¿Qué es la economía azul y cómo la aplica la Unión Europea?

La economía azul o blue economy es una idea desarrollada en 1994 por el economista, escritor y ambientalista belga Gunter Pauli y consiste en inspirarnos en la naturaleza a la hora de producir y de vivir, aprovechando del mejor modo posible los recursos que tenemos a nuestro alcance.

Gunter Pauli gestó esta idea tras años trabajando y defendiendo los principios de la economía verde. Con el paso del tiempo, esta vertiente generó una opinión crítica en el economista al considerar que requería unos costes demasiado altos para las empresas que acababan trasladándose a los consumidores.

La economía azul, sin embargo, apuesta por la innovación para reducir costes y generar beneficios y empleo. Es un equilibrio entre el desarrollo sostenible y los resultados económicos. Como propuesta ambiental, plantea alternativas al modelo económico actual buscando generar modos de vida sostenible y, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades básicas de todos.

Este modelo apuesta por satisfacer la demanda local aprovechando los recursos que la naturaleza dispone a nuestro alcance. Para ello ofrece productos locales y apuesta en definitiva por la propia economía local que, además de disminuir costes, es buena para el medio ambiente al evitar la contaminación que genera el transporte. 

Además, la economía azul defiende que todo desecho es reutilizable si lo reciclas convenientemente para convertirlo en un nuevo producto.

Un buen ejemplo de este sistema es la Isla de El Hierro, uno de los lugares más autosuficientes del mundo gracias a las energías renovables de la Central Hidroeólica Gorona del Viento. El sistema completo incluye además de la central, un parque eólico, dos depósitos, un grupo de bombeo y una desaladora.

La Economía azul en la Unión Europea

En la Unión Europea consideran que es indispensable adaptar las premisas de la economía azul al Pacto Verde Europeo y al Plan de Recuperación para Europa mejorando los objetivos medio ambientales del continente. 

“no puede haber verde sin azul”

El océano es una enorme fuente de recursos que aporta alimentos, oxígeno y energía limpia, es decir, es el mayor regulador climático posible.

Lo cierto es que en la Unión Europea tienen una frase llena de significado: “no puede haber verde sin azul”.

Esto quiere decir que los océanos son la piedra angular de nuestro sistema de soporte vital. Sin océano, no hay vida. Sin azul, no hay verde.

Desde la Comisión Europea se está cambiando el enfoque de la economía azul para integrarla en las iniciativas existentes sobre biodiversidad, alimentación, datos, movilidad o seguridad, además de ayudar a conseguir los objetivos del Pacto Verde.

La economía azul actualmente ya aporta su freno a la crisis climática mediante las energías renovables instaladas en alta mar o el descarbonizado de los transportes marítimos. También nos dirige a una economía circular al reciclar buques y al mejorar los estándares para la pesca ya que, teniendo una buena infraestructura costera podemos preservar la biodiversidad, lo que repercute directamente al turismo y la economía local.

Por tanto, el nuevo enfoque de la UE para la economía azul consiste en darle coherencia a los sectores del espacio marítimo, facilitando su convivencia sin dañarlo. Y para ello es fundamental invertir en innovación.