El término Cocooning describe la tendencia de las personas a reducir su nivel de socialización con amigos, conocidos y no-tan-conocidos, para quedarse cada vez más en casa donde se encuentra a gusto, seguro y fortalecido.
Cocooning es una palabra acuñada hace casi medio siglo por la consultora de marketing Faith Popcorn. Una futurista, con clientes del más alto nivel, que predijo que sucederían muchas de las cosas que ya están sucediendo, como las telecompras o el comercio electrónico, que le han hecho ser conocida como la Nostradamus del Marketing.
De hecho, Cocooning es solo una de las diecisiete trasfondos culturales y sociales identificados por primera vez por este genio del marketing.
Probablemente la tecnología ayudó a que en los locos años 70 de Estados Unidos se empezarán a quedar mesas vacías en los restaurantes para trasladar a la gente a sus casas con sus televisiones. Un efecto que se intensificaría posteriormente con la llegada de internet, un avance que nos ha permitido buscar y reservar servicios a domicilio.
Un ejemplo del trabajo que realizaba Popcorn en este sentido es cuando su equipo colaboró con IBM en el desarrollo del PS1, el primer ordenador para el hogar.
Hoy en día existen diferentes tendencias de Cocooning, como por ejemplo el extravagante Cocoon Blindado donde multimillonarios se hacen con búnkeres de lujo por si llega el armagedón.
Los hay más enfocados en la salud que además están siendo pioneros en algunas zonas del mundo como el Cocoon Regenerativo que crea una burbuja perfecta según tus datos biográficos y estados de ánimo con el objetivo de prolongar tu vida.
Por último podríamos destacar el Cocoon Móvil, cuyo mejor ejemplo serían los coches autónomos donde puedes trabajar o jugar mientras te desplazas en el tiempo y el espacio.
En resumen, cuando nos referimos a Cocooning estamos hablando de la búsqueda de la comodidad, de la privacidad y seguridad en el hogar a medida que el exterior se vuelve desgastante e innavegable. Es la búsqueda del bienestar al fin y al cabo.
Hay tendencias que fomentan el desarrollo del Cocooning, que pueden proceder desde la negatividad como es la radicalidad política actual o los cambios climáticos extremos con inundaciones y huracanes, o desde un prisma positivo, como el minimalismo o los nómadas digitales quienes también están intensificando este estilo de vida con sus propias influencias.
Con la llegada del coronavirus, todos tuvimos que quedarnos mucho más tiempo en casa de lo que estábamos acostumbrados. Queriéndolo o no, el hashtag #YomeQuedoenCasa estaba a la orden del día y las normativas vigentes acompañadas del miedo a algo desconocido que estaba haciendo estragos en la salud pública solo pudo incentivarlo.
Nos hemos hecho con lo necesario para buscar un refugio en nuestros espacios haciéndolos confortables, valorándolos más que nunca y pensando en un consumo selectivo al realizar compras conscientes y de valor.
Los servicios a domicilio se multiplicaron, volvimos a hacer planes caseros , jugando a las cartas, haciendo pasteles si habíamos conseguido hacernos con nuestra dosis de harina+levadura, y con el tiempo incluso aprovechando para mejorar las instalaciones de nuestras casas.
En definitiva, nos sentimos más protegidos que nunca en casa, aumentamos lazos familiares y aprendimos a disfrutar y valorar más nuestro hogar. Si esto no es Cocooning no sabemos qué lo será.