Los niños esconden secretos en sus diarios y los adultos también. Las libretas ya no tienen música, brillos, ni candados y sin embargo, cumplen con el mismo propósito. Nos acercan a lo que somos y son un instrumento en la ruta del autodescubrimiento.

Como seres humanos buscamos compartir experiencias. Queremos hablar de nuestras angustias, preocupaciones, momentos felices y pesadillas para encontrar empatía y un abrazo en la mirada del otro.

Compartir con el otro es una forma de liberar estrés, tensiones y preocupaciones, pero escribir puede serlo también. Poner nuestros pensamientos en papel puede hacer que esa mirada cálida, amorosa y llena de compasión surja de nuestro interior. Escribir en un diario es compartir con uno mismo desde una voz reflexiva. Esto es lo que se busca en la tendencia del Journaling.

¿En qué consiste?

El journaling consiste en escribir un texto reflexivo sobre la vida personal e íntima. Se trata de poner los anhelos, sueños y sentimientos en palabras para reflexionar y agradecer. El journaling puede ser tan doloroso como curativo porque en él también se puede reflexionar sobre la niñez, el pasado, los miedos y los dolores. Es hacer una pausa en la vida para reflexionar sobre ella desde la escritura.

Exteriorizar los sentimientos nos aporta claridad mental, organización y bienestar. Es una de las pequeñas formas en que podemos sanar y de crecer.

¿Cómo empezar con mi rutina de journaling?

Como todo, lo más difícil es comenzar. Se recomienda hacer journaling plasmando preguntas a las que debes responder. Como una especie de entrevista donde eres tanto el periodista como el entrevistado. Cuando comenzamos algo nuevo debemos ser realistas. Cada uno puede establecer sus metas, aunque te recomiendo comenzar por algo sencillo, como por ejemplo, escribir tres veces en semana.

Esta actividad debe emocionar. Por ello, es recomendable que salgas a dar un paseo y encuentres la libreta ideal para tu journaling. ¡No tengas temores a romantizar tu vida!