Laura Esquivel, en su libro ‘Íntimas Suculencias’, ya lo adelantaba: las personas necesitamos un cambio en nuestra conciencia. No podemos conformarnos únicamente en producir y consumir, porque es necesario satisfacer las necesidades materiales pero también las espirituales.
Hemos llegado a un punto donde priorizamos los beneficios económicos, incluso a la hora de producir armamento para guerras.
Somos una sociedad a la que nada le importa, ni las personas, ni el planeta, mientras yo obtenga un rédito. Y esto tiene que cambiar, debemos reforzar los valores.
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Hoy en día nos encontramos ante una crisis climática, sanitaria y alimentaria sin precedentes. Algunos líderes mundiales ya están poniendo en entredicho el actual sistema productivo. Por su parte, emprendedores de diferentes sectores están proponiendo nuevas soluciones útiles tanto para la sociedad como para el planeta.
El Capital Institute, formado por un grupo de expertos que fomentan una transformación de nuestro sistema económico para lograr la regeneración social, lleva trabajando años con líderes de opinión y emprendedores, buscando cómo podría ser un modelo de economía regenerativa. Los recursos de nuestro planeta no son ilimitados, por lo que el crecimiento constante de la economía es muy difícil que podamos mantenerlo.
Ya se están llevando a cabo diferentes propuestas alrededor del mundo con un nuevo enfoque más consciente de lo que sucede con la economía. Sin ir más lejos, en el propio sector financiero, nacimientos como el de la Banca Triodos lo demuestran.
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Hoy en día hay multitud de opciones dentro de la economía regenerativa. Un nuevo enfoque de economía que abarcaría el capitalismo natural, el capitalismo consciente, la economía de donas (en referencia al dulce redondo), la economía circular, la colaborativa o la de estado estacionario, entre otras.
Todo esto nos lleva a pensar, ¿qué es el Capitalismo Regenerativo?
Una economía regenerativa no sólo busca reducir residuos, sino eliminarlos, de manera que cada residuo se devuelve al ecosistema en forma de nutriente o sirve para fabricar otro producto. Por tanto, a la hora de elegir recursos siempre se seleccionarán aquellos que sean reutilizables.
Veamos algunos ejemplos que tenemos al alcance de la mano, muy útiles para demostrar que se pueden hacer las cosas de otra forma:
Por un lado Regenesis ha impulsado a lo largo de dos décadas más de 200 proyectos basados en modelos regenerativos.
Por otro lado, la Guía de Campo impulsada por el Capital Institute promueve diferentes proyectos con las bases de una economía regenerativa como restauración del nuevo sistema económico.
Desde la Universidad Politécnica de Madrid, con el proyecto Treennova se pretende impulsar proyectos con enfoque innovador y regenerativo basados en el capital natural y la bioeconomía, desarrollando modelos basados en la naturaleza, biodiversidad y en los ecosistemas.
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Sin duda, el mundo pide un cambio a gritos, no es algo nuevo, en cuestiones sociales, económicas y ecológicas, y parece que finalmente hay un mayor apoyo para resolverlo. Pero seguimos necesitando más compromiso por parte de todos para actuar y proponer soluciones y regenerar lo que se ha destruído.