En el año 2016 en España había medio millón de personas que padecían una inseguridad alimentaria grave, en 2017 esa cifra aumentó a 600.000 personas, pero es que en 2018 llegó a las 700.000 personas. Y este no es el único dato que tiende al alza, el desperdicio o la pérdida de alimentos que no se comen supusieron para nuestro país un problema que se traduce en 1.364 millones de kilos de alimentos desperdiciados en 2020, una cifra ligeramente superior al año anterior.
Ante tal problemática, las empresas con impacto social que se preocupan por la sociedad en su conjunto, toman acción. Es el caso de los bancos de alimentos.
[Foto de Maria Lin Kim en Unsplash]
En los bancos de alimentos se priorizan aquellos productos que se consideran más estables según su naturaleza, tipo de procesado o de envasado y temperatura de conservación pero por encima de todo se encuentran las frutas, verduras, hortalizas y legumbres enteras y en buen estado.
La Federación Española de Bancos de Alimentos FESBAL es una entidad que lleva desde 1995 proporcionando labor, imagen y ayuda a todos los Bancos de Alimentos asociados en su lucha contra el hambre, la pobreza y el desperdicio de alimentos.
Trabajan aprovechando toda la comida posible, y repartiéndose a las personas que lo necesitan. De esta manera contribuyen a mejorar la sociedad en la que vivimos, pero también a mejorar el medioambiente.
FESBAL está formada por 54 Bancos de Alimentos repartidos por toda la geografía española cuyo alcance es tal que operan repartiendo alimentos entre unas 7.500 entidades benéficas a más de 1.300.000 beneficiarios.
Los 54 Bancos asociados de toda España desarrollamos nuestra tarea en tres frentes: la lucha contra la pobreza, el despilfarro de alimentos y el aprovechamiento de los excedentes agrícolas. Si preguntan cómo lo hacemos les decimos que mediante el voluntariado con toda la convicción de que somos capaces, máxima entrega y compromiso social, así como con el apoyo de las instituciones, tanto públicas como privadas, que son conscientes de la necesidad de combatir esta lacra social
Pedro Miguel Llorca Llinares, Presidente FESBAL
[Foto de Aaron Doucett en Unsplash]
En cuanto a responsabilidad social corporativa, gracias a la voluntad y solidaridad que las empresas desarrollan con gran ejemplaridad para el conjunto de la sociedad, se contribuye al único interés que tienen los Bancos de Alimentos: mantener su labor social.
Es decir, que gracias al desarrollo de estas políticas de responsabilidad social corporativa por parte de muchas empresas, los Bancos de Alimentos pueden mantener su labor social. Principalmente, las industrias alimentarias especializadas y grandes superficies son aquellas que más pueden ayudar dando salida a excedentes de productos, que muchas veces están en perfectas condiciones, para una buena causa.
Las empresas, especialmente industrias alimentarias especializadas y las grandes superficies pueden dar salida de forma muy poco costosa e incluso gratuita en muchos casos, a aquellos excedentes en perfectas condiciones para una buena causa, evitando así su desperdicio.
Otra forma que tienen las empresas de colaborar, siendo muy necesaria para los bancos son:
1) Realizando donaciones económicas para que los bancos puedan comprar los alimentos que más necesitan.
2) Organizando acciones de voluntariado corporativo, pues la operativa de los bancos la gestionan en la mayoría voluntarios.
3) Dando visibilidad a las campañas de sensibilización que organizan los diferentes bancos de alimentos. También algunos bancos pueden ayudar a las empresas a analizar su cadena de valor e identificar aquellos puntos en los que se genera desperdicio alimentario y cómo actuar para prevenirlo.
[Foto de Tommaso Urli en Unsplash]
En definitiva, el deseo y el objetivo de los Bancos de Alimentos es servir como canal y para ello necesitan obtener el mayor grado de colaboración posible de la sociedad, de las instituciones y de las empresas en beneficio de los más desfavorecidos.
Su propósito es claro: contribuir a la reducción del hambre y la pobreza a través del aprovechamiento de los alimentos.