Cómo ser un viajero responsable: reflexiones y recomendaciones

Viajar es, para muchas personas, uno de los mayores placeres de la vida. Es una oportunidad de desconectar para reconectar con uno mismo, para crecer y enriquecerse, para descubrir nuevas culturas y nuevas costumbres, para entender la historia, para sentirse libres.

No obstante, debemos tener en cuenta que el turismo es responsable del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas cada año y que, dentro de la industria turística, el transporte es el principal contaminante. Por ello, en el artículo de hoy no vamos a viajar a ningún destino, sino que te voy a compartir reflexiones y recomendaciones para seguir disfrutando de tus viajes, pero de forma consciente y responsable.

viajero responsable. Reflexiones y recomendaciones[Foto de Lisa Fotios en Pexels]

Sentir culpa

Para empezar, no debemos culpabilizar. Si bien es cierto que el turismo es responsable de un gran impacto medioambiental y social negativo, no es tu viaje a Sevilla, Londres, Buenos Aires o Tokio el que va a destruir el mundo. Los principales actores contaminantes son las compañías aéreas y las grandes cadenas hoteleras, y en un segundo plano, aquellos que toman aviones cada día, cada semana o cada mes, los que apuestan por jets privados, los que ante una alternativa más sostenible optan por la que es más cómoda. Lo cual no nos exime de nuestra parte de responsabilidad, pero hay que tomar decisiones y juzgar teniendo en cuenta varios factores. Para ello, te recomiendo que te hagas las siguientes preguntas:

1. ¿Qué opciones de transporte tengo para llegar a mi destino?

¿Cuál es la más sostenible medioambiental, social y económicamente? Hay destinos que no nos ofrecen otra alternativa que el avión, pero hay muchos lugares a los que podemos llegar por otros medios, aunque supongan más tiempo o “menos comodidad”.

También hay situaciones socioeconómicas que no nos ofrecen otra alternativa que elegir en base a precio, pero siempre hay pequeñas acciones que suman a reducir nuestro impacto.

2. ¿Por qué elijo ese destino?

¿Puedo aprovechar para visitar más lugares o regiones en los alrededores? A veces hacemos viajes largos que contribuyen a grandes emisiones de gases de efecto invernadero para estancias cortas en las que solo vemos una ciudad. Quizá es más interesante (siempre que se pueda por tiempo y económicamente) hacer estancias más largas que nos permitan descubrir la región más en profundidad aprovechando un único trayecto para visitar todo un país o más de un país, en vez de tener que volver en diferentes ocasiones. No obstante, lo ideal es priorizar los viajes a destinos más cercanos. En Europa tenemos gran variedad de ecosistemas, climas, estilos arquitectónicos, culturas, parajes naturales… Para disfrutar sin necesidad de irte a una playa en las Maldivas ni a una isla de origen volcánico en Hawái. Como alternativas tienes Ibiza y Formentera, o en el segundo caso, las Islas Azores.

3. ¿Cuál es el motivo de mi viaje?

Si tu viaje es por ocio tienes, hasta cierto punto, más libertad a la hora de optar por alternativas más sostenibles. Si viajas por trabajo, pregúntate si realmente es necesario ese viaje (o si puedes gestionarlo desde el ordenador de tu casa o en una llamada telefónica) y, en caso de serlo, ¿puedes aprovechar para realizar más reuniones? ¿Puedes solicitar opciones menos contaminantes? ¿En qué elementos puedes optar por una alternativa más eco-friendly?

4. ¿Cuántos viajes llevas realizados este año?

¿”Necesitas” volver a cruzar el Atlántico o hay opciones igual de interesantes más cerca de tu casa? Para muchas personas viajar es sinónimo de vida, de felicidad, pero para ello no es necesario hacer 4 viajes anuales a la otra punta del mundo.

viaja[Foto de Petmal]

Qué hacer una vez en el destino

Más allá del por qué y del cómo viajamos, debemos prestar atención a cómo nos comportamos una vez en el destino. Muchos son los viajeros que justifican comportamientos irresponsables e irrespetuosos por el hecho de “estar de vacaciones”, “total aquí no nos conoce nadie”, “somos turistas, no nos va a pasar nada”. Como si estos comentarios nos ampararan ante las consecuencias de nuestras acciones. A continuación, te comparto reflexiones y recomendaciones para ser un viajero responsable:

1. Respeta la cultura local.

Antes de viajar investiga sobre costumbres culturales del destino, elementos a tener en cuenta para no romper la calma del lugar teniendo actitudes o comportamientos irrespetuosos con la población local o destructivos con lugares históricos o naturales. Que no sea tu hogar, no significa que no sea el de muchas otras personas.

2. Evita la contaminación con residuos.

Tu presencia ya es responsable de la contaminación adicional en el destino, ya sea por el transporte de llegada y salida, el consumismo, las actividades que realizas o tu estancia en un alojamiento turístico. Si generas basura, recógela, recíclala, pero no contamines parajes naturales o atracciones turísticas. Deja el lugar como te gustaría encontrártelo. Incluso puedes dar un paso más allá y contribuir en la recogida de residuos en playas, montañas, etc., o unirte a alguna iniciativa relacionada con ello.

3. No despilfarres.

El hecho de estar fuera de casa en un alojamiento por el que pagas un precio cerrado, no justifica duchas interminables, dejar el aire acondicionado todo el día, o consumir amenities u otros elementos a mansalva por el hecho de “estar incluido”.

4. Los trabajadores son personas.

Dicen que la forma en la que uno trata a los trabajadores de cara al público dice mucho de la personalidad de uno mismo y no hay cosa más cierta, y esto se aplica en todos los contextos, sean vacaciones o no. Estás de vacaciones, trata de tomarte las cosas con calma y no actúes de forma irrespetuosa y arrogante.

5. Impulsa lo local.

Apuesta por actividades que promuevan la economía local y a su vez respeten los ecosistemas terrestres y/o marinos. Elige actividades que no impliquen el uso de animales, que no contaminen el entorno, que no perjudiquen la actividad diaria de los locales (p.ej.: contaminación acústica), etc.

6. Establecimientos con propósito.

Promueve el consumo en restaurantes, bares, hoteles, tiendas, … con mirada ecologista y feminista, que impulsan la justicia social y defienden los derechos humanos.

Viajar sostenible[Foto de Jittawit.21]

Lo que está claro es que las personas no van a dejar de viajar o disfrutar de experiencias, pero sí que podemos modificar la mirada con la que lo hacemos y nuestra toma de decisiones enfocarla hacia alternativas más sostenibles y respetuosas con las personas y con el medio ambiente.

El planeta es uno y el cambio climático no conoce fronteras, religiones ni clases sociales. No obstante, sí que existe una diferencia y es que las poblaciones más vulnerables son aquellas que se van a ver afectadas con una mayor agresividad y mayor prontitud. La justicia social va en pro de un mundo más igualitario y garantizar los derechos humanos para TODA la población. Ser o convertirnos en un viajero responsable es apostar por disfrutar la vida, pero cuidando y protegiendo nuestro presente y nuestro futuro, así como el de los que nos acompañan.

Naiara R. Arrillaga

Experta en turismo sostenible Co-fundadora de GenÉthico