Los manglares representan un ecosistema esencial en el mundo, sus cualidades ecológicas lo convierten en un paisaje único pero vulnerable a la acción del ser humano
El manglar es un ecosistema marino-costero ubicado en los trópicos y subtrópicos del planeta. La especie fundamental que lo compone es el mangle, de formación leñosa y densa de 2 a 25 m de altura, y que crecen sumergidos en aguas saladas en la costa.
La mayoría de los manglares se encuentran repartidos entre América Latina y Asia y protegen las poblaciones costeras, absorben CO2 de la atmósfera y son el hogar de una rica biodiversidad.
Sin embargo, están desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que cualquier otro bosque, según la ONU. Por esto, es imprescindible conocer su importancia en el mundo y saber qué podemos hacer para asegurar su supervivencia.
[Fotografía de Florida Guidebook en Unsplash]
Increíble resiliencia
Los manglares son capaces de aguantar inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos. Actúan como defensa costera frente a tsunamis, inundaciones y aumento del nivel del mar. De esta manera, ayudan a proteger las costas y cuidar a las personas.
Conservar los manglares junto con otros ecosistemas como los arrecifes de coral puede multiplicar la protección frente a inundaciones.
A lo largo de la historia han demostrado una capacidad de adaptación asombrosa. Sus hojas, sus raíces y sus métodos de reproducción han evolucionado para sobrevivir a condiciones meteorológicas hostiles y con gran variación de salinidad.
Biodiversidad única
En los manglares habitan una gran variedad de flora y fauna silvestre.
En este ecosistema se reproducen y crecen miles de especies de peces pequeños. Muchas poblaciones de aves acuáticas utilizan los manglares como zonas de reposo o reproducción y crianza debido a la protección que ofrecen contra depredadores. Sus raíces, además, son el refugio de reptiles y anfibios.
Por otro lado, ayudan a mantener la salud de ecosistemas adyacentes, como los arrecifes de coral.
Sumideros de carbono esenciales
Aunque ocupan sólo una pequeña fracción de la superficie terrestre, almacenan grandes cantidades de carbono en su biomasa y suelo. Este almacenamiento de carbono ayuda a mitigar el cambio climático al reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Con el mundo en riesgo de vivir un aumento de temperatura de más de 3°C a fines de este siglo, los manglares también son un aliado en la carrera por adaptarnos al calentamiento global.
Estos ecosistemas pueden extraer hasta cinco veces más carbono de la atmósfera que los bosques terrestres, y protegerlos es mucho menos costoso.
Fuente de riqueza
Según el profesor de Ciencias Ambientales Jesús Manuel Díaz Gaxiola, los manglares generan bienes tangibles de gran valor ambiental y económico. Según la ONU, cada hectárea de bosque de manglar representa un valor estimado de entre 33.000 y 57.000 dólares estadounidenses por año. Solo Vietnam, China, Filipinas, Estados Unidos y México ahorran 57,000 millones de dólares en daños a la propiedad gracias a los manglares que tienen en sus territorios.
Muchos manglares se desarrollan alrededor de las lagunas costeras, esteros y desembocadura de ríos y arroyos. En estas áreas, a nivel mundial, se llevan a cabo importantes actividades pesqueras artesanales que aportan alimento y desarrollo económico a comunidades de la costa.
Entre las raíces de los manglares se protegen y alimentan larvas, postlarvas y alevines de peces y crustáceos, que, una vez madurados, sirven de alimento. Algunos moluscos, como el ostión de mangle, utilizan las raíces de los manglares para fijarse y desarrollarse hasta alcanzar una talla apta para su consumo.
[Samuel Toh en Unsplash]
Desaparición progresiva
Durante los últimos 50 años, la mitad de la superficie cubierta por manglares ha desaparecido.
Las actividades humanas constituyen la principal amenaza para los manglares.
El desarrollo de las costas, que albergan 40% de la población mundial, es el principal impulsor de la pérdida de los manglares. La tala de este ecosistema para abrir espacio a edificios y a la cría de peces y camarones, ha provocado la desaparición de 20% de los manglares.
La contaminación también juega un papel importante. Debido a que estos bosques forman una línea protectora entre las costas y el océano, se convierten efectivamente en una «trampa de plástico». Cuando las bolsas de plástico y la basura cubren las raíces, pueden privar de oxígeno a los manglares y causar daños a los animales marinos.
Qué podemos hacer para proteger los manglares
Conocer la importancia de este ecosistema además de los causantes de su desaparición ya es un paso para actuar en su favor. A través de tomar decisiones sostenibles, como reducir el consumo de plástico, colaboramos en la preservación de este valioso ecosistema.
Además, podemos informarnos sobre labores de restauración y protección de los manglares. En España, la Convención Ramsar aboga por la protección de los humedales en todo el mundo. En el Centro de Implementadores del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas puedes conocer las iniciativas de personas y organizaciones en todo el mundo.
Los manglares desempeñan un papel crucial en la salud y el equilibrio de los ecosistemas costeros, así como en el sustento de comunidades locales y la mitigación del cambio climático. La conservación y gestión sostenible de los manglares son esenciales para garantizar estos beneficios a largo plazo.