Decepción con los objetivos previstos en la COP26

Este mes de noviembre Glasgow ha sido la sede para más de 190 líderes mundiales, empresarios y ciudadanos que quieren seguir comprometiéndose  con la preservación del medio ambiente 

La COP26 inicia dos días después de haber culminado la semana de energías sostenibles que tuvo lugar del 25 al 29 de octubre en Europa, en la que la Unión adoptó propuestas que presentaría ante esta asamblea.

Los objetivos de la COP26, que están enmarcados en el Acuerdo de París del 2016, se resumen en 4 puntos claves: 

  1. Reducción gradual del carbón como fuente de energía.
  2. Actualizar durante el año 2022 las metas en disminución de carbono para 2030.
  3. Necesidad en aumentar el apoyo económico a los países en desarrollo para ayudarles a adaptarse al cambio climático.
  4. Diálogo activo para abordar el daño que el cambio climático ya ha causado.

Es por eso que empresas españolas como el grupo Iberdrola se comprometieron a  “adaptarse a los impactos del cambio climático para ejercer una debida transición hacia una economía baja en carbono”.

La realidad es que estos compromisos climáticos  son insuficientes, aunque hay esperanza en las promesas de neutralidad de emisiones.

«Para tener la oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5°C, contamos con ocho años para reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero: ocho años para hacer los planes, implementar las políticas y, finalmente, dar resultados tangibles. El reloj avanza rápidamente».

Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Y es que no hay que olvidar que cualquier aumento de la temperatura que se acerque a 2,7°C sería un desastre para la humanidad y para muchas de las especies del planeta. 

Para la compañía, la COP26 ha sido fundamental para la transformación energética e industrial post covid-19: “Una recuperación verde ayuda a crear empleos sostenibles que abordan los desafíos del cambio climático para proteger el medio ambiente”

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¿La crisis de la COVID-19 ayudó a reducir las emisiones?

Lo cierto es que sí, pero este dato tiene trampa puesto que la pandemia llevó a una caída global del 5,4% en emisiones de CO2 en 2020, una reducción temporal, ya que en 2021 se prevé que los niveles sean ligeramente más bajos que el máximo histórico de 2019.

Entre las noticias más sorprendentes de este evento mundial, destaca una declaración entre Estados Unidos y China comprometiéndose a impulsar su cooperación en la mejora climática a lo largo de la próxima década. Específicamente hablaron de: emisiones de metano, de transición hacia energía limpia y de descarbonización. Aunque es un gran paso, también es insuficiente puesto que ambos países necesitaban demostrar mayor compromiso en sus acciones para alcanzar estas metas climáticas.

Como apunta la directora ejecutiva de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan:

Al final de cuentas, la declaración se queda corta al pedido de los países vulnerables al clima que exigen que las naciones regresen a la mesa todos los años con mayores ambiciones hasta que la brecha de los 1,5 C se alcance».

Por otro lado, las palabras del presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez no pudieron ignorarse, ya que ha pedido “mayor ambición en los objetivos de lucha contra el cambio climático y respaldar con recursos económicos la transición ecológica como motor de crecimiento inclusivo”.

Por tal razón, anunció en la COP26 que a partir del 2025 España se compromete a aumentar la financiación climática en un 50% más, es decir, llegar a los 1.350 millones de euros anuales.

Durante su intervención dejó claro que la acción para contrarrestar el daño climático es deber de todos los agentes implicados, tanto gobiernos como empresas y ciudadanía.

También ha reconocido ante la COP26 que España “ha reducido la generación eléctrica de carbón en un 90%” innovando con energías sostenibles que le apuestan por la movilidad limpia y la conservación del ecosistema como es el caso de Green Hysland.

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En definitiva, ha sido una de las cumbre más excluyentes hasta ahora ya que ha habido una escasa representación de la sociedad civil. De hecho Greta Thunberg, que encabezó las manifestaciones que recorrieron Glasgow, declaró que la cumbre había fracasado.

Las palabras del presidente de la COP26 Alok Sharma así lo demuestran pues afirma que

“todavía no hemos llegado a las cuestiones más críticas, aún queda mucho trabajo por hacer y el tiempo se acaba”.