas tu empresa?

Vamos a ver un futuro en el que la optimización de recursos y la alimentación consciente serán cruciales y Comerso tendría que representar una herramienta valiosa para la Administración y los actores de la cadena alimentaria. Comerso, al fin y al cabo, monitorizaría la actividad a lo largo de la cadena alimentaria desde la producción hasta el consumo con el objetivo de prevenir el desperdicio identificando los puntos críticos promoviendo las prácticas eficientes en cada etapa promoviendo una alimentación saludable. 

Por lo tanto, facilitando el acceso a toda la información nutricional y también garantizando una distribución equitativa del producto. Con esto conseguiríamos optimizar los recursos, reducir el desperdicio, mejorar la salud pública, mayor sostenibilidad y equidad social. Una herramienta como Comerso tiene que servir tanto a la empresa privada como a la administración pública. 

La necesidad alimentaria va a crecer y no puede ser que estemos desperdiciando producto. El rol de las administraciones es analizar, regular y buscar ayuda en empresas como Comerso. Es ahí donde veo nuestra evolución.

Por Gloria Almirall

Top Category Manager de Reasons en The Reason Behind

Experta en Comunicación Corporativa y profesora en ESRP