¿Sabías que el nominado tres veces al Óscar Edward Norton es también embajador de la Buena Voluntad de las Naciones Unidas para la Biodiversidad? Además, de trabaja con diversas otras organizaciones cuyo objetivo es la conservación de la riqueza de la vida salvaje.
[Edward Norton en la ceremonia de los Oscar de 2015]
Probablemente tu mente tenga asociado su rostro y su nombre a alguno de sus papeles más icónicos en la gran pantalla en películas como El Club de la Lucha o American History X.
Sin embargo, puede que no sepas que el actor y activista norteamericano viajó el pasado mes de abril a Kenia para ser testigo de cómo las medidas tomadas por el gobierno y las comunidades están logrando la preservación de los elefantes africanos en peligro de extinción.
Esto ocurre debido a la caza furtiva que conlleva la pérdida del hábitat salvaje de esta especie, por la que la población de elefantes africanos ha sufrido un descenso considerable en los últimos 50 años. Tristemente, este es el motivo por el que esta emblemática especie ha sido recientemente añadida a la Lista Roja de la International Union for Conservation of Nature, la IUCN.
No obstante, en el caso de Kenia los esfuerzos han dado frutos y se ha logrado duplicar prácticamente la población de elefantes durante los últimos 30 años. Pero Norton, muy involucrado con la causa, cuenta que el éxito de estos esfuerzos no es del todo suficiente.
Se trata de hacer más que salvar a algunas especies icónicas. Es necesario encontrar una manera para que las necesidades de las personas que viven en estas comunidades sean también reconciliadas
Si bien es cierto que la sobreexplotación de los recursos y la pérdida del hábitat natural son las principales amenazas para la vida salvaje de estos animales y de otros que conviven en la misma zona, la realidad es que los ecosistemas naturales están estrechamente ligados a las comunidades humanas que hay alrededor y, en consecuencia, a sus condiciones sociales, políticas y económicas.
Para Norton, la premisa es simple: el futuro sostenible de la vida salvaje depende del desarrollo sostenible de las comunidades locales.
Sin una economía sólida, una sociedad diversa y fuerte o políticas que respeten el entorno y lo sustenten, estas sociedades se ven empujadas a la explotación mediante actividades como la caza furtiva para asegurarse la supervivencia. Por lo tanto, si el objetivo es preservar la biodiversidad de manera sostenible, debemos ser conscientes de la estrecha relación que existe entre el ecosistema y los sistemas económicos humanos.
Si las industrias que se crean a partir de los recursos naturales no aportan un futuro económico mejor para las comunidades, y estas no tienen más elección que explotar la tierra, se acabó. No importa cuántos parques se creen
Edward Norton
[Foto de Will Shirley en Unsplash]
Un claro ejemplo de esta relación de la que hablamos lo descubrimos en el impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la conservación natural en Kenia. La mayoría de los programas para la preservación de la vida silvestre en el país se financia directamente con fondos provenientes del turismo, y éste ha escaseado mucho en los dos últimos años.
Sin ir más lejos, en 2020 la drástica reducción del número de visitantes ha llevado a que los fondos se agoten y que las actividades de explotación aumenten.
Tenemos que ser más creativos para expandir las fuentes de ingresos que pueden apoyar directamente a las comunidades locales y proteger los activos naturales”
Doreen Robinson, jefa de vida silvestre del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
[Parque Nacional de Amboseli en Kenia. Foto de Sergey Pesterev en Unsplash]
A pesar de las dificultades a las que la conservación de vida silvestre se enfrenta en zonas como Kenia, el actor Edward Norton muestra optimismo hacia el futuro como pudimos ver en declaraciones para la UNESCO, el pasado 2021:
El ingenio humano ha creado soluciones a problemas complejos una y otra vez, a menudo de formas que eran impredecibles incluso en la cúspide de su aparición. Podemos hacerlo