Cada año la contaminación del aire causa alrededor de 7 millones de muertes prematuras y acelera el cambio climático, siendo pocas las ciudades que pueden respirar tranquilas.
La contaminación del aire exterior no es ninguna broma.
Su respiración continuada puede ocasionar graves problemas de salud llegando a provocar incluso, en casos extremos, muertes prematuras. Cardiopatías, infecciones respiratorias o diabetes son algunas de las patologías que pueden causar todas esas emisiones que menoscaban la calidad del aire.
Tendemos a no darle importancia y a pensar que no nos afecta demasiado, pero nada más lejos de la realidad, ya que, según los datos que maneja el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 70% de la población mundial respira aire contaminado.
La Organización Mundial de la Salud tampoco le pierde la pista al aire ¿Qué hace al respecto? Marca umbrales de medición de su calidad. Hasta ahora, la línea roja se encontraba en los 40 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico, pero, buscando hacer el reto más efectivo, se ha reducido una cuarta parte.
Los resultados son preocupantes
A partir de los datos revelados por la Agencia Europea del Medio Ambiente, se puede determinar que son pocas las ciudades españolas que se acogen a estos niveles de referencia, concretamente, siete. Y, si nos vamos a la Unión Europea, la situación no mejora, ya que ninguna de las 27 capitales los cumple.
Si buscamos culpables, los motores de combustión de los vehículos tradicionales, los desechos de las grandes empresas o los químicos contaminantes están entre ellos. Por el momento, las únicas que logran mantener el aire limpio son Badajoz, Benidorm, Cáceres, Elda, Palencia, Telde (Gran Canaria) y Zamora.
El estado del aire que respiramos es un problema colectivo y, por ello, el Observatorio de la Sostenibilidad ha querido seguir indagando, a través del análisis del dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas de polvo, cenizas, hollín o metal (PM10 y PM2.5) en 80 ciudades españolas en 2021 ¡Pocas se han librado!
El aire de Madrid y Barcelona hizo saltar las alarmas de este estudio, ya que, a pesar de sus planes para reducir las emisiones que no respetan los ritmos ambientales, no consiguen reducir los altísimos niveles de contaminación.
Por su parte, Valencia, Málaga, Alicante o Palma de Mallorca, han mejorado y van camino de aprobar el examen de la calidad del aire.
Un dato esperanzador sería la estabilidad. Y es que los resultados obtenidos no distan de forma significativa de lo recabado en 2020, el año de la pandemia. Que la calidad del aire sea similar a la de una época de confinamiento generalizado es una gran noticia.
Aún así, no podemos relajarnos, el reto está sobre la mesa y debemos enfrentarnos a él. Para ello, usar coches eléctricos, favorecer el transporte público no contaminante o incrementar las políticas públicas en torno al aire sería un buen comienzo.
“Una mejora en la calidad del aire significa mejor salud para todos, menores emisiones y menor efecto sobre el cambio climático”.
Observatorio de Sostenibilidad
Contar con una calidad óptima del aire no exime de seguir haciendo todo lo posible por acabar con los obstáculos contaminantes. Lo que hoy es aire limpio, en unos meses puede convertirse en insalubre.